El veto de EE UU amenaza un contrato espa?ol con el Ej¨¦rcito libio
Eurocopter Espa?a pugna por modernizar helic¨®pteros por 24 millones
El veto de EE UU, que ha dejado en suspenso la venta de 12 aviones de transporte a Venezuela, amenaza con frustrar tambi¨¦n algunos contratos militares con Libia. La modernizaci¨®n de cuatro helic¨®pteros Chinook, por 24 millones, por la que pugna Eurocopter Espa?a, resulta inviable sin la luz verde de Washington, seg¨²n los expertos.
Fuentes de la Embajada de EE UU en Madrid no quisieron pronunciarse ayer sobre los proyectos de cooperaci¨®n en materia de Defensa entre Espa?a y Libia. Se limitaron a recordar que, aunque las relaciones de Washington con Tr¨ªpoli han mejorado sensiblemente, el r¨¦gimen del coronel Gaddafi sigue incluido en la lista de "Estados que patrocinan el terrorismo", junto a Cuba, Ir¨¢n, Corea del Norte, Sud¨¢n y Siria.
La inclusi¨®n en esta lista supone una serie de restricciones pol¨ªticas y econ¨®micas, entre otras, la prohibici¨®n de vender material de defensa y el control de las exportaciones de productos de doble uso (civil y militar). Mientras esta norma siga vigente, Washington no aprueba la reexportaci¨®n a Libia de productos militares de origen estadounidense.
Esta prohibici¨®n puede afectar de lleno al contrato de modernizaci¨®n de cuatro helic¨®pteros CH-47 Chinook del Ej¨¦rcito libio por 24 millones de euros, por el que pugna Eurocopter Espa?a. Esta compa?¨ªa es propietaria de Aisa, que moderniz¨® los helic¨®pteros Chinook del Ej¨¦rcito de Tierra espa?ol en colaboraci¨®n con la fabricante, la estadounidense Boeing. Los expertos consideran que es muy dif¨ªcil que la firma espa?ola pueda acometer la modernizaci¨®n de estos helic¨®pteros sin la luz verde de Washington. De hecho, la visita que deb¨ªa realizar el pasado d¨ªa 9 una delegaci¨®n libia a la base de Colmenar Viejo (Madrid), para examinar los Chinook modernizados, no se ha llevado a cabo.
M¨¢s preocupante es la posibilidad de que el veto pudiera llegar a afectar al contrato sobre control del tr¨¢fico a¨¦reo civil, que acaba de firmar Indra por 48 millones de euros, o al prop¨®sito de las autoridades libias de ampliar este sistema a la defensa a¨¦rea, por un valor cuatro veces superior, a pesar de que la oferta espa?ola no incluye en principio tecnolog¨ªa estadounidense.
En agosto de 2003, Tr¨ªpoli acept¨® su responsabilidad por el atentado de Lockerbie, contra un vuelo de la compa?¨ªa Pan Am, en el que murieron 270 personas en 1978, y se comprometi¨® a indemnizar a los descendientes de las v¨ªctimas, lo que llev¨® a la ONU a levantar el embargo.
Sin embargo, el coronel Gaddafi se ha negado a pagar el ¨²ltimo plazo de la indemnizaci¨®n hasta que Washington le borre de la lista de reg¨ªmenes terroristas. A su vez, las conversaciones se ven complicadas por las reclamaciones de las petroleras estadounidenses, que abandonaron Libia hace dos d¨¦cadas y ahora se preparan para volver.
Washington y Tr¨ªpoli no mantienen relaciones diplom¨¢ticas, pero la oficina de intereses de EE UU ocupa una planta del hotel m¨¢s lujoso de la capital y el servicio secreto libio es uno de las m¨¢s estrechos aliados de la CIA en la lucha contra Al Qaeda y las redes del integrismo isl¨¢mico.
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