Un ecologista en la trinchera

Creci¨® anillando aves y trepando rocas para llegar a los nidos de rapaces. Se encaden¨® en el parque de Monfrag¨¹e para protestar contra la reforestaci¨®n salvaje que sustitu¨ªa alcornoques por eucaliptos, y siendo casi un adolescente ocup¨® la hermosa finca de Caba?eros, hoy parque nacional, para evitar que se convirtiera en un campo de tiro de la OTAN. Particip¨® en los primeros censos del lobo y lince ib¨¦rico, y todav¨ªa hoy no puede soportar el destrozo de las cosas hermosas del planeta. Lo que se dice una radiograf¨ªa inequ¨ªvoca de ecologista militante, aunque ¨¦l prefiere decir "activista del medio ambiente". Juan Carlos del Olmo se acerca a los 40 a?os y a su primera d¨¦cada al frente de la asociaci¨®n WWF-Adena con el esp¨ªritu combativo de un hombre que ha hecho de la naturaleza su vida y del activismo para defenderla una herramienta.

"No s¨®lo hay que dejar de construir, se tiene que empezar a tirar. Hay que parar el carro y salvar lo que queda"

Tiene el aspecto de un boxeador al que todav¨ªa no han tocado la cara, y fama de ser un magn¨ªfico fajador, un luchador tenaz que pelea sin desaliento cuando se trata de defender un objetivo; pero los que le conocen bien destacan su talante conciliador y su alergia manifiesta a los conflictos in¨²tiles. Sus armas de lucha son hoy los estudios de expertos cient¨ªficos, la comunicaci¨®n y una tozuda insistencia con la Administraci¨®n a la hora de denunciar atropellos en la naturaleza.

Del Olmo decidi¨®, en su momento, "pasar de universidad" y enrolarse en el mundo de las productoras de televisi¨®n y documentales de naturaleza, contagiado, como tantos j¨®venes de su generaci¨®n, por la pasi¨®n y entusiasmo de F¨¦lix Rodr¨ªguez de la Fuente. El resultado fue su intervenci¨®n en dos series de TVE, De polo a polo y La Espa?a salvaje -en la que colabor¨® el pr¨ªncipe Felipe-, y un conocimiento de primera mano de los ecosistemas de medio mundo, de las selvas tropicales a los hielos polares, de los pantanales y anacondas latinoamericanos a los inuits del polo Norte. Una vivencia que le marc¨® para siempre.

Ese amor desde peque?ito a la naturaleza ?le viene de una familia ecologista?

No, en absoluto. Soy hijo de militar, pero crec¨ª en un ambiente relajado; lo contrario del estereotipo de lo que puede ser un ambiente militar. Mi padre era estupendo y muy comprensivo con estas cosas.

?C¨®mo llevaba lo de tener un hijo ecologista que se encadenaba a los tractores y se enfrentaba a las fuerzas del orden?

Siempre fue muy tolerante, lo llevaba bien; con cierta preocupaci¨®n, porque en aquella ¨¦poca era dif¨ªcil de comprender que, en vez de poner mis fuerzas en el estudio, las pusiera en irme los s¨¢bados, a las cinco de la madrugada, a anillar aves al campo?

Pero la ocupaci¨®n de Caba?eros iba contra los intereses del ej¨¦rcito, que quer¨ªa convertir la finca en un parque de tiro de la OTAN?

?Ja, ja!, con mi padre ten¨ªa algunas diferencias? Aquello era un poco revolucionario para un pa¨ªs que ven¨ªa de un mundo rural donde todo lo que fuera cemento significaba progreso, y que un hijo te diga que eso no es tan bueno y que hab¨ªa que hacer otras cosas creaba grandes debates familiares; alguna bronca tendr¨ªa. De Caba?eros se dec¨ªa que no ten¨ªa valor alguno. Es lo que siempre se hace: se le quita el valor a las cosas y luego se puede hacer cualquier actuaci¨®n? As¨ª que lo primero que hicimos fue situarla en su importancia biol¨®gica y cient¨ªfica. Y como la finca era privada, un grupo de personas nos colamos en ella, un monte cerrado que te destrozaba, y fuimos censando las aves, nido por nido, hasta descubrir que all¨ª estaba la segunda colonia de buitre negro m¨¢s grande del mundo. Eso hizo que Caba?eros se conociera internacionalmente. Luego hubo una movilizaci¨®n generalizada de los ecologistas y vecinos de la zona; ocupamos la finca, y cuando se dec¨ªa que el ej¨¦rcito iba a entrar hicimos una tonter¨ªa, pero que dio mucho juego en la prensa. La finca estaba ocupada s¨®lo en parte, pero para que pareciera que lo estaba en su totalidad, otros activistas, en realidad ¨¦ramos dos personas, ¨ªbamos corriendo por las noches de un sitio a otro, tirando bengalas marinas desde distintos puntos para aparentar que hab¨ªa 20 grupos.

