Naroa Agirre, en otra dimensi¨®n

A Giuseppe Gibilisco, rey del mambo, puro macho italiano, le dio un ataque de celos cuando su entrenador, Vitaly Petrov, el mismo que llev¨® a Sergu¨¦i Bubka a la cima, acept¨® como pupila a Yelena Isinbayeva, la inigualable pertiguista rusa. "Te vendr¨¢ bien, Giuseppe", le advirti¨® Petrov. "As¨ª ver¨¢s lo que trabajan de verdad las estrellas". En realidad, no le fue nada bien. M¨¢s bien todo lo contrario. Unos d¨ªas antes del Mundial de Mosc¨², Gibilisco no se pudo aguantar y lo solt¨®: "No aguanto que una mujer sea m¨¢s importante para mi entrenador que yo". Petrov lo ley¨®, vio que hab¨ªa un problema y r¨¢pidamente lo solucion¨®: abandon¨® a Gibilisco, caso perdido, y concentr¨® todo su esfuerzo en hacer de Isinbayeva una mejor pertiguista a¨²n. La rusa mostr¨® ayer ciertas dudas en la calificaci¨®n -un nulo sobre 4,50 metros-, pero es la gran favorita para la final de hoy, en la que no se espera menos que un nuevo r¨¦cord mundial.
Tales problemas relacionales son algo en lo que no piensa, seguramente, Naroa Agirre, que ayer salt¨® a la primera 4,50 metros, lo que es r¨¦cord de Espa?a y pasaporte para la final, y entr¨®, ella y tambi¨¦n la p¨¦rtiga espa?ola, en una dimensi¨®n superior. Su entrenador, Jon Karla Lizeaga, es tambi¨¦n su pareja, por lo que los celos, si los hay, vendr¨¢n por otros aires. "Si consigo ser regular sobre 4,50 s¨ª que estar¨¦ definitivamente en un escal¨®n superior", dijo la donostiarra, de 25 a?os. "Sab¨ªa que pod¨ªa con esa altura", a?adi¨® Lizeaga, "pero hacerlo en un Mundial, y hacerlo para poder clasificarse para la final, tiene mucho m¨¢s m¨¦rito".
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