Catalu?a-Espa?a: cinco reflexiones m¨ªnimas
El tema catal¨¢n no desaparecer¨¢, en un horizonte previsible, del panorama pol¨ªtico espa?ol. Es una constataci¨®n. Creo que las distancias son demasiado grandes para generar en el corto plazo un acuerdo que visto desde Catalu?a pueda constituir una resoluci¨®n definitiva del tema. Habr¨¢, por tanto, y por largo tiempo, muchos catalanes que, en mayor o menor grado, se sentir¨¢n insatisfechos en las tres dimensiones que, de forma interrelacionada, configuran el tema catal¨¢n. Es decir, continuar¨¢ la reivindicaci¨®n de mayores niveles de, por as¨ª decir, reconocimiento nacional (incluidos mayores niveles de autogobierno y de consideraci¨®n hacia caracter¨ªsticas propias como la lengua); de una contribuci¨®n a la cohesi¨®n territorial espa?ola m¨¢s proporcionada a la realidad, no muy robusta, de la econom¨ªa catalana, y de una configuraci¨®n no centralizada del Estado.
Para el devenir diario, la observaci¨®n anterior milita a favor de una versi¨®n simetrizada (para espa?oles y catalanes) de algo as¨ª como la conllevancia orteguiana. La presencia del tema catal¨¢n en el panorama pol¨ªtico espa?ol va a ser continua, pero ello no significa que vaya, o deba, serlo en primera fila. En verdad, la conllevancia no es dif¨ªcil de practicar. Por ejemplo, yo tengo, afortunadamente, muchos amigos espa?oles, gente, por descontado, muy civilizada. No s¨¦ muy bien que piensan muchos de ellos del tema catal¨¢n (aunque tengo mis sospechas). Por elecci¨®n mutua, y t¨¢cita, procuramos relacionarnos alrededor de las much¨ªsimas cosas que nos unen y evitar las que, quiz¨¢s, pudieran separarnos. Es como, sin dec¨ªrnoslo, nos hubi¨¦semos puesto de acuerdo en no estar de acuerdo.
La conllevancia fracas¨® en los a?os treinta. No tiene por qu¨¦ fracasar ahora. Disponemos de bienestar econ¨®mico y estamos integrados en la Uni¨®n Europea. Adem¨¢s, y seguramente como consecuencia, vivimos un fen¨®meno radicalmente nuevo en la historia de Espa?a: la desaparici¨®n de la opci¨®n militar. No es todav¨ªa, lamentablemente, una desaparici¨®n completa. Todav¨ªa hay quien piensa que agitando y provocando a los militares creara situaciones propiciadoras de ganancias electorales. Ojal¨¢ no sea as¨ª, pero n¨®tese que, al final, de votos se trata y de nada m¨¢s. En este sentido, se ha alcanzado la normalidad.
En este contexto de normalidad hay diversas evoluciones posibles de la relaci¨®n Catalu?a- Espa?a en el medio y largo plazo. Es poco probable que, de repente, los catalanes se cansen de su reivindicaci¨®n y que Espa?a pudiera seguir, sin resistencia alguna, una senda de estilo franc¨¦s. Tampoco es concebible que se abra una crisis pol¨ªtica con componente militar: el camino, digamos, balc¨¢nico. La cosa est¨¢, pienso, muy abierta: Espa?a podr¨ªa evolucionar, siempre a golpe de elecciones y s¨®lo de elecciones, hacia unos par¨¢metros parecidos a los de Alemania, o a los del Reino Unido, o a los de Canad¨¢, o a una combinaci¨®n de todos ellos. En cualquier caso, y ¨¦sta es la consideraci¨®n decisiva, no son estos destinos terribles.
M¨¢s a corto plazo, no me atrevo a formular ninguna predicci¨®n en torno al Estatut, excepto que ocurra lo que ocurra la agenda estatutaria no se reabrir¨¢ en muchos a?os. Es claro que, llegados a este punto, ser¨ªa mejor que hubiese Estatut. Pero s¨ª me atrevo a predecir que lo que ocurra ser¨¢ pactado y que no habr¨¢ rompimiento pol¨ªtico alguno. Una consideraci¨®n muy importante desde el punto de vista catal¨¢n es demostrar que la estridencia anticatalanista no proporciona mayor¨ªas suficiente para gobernar Espa?a. ?ste es un objetivo que, claro est¨¢, no puede conseguirse enterrando el tema pero que justificar¨¢, cuando menos, que no convenga, y por tanto no haya, una ruptura pol¨ªtica dram¨¢tica con el Gobierno actual. De hecho, lo contrario es m¨¢s probable.
Andreu Mas-Colell es catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universitat Pompeu Fabra. Las cinco anotaciones precedentes fueron aportadas al "Encuentro Catalu?a-Espa?a de acad¨¦micos e intelectuales" celebrado el pasado 14 de enero en la Universitat Pompeu Fabra, bajo los auspicios de ¨¦sta y de la Fundaci¨® Pi i Sunyer, y la direcci¨®n de Josep Colomer.
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