Desde este activismo ecologista ?c¨®mo fue su evoluci¨®n hasta llegar a WWF-Adena, una organizaci¨®n con implantaci¨®n en 100 pa¨ªses y millones de socios, pero que no tiene fama de radical precisamente?

Mi pasi¨®n era anidar grandes rapaces, as¨ª que desde muy joven empec¨¦ a censarlas, y anidar los pollos de un ¨¢guila imperial o bajar un nido de ¨¢guila real en un acantilado de Cuenca o Arag¨®n era algo apasionante. Me hice un anillador experto, y eso me llev¨® a desplazarme por toda Espa?a durante un mont¨®n de a?os, a moverme por barrancos y ca?adas. Y fue estupendo porque ahora no necesito viajar, tengo toda la informaci¨®n en la cabeza; la he mamado en el campo con los guardas, los vecinos, los cazadores. Porque luego, a finales de los setenta, con 17 o 18 a?os, hice los primeros censos de lince y lobo en Espa?a y me met¨ª en el mundo de las fincas, de la caza mayor, aprend¨ª el lenguaje de los cazadores? Pero todo eso se me quedaba muy corto al ver que una naturaleza fant¨¢stica se estaba destruyendo y me oblig¨® a entrar en acci¨®n. Yo trabajaba ya en la red de linces de Adena, y entonces hab¨ªa un movimiento ecologista muy combativo, aunque muy atomizado, y fui pasando por todas las organizaciones. Luego empec¨¦ a trabajar en el mundo del documental de la naturaleza, que considero una herramienta m¨¢s en la defensa medioambiental, un mecanismo para llegar a la gente. Y entonces surgi¨® la oportunidad de dirigir WWF-Adena, ser su secretario general en un momento un poco complicado para la organizaci¨®n.

Entonces era una organizaci¨®n bastante elitista y usted se propuso cambiarla. Diez a?os despu¨¦s ?lo ha conseguido?

Ahora, cuando miro hacia atr¨¢s, me da un poco de v¨¦rtigo, porque he tenido que gestionar y dirigir equipos y no ten¨ªa mucha experiencia; pero he aprendido a moverme en un contexto internacional, que es algo que le falta al ecologismo espa?ol. Ha sido una experiencia muy enriquecedora. En cuanto al cambio, espero haberlo conseguido? WWF-Adena est¨¢ ahora m¨¢s en la calle, y maneja dos niveles, la denuncia de los problemas medioambientales y el desarrollo de los proyectos. Tiene una red de voluntarios muy grande que la apoya en toda Espa?a y hemos reforzado el trabajo en los medios de comunicaci¨®n. Pero tambi¨¦n creo que tiene un nicho, como las golondrinas o los vencejos: todos vuelan al tiempo, pero cada uno tiene su altura?

?Y cu¨¢l es su nicho actual? En 1996 ten¨ªa 13.000 socios y un presupuesto de 170 millones de pesetas.

Ahora estamos casi en 20.000 socios de pago y un presupuesto de cerca de cinco millones de euros. Y hemos intentado diversificar las fuentes, apostar por los socios y donantes particulares, pero tambi¨¦n trabajar con grandes donantes. Y luego est¨¢n las empresas, las fundaciones y las cajas que financian programas concretos.

Da la impresi¨®n de que las ONG ecologistas van muy por detr¨¢s de las de ayuda al desarrollo o emergencias, cuya conciencia ha calado muy fuerte en la sociedad espa?ola.

Es cierto: en Holanda, WWF tiene 800.000 socios; en Italia, 400.000, y en Gran Breta?a, much¨ªsimos m¨¢s. En Espa?a, entre todas las organizaciones de medio ambiente no llegamos a 120.000 sobre una poblaci¨®n de 44 millones. Es rid¨ªculo. Pero las ONG de desarrollo han contado con la ayuda de la Administraci¨®n, y las asociaciones de medio ambiente son muy inc¨®modas, hasta las m¨¢s moderadas, porque cada vez que hablan afectan a intereses muy concretos, y no ha habido intenci¨®n alguna de apoyarlas. ?Por qu¨¦ las asociaciones ecologistas no acceden al IRPF? ?Por qu¨¦ el medio ambiente no se entiende como un fin social en la casilla del IRPF? Pero valoro mucho la excelente relaci¨®n que existe ahora entre las organizaciones ecologistas, sobre todo las cuatro o cinco m¨¢s grandes (Greenpeace, SEO-Birdlife, Ecologistas en Acci¨®n, Amigos de la Tierra y WWF-Adena), que nos hemos propuesto coordinar estrategias y tener una misma voz en temas importantes. Tenemos poca gente y recursos, as¨ª que es muy necesario crear alianzas.Ya veo por qu¨¦ tiene fama de conciliador y buen negociador?

Una caracter¨ªstica esencial de la organizaci¨®n es crear alianzas a todos los niveles: con los ecologistas, con los Gobiernos que quieran sumarse, con las empresas dispuestas a avanzar por el camino correcto, con las organizaciones de desarrollo? Es fundamental, respetando la forma de ser de cada uno, porque somos una mosca ante lo que est¨¢ ocurriendo. Hemos perdido mucho tiempo en tonter¨ªas, debates y discusiones est¨²pidas entre los que tenemos unos objetivos comunes. Y digo lo mismo con las empresas.

Ahora hay muchas empresas que quieren lavarse la cara con una etiqueta ecologista en sus campa?as de publicidad?

Es verdad que hay empresas que quieren hacer s¨®lo un lavado de imagen, pero existen diferentes niveles. Se puede trabajar con el mundo de la empresa y llegar a acuerdos. Por ejemplo, nosotros estamos trabajando con el sector de la madera. Tenemos una campa?a muy fuerte contra la tala ilegal de bosques, apoyamos a los productores de madera de ?frica para que trabajen de forma sostenible, trabajamos con los ayuntamientos y empresas en Espa?a para que compren la madera responsablemente -certificada internacionalmente-. Pero tambi¨¦n necesitamos trabajar con los compradores; hay que ayudarles a identificar la buena y la mala, y las empresas pueden apoyarnos. Eso es influir en la pol¨ªtica. Y lo hacemos igual en cambio clim¨¢tico con las grandes empresas del sector el¨¦ctrico, porque una de las cosas que tenemos que hacer es influir en el mercado.

Ya que habla del sector el¨¦ctrico? Dado el agotamiento de los combustibles f¨®siles parece que hay un gran inter¨¦s en resucitar la energ¨ªa nuclear. Joaqu¨ªn Almunia ha pedido en la UE que se inicie un gran debate, sin tapujos, sobre la energ¨ªa nuclear, en el que participen Gobiernos, nucleares, ecologistas y ciudadanos. ?Qu¨¦ piensa?

Pensamos que al albur de la situaci¨®n energ¨¦tica hay intereses muy fuertes para reabrir el debate de la energ¨ªa nuclear, en resucitarla. Pero hablar de una fuente como la nuclear, que no es sostenible, que se agota -porque las previsiones de uranio se calculan en 30 o 40 a?os-, que es sucia e insegura, por mucho que digan, y que va a dejar a cientos o miles de generaciones futuras un legado envenenado, hay que pens¨¢rselo mucho, sobre todo cuando parece que hay otras energ¨ªas m¨¢s limpias. Pero hay muchos intereses en evitar que las energ¨ªas renovables sean la sustituci¨®n.

Es que los consumidores de los pa¨ªses ricos quieren energ¨ªa abundante y barata, y parece que las renovables, hoy d¨ªa, est¨¢n lejos de poder suministrarla.

En este momento, la energ¨ªa nuclear supone el 13% de toda la que se produce en el mundo, y se calcula que el 20% de la energ¨ªa que consumimos la despilfarramos. S¨®lo con pol¨ªticas de ahorro energ¨¦tico y eficiencia se podr¨ªa eliminar ese porcentaje de las centrales nucleares actuales. Pero en un pa¨ªs como el nuestro, con un aumento desaforado de consumo energ¨¦tico, lo primero que hay que hacer es aplicar pol¨ªticas de ahorro energ¨¦tico, cambiar el modelo en el que vivimos y apostar fuerte por ello. Hay que desincentivar el uso del veh¨ªculo, y despu¨¦s, la posible inversi¨®n que pueda hacerse en nucleares ponerla al servicio de las energ¨ªas renovables. Veremos qu¨¦ pasa si los 2.000 millones de euros que cuesta montar una central nuclear los dedicamos a investigar energ¨ªas renovables, porque la nuclear es una energ¨ªa totalmente subvencionada, y eso se oculta.

Ustedes critican que una etapa de sequ¨ªa como la que ahora vive Espa?a no se aproveche para reconducir la pol¨ªtica hidrol¨®gica. Con medio mill¨®n de pozos ilegales, construcciones salvajes en el Mediterr¨¢neo, cientos de campos de golf proyectados?, ?cree que todav¨ªa se puede reconducir?

Est¨¢ claro que en un pa¨ªs como el nuestro, mediterr¨¢neo y con unas previsiones de cambio clim¨¢tico que hablan de precipitaciones m¨¢s cortas y temperaturas m¨¢s altas, vamos a tener que enfrentarnos, en 20 o 40 a?os, con un escenario much¨ªsimo peor que el actual, porque los tributarios de los arroyos van a tener mucha menos agua o van a desaparecer. En Espa?a hay un fracaso total de la pol¨ªtica del agua, que ha sido hidr¨¢ulica desde el siglo pasado, basada en la oferta y en las grandes obras de ingenier¨ªa. Es el pa¨ªs del mundo con m¨¢s porcentaje de presas por habitante, y todav¨ªa el Plan Hidrol¨®gico Nacional contemplaba m¨¢s de 120 nuevos grandes embalses, cuando es una pol¨ªtica fracasada en todo el mundo. Nosotros estamos promoviendo con los ayuntamientos una cosa muy tonta, un aparatito, un perlizador, que se coloca en el grifo; s¨®lo cuesta dos euros y ahorra el 50% del agua.

Pero eso es el chocolate del loro? El consumo dom¨¦stico es m¨ªnimo comparado con la enorme cantidad de agua que se pierde en las conducciones o en cultivos inadecuados.

Pero es significativo porque implica la importancia que da la sociedad al agua. Es igual que cuando sobrevuelas de noche Espa?a y ves todas las luces a tope porque se considera un signo de progreso, cuando es un problema de nuevos ricos que identifican progreso y bienestar con consumo y derroche. El ahorro del agua en las ciudades no es la madre del cordero, pero tambi¨¦n es importante cuando te enfrentas a un escenario en el que cada gota va a ser vital. Es cierto que no puede ser que el Canal de Isabel II [suministrador de agua a Madrid] reconozca que est¨¢ perdiendo el 20% de agua en las canalizaciones. Una gran parte del agua se va por las conducciones viejas; pero el gran problema est¨¢ en la agricultura, donde se consume el 80% del agua y se pierde del 30% al 40% en el camino. Tenemos una agricultura pensada para competir con la agricultura europea y captar subvenciones, y en muchos casos con cultivos como algod¨®n, fresa, ma¨ªz o remolacha, que necesitan una enorme cantidad de agua. Hay que definir un nuevo modelo de desarrollo agrario, y no puede pasar por seguir aumentando el regad¨ªo, que resulta muy rentable, econ¨®micamente y en votos. Tendr¨¢ que ser un modelo acorde con el pa¨ªs y los tiempos que vivimos y las predicciones del cambio clim¨¢tico.

M¨¢s que planificar el desarrollo agrario, que tambi¨¦n, parece que habr¨ªa que planificar el territorio. Y podemos hablar de la construcci¨®n desmedida en el Mediterr¨¢neo y de lo que eso supone, no s¨®lo para el agua.

Es cierto, hay un problema de planificaci¨®n del territorio, de definir hacia d¨®nde tiene que ir el desarrollo. En el caso del litoral tenemos un problema: que las competencias en materia de vivienda y urbanismo est¨¢n totalmente transferidas, y eso en unos casos es bueno, porque te acerca a la realidad del territorio, pero en otros es muy malo. Yo creo que donde hay mecanismos para hacer que se cumpla la ley, como es la ley de costas -que no se cumple-, hay que aplicarla a rajatabla. El problema es que situaciones de corrupci¨®n como la de Marbella est¨¢n muy extendidas. Y no pasa s¨®lo en las costas. El c¨®ctel de la relaci¨®n entre poder y constructoras es letal para el medio ambiente. Estamos viendo pr¨¢cticas incre¨ªbles, municipios donde llegan las constructoras y ofrecen 500 millones de pesetas por un olivar, y si lo recalifican, 1.000 millones? Est¨¢n creando grupos de presi¨®n que a veces se convierten en partidos pol¨ªticos y acaban desempe?ando un papel en el gobierno municipal. Es un nivel grande de perversi¨®n que rompe el modelo de desarrollo. Los ayuntamientos dicen que tienen que vender suelo y urbanizar para poder financiarse; pero es un problema viciado porque, cuanto m¨¢s urbanizan, m¨¢s servicios tienen que dar y m¨¢s se endeudan.

Ustedes han pedido para el litoral mediterr¨¢neo una ecotasa tur¨ªstica, una moratoria en la construcci¨®n de viviendas y puertos deportivos, y el cese de la regeneraci¨®n descontrolada de las playas. ?No es como pedir la luna?

Ya lo veremos? Cuando hace 10 a?os habl¨¢bamos de la necesidad de reducir las emisiones de CO2 por el cambio clim¨¢tico nos tachaban de alarmistas; incluso se negaba el cambio clim¨¢tico, y hoy nadie lo pone en duda. La moratoria es factible, en lugares como Lanzarote y otras islas se ha planteado porque la gente ha dicho ?basta! El nivel de saturaci¨®n de la poblaci¨®n con la barbarie de la construcci¨®n cada vez es m¨¢s alto. Nosotros creemos que lo que hay que hacer ya es parar, parar el carro, salvar lo que queda. No s¨®lo hay que dejar de construir, sino que, ahora que est¨¢ muy de moda, hay que empezar a deconstruir, empezar a tirar. Hay que restablecer espacios naturales y costeros, hay que recuperarlos. Igual que en el caso del agua hay que empezar a liberar r¨ªos y quitar embalses y presas in¨²tiles, hay que empezar a liberar litoral. No creo que sea algo tan ut¨®pico. Lo que hay que lograr es que la opini¨®n p¨²blica se exprese mucho m¨¢s fuerte, porque ahora s¨®lo se escucha el poder del dinero, que es la ¨²nica raz¨®n que impera.

?Qu¨¦ est¨¢ pasando con los puertos para que tambi¨¦n pidan una moratoria?

Cuando hablamos de destruir el litoral no son s¨®lo las 600.000 viviendas que quieren hacer entre Valencia, Murcia y Almer¨ªa, con la carretera de Vera como gran v¨ªa de penetraci¨®n, destruyendo h¨¢bitats ¨²nicos e intocados porque la autopista va a llegar a lugares v¨ªrgenes de Murcia y Almer¨ªa. Los puertos deportivos son un reclamo -igual que los campos de golf- para los complejos urban¨ªsticos, y hay un mont¨®n proyectado con un gran impacto ambiental. Se est¨¢ destruyendo la din¨¢mica litoral y las playas, porque se extrae arena de los fondos marinos -muchos protegidos por la Uni¨®n Europea-, en donde est¨¢ la posidonia y se cr¨ªan los peces, para regenerar las playas alteradas por la construcci¨®n de puertos. Es una locura.

?Y qu¨¦ sucede con el puerto de Sevilla y el dragado del Guadalquivir?

En el tema de los puertos hemos presentado varias quejas en Bruselas, y una de ellas est¨¢ relacionada con el hecho de que se desplaza la infraestructura del puerto, a veces a zonas naturales muy importantes, y el terreno p¨²blico queda liberado y se recalifica para construir. El Guadalquivir se viene dragando desde hace muchos a?os para el acceso de barcos, pero ahora se quieren dragar 90 kil¨®metros y hasta nueve metros de profundidad del r¨ªo que es la arteria femoral de la marisma de Do?ana, el entorno que provee de agua a todo su ecosistema y las playas del golfo, y eso significa su muerte. Y se pretende justificar con la excusa de que van a llegar nuevos barcos, cuando los puertos de C¨¢diz, M¨¢laga y Algeciras no tienen el volumen de negocio que necesitan.

Hace unos meses, los dirigentes ecologistas salieron encantados de su encuentro con el presidente Zapatero, quien se comprometi¨® a abrirles las puertas de distintos ministerios. ?Ha cumplido?

En unos casos s¨ª y en otros menos?

Ya, por eso acaban de dar un suspenso global al Gobierno en medio ambiente?

En realidad, Zapatero es el primer presidente que ha mostrado sensibilidad por el medio ambiente; pero despu¨¦s de valorar lo hecho por el Gobierno tras dos a?os de legislatura, el resultado es decepcionante. No basta con que el Ministerio de Medio Ambiente haya impulsado importantes avances en cambio clim¨¢tico, agua, o en el rigor de las declaraciones de impacto ambiental, que eran un coladero. Y tambi¨¦n que haya mejorado mucho el acceso a la informaci¨®n. El problema es que el medio ambiente parece quedar fuera de las pol¨ªticas del resto de los ministerios, y sobre todo de los que son claves para el desarrollo sostenible de un pa¨ªs, como Industria, Fomento y Agricultura. Y en este ¨²ltimo hay t¨ªmidos cambios, pero hace falta una revoluci¨®n hacia la sostenibilidad, porque el modelo agr¨ªcola no vale y el modelo pesquero es insostenible; as¨ª, con todas las letras. Y como la situaci¨®n en medio ambiente es, en algunos aspectos, cr¨ªtica, estamos convencidos de que el Gobierno en su conjunto puede y debe hacer mucho m¨¢s.

Un modelo pesquero insostenible. Est¨¢n a punto de desaparecer especies irreemplazables, como la anchoa del Cant¨¢brico o el at¨²n rojo del Mediterr¨¢neo.

La anchoa se ha pescado hasta agotarla, y con el at¨²n rojo ocurre algo parecido. El principal problema del ministerio es que no considera las pesquer¨ªas como fauna salvaje; se gestionan como un recurso, sin atender a los equilibrios de los ecosistemas. Y ocurre que nos estamos comiendo los grandes predadores del mar, los peces espada, los atunes, los que est¨¢n arriba de la cadena tr¨®fica; lo que en la tierra ser¨ªan los tigres y leones, las especies m¨¢s rentables. Y est¨¢n desapareciendo a una velocidad bestial. En el caso del at¨²n rojo, la perla de los atunes, se est¨¢n haciendo granjas no de piscicultura, sino de engorde. Siempre se ha pescado en las almadrabas con un sistema sostenible de m¨¢s de 2.000 a?os de antig¨¹edad, pero ahora se capturan los escasos alevines en una zona de cr¨ªa, se meten en jaulas de engorde en el mar y los alimentan con otros peces hasta que alcanzan los 500 kilos. Entonces los matan y los env¨ªan, casi todos, a Jap¨®n.

Me han contado que a veces no aguanta tanto despacho, que le sale el chico montaraz que lleva dentro? ?Se escapa a la cercana Casa de Campo?

Imposible, aqu¨ª cuando entras no hay salida, esto es una trituradora? Pero me considero un activista y me corroen las entra?as ver lo que est¨¢ pasando, me compensa mucho hacer esto. A veces recargo las pilas los fines de semana y me voy a ver verde con mi hija de cuatro a?os, que es una fan¨¢tica del campo. Claro que con un padre tan pesado me da miedo que me salga constructora?