Un d¨ªa radiante para los 100 a?os de Ayala
Los Reyes rinden homenaje al escritor centenario en una cena en la Biblioteca Nacional
Francisco Ayala naci¨® en Granada la madrugada del 15 al 16 de marzo de 1906, a la 1.10 exactamente, y ayer por la ma?ana, cerca de la plaza de Alonso Mart¨ªnez, en Madrid, celebr¨® su centenario junto a su segunda esposa, Carolyn Richmond. El autor de Recuerdos y olvidos se levant¨® cerca de las nueve de la ma?ana, pregunt¨® enseguida si hac¨ªa sol, y hac¨ªa un d¨ªa magn¨ªfico, y ya se dispuso a celebrar "con inmensa alegr¨ªa" una efem¨¦ride a la que ¨¦l mismo nunca crey¨® que iba a llegar. A lo largo de la jornada recibi¨® felicitaciones y regalos, por la tarde asisti¨® en la Biblioteca Nacional a la inauguraci¨®n de un ciclo sobre la libertad, con el que se le honra, y acab¨® el d¨ªa cenando con los reyes de Espa?a en la propia Biblioteca Nacional.
Lo que m¨¢s le alegr¨® a Ayala al levantarse fue que hiciera sol; y de veras que hac¨ªa un d¨ªa radiante, y ¨¦l mismo estaba de un humor excelente. El tel¨¦fono no dej¨® de sonar desde muy temprano; le llevaron un ¨¢rbol, una caja infinita de bombones (que le mand¨® Esperanza Aguirre, la presidenta de la Comunidad de Madrid), una botella de whisky que le acerc¨® el comisario del centenario, su paisano el poeta Luis Garc¨ªa Montero, una botella de champ¨¢n y, entre muchos otros, dos regalos que parec¨ªan rendir homenaje a la vitalidad de Ayala y tambi¨¦n a su historia.
Lo que verdaderamente le abrum¨® fue el regalo que llev¨® consigo Garc¨ªa Montero: una edici¨®n facs¨ªmil, tal como se public¨® en 1929, de Indagaci¨®n del cinema, con un a?adido del que es autor el propio Garc¨ªa Montero, publicado en el mismo formato y en la misma caja: un peque?o ensayo titulado Francisco Ayala y el cine.
Otro objeto que lleg¨® a su casa a mediod¨ªa hizo que Ayala renovara su alegr¨ªa "por el cari?o inmenso que noto que me rodea": un estuche que le enviaba la vicepresidenta del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega. Cuando el escritor rasg¨® el envoltorio se hall¨® una met¨¢fora de los deseos de su remitente: un tintero y una pluma. "M¨¢s simb¨®lico no puede ser", exclam¨® el escritor.
?l y Carolyn Richmond bromearon con el whisky: se dice que Ayala dijo una vez que cenaba "whisky y dos manzanas, pero, por favor, sean discretos con lo de las manzanas". Cuando agarr¨® la botella, explic¨®: "Repartir¨¦ lo que sea de todo lo que reciba, ?pero esta botella nos la quedamos!".
Se sent¨® a hablar con las escasas visitas que recibi¨® por la ma?ana ("a esta edad creo que ya merezco un descanso") y desgranaron, ¨¦l y su mujer, el desayuno que hab¨ªa tomado, "y que es como el de todos los d¨ªas, ?esta mujer me alimenta tan bien!". Cuando acabaron de detallar el men¨² (zumo de naranja, miel y lim¨®n en agua caliente, cereales...), Ayala dijo, con el buen humor con que bord¨® su d¨ªa: "A lo mejor la gente cree que ¨¦sta es la receta de la longevidad".
Entusiasmo
Por la ma?ana hab¨ªa llamado a su nieta, Julieta, que est¨¢ aqu¨ª con Nina, la hija de Ayala; con el hermano de ¨¦ste, Vicente; su hermana menor, Mary, que reside en Madrid, y sus biznietas Ava, Maya y Eden.
Durante meses, Ayala ha repetido que tratar¨ªa de "hacer todo lo posible" por llegar a los 100 a?os y no defraudar las expectativas que la organizaci¨®n del centenario se hab¨ªa puesto. El a?o pasado "hab¨ªa estado un poco flojo, pero me he ido recuperando, y me he recuperado desde el punto cero". El entusiasmo que mostr¨® cuando vio la edici¨®n de Indagaci¨®n del cinema que le llev¨® Garc¨ªa Montero se parec¨ªa al que expresan los j¨®venes autores cuando ven sus primeros libros. En este caso, Indagaci¨®n del cinema fue el tercero de los libros de Ayala. Recog¨ªa lo que hab¨ªa publicado sobre cine en Revista de Occidente y en Gaceta Literaria, aparecieron 5.000 ejemplares y el autor recibi¨® un 15% de adelanto. "La verdad", recordaba ayer Ayala, "es que tuve mucha suerte como autor, dadas las circunstancias de la ¨¦poca. La impresi¨®n de mi primer libro [en 1926, Tragicomedia de un hombre sin esp¨ªritu] me la pag¨® un dramaturgo de la ¨¦poca, Fern¨¢ndez Shaw, tuvo una cr¨ªtica estupenda de D¨ªez Canedo, en El Sol..., y as¨ª se fueron haciendo luego otras publicaciones, hasta llegar a ¨¦sta que ahora me refresca Luis".
?Qu¨¦ vigencia cree que tiene este libro? "Toda la vigencia, porque es historia, y todo lo que es historia sigue existiendo, sin lugar a dudas". Ayala fue de los primeros escritores que se ocup¨® en Espa?a del cine, "que luego dominar¨ªa el panorama cultural del siglo XX: un arte muy diverso que lo impregna todo". ?Y cu¨¢l ser¨ªa su pel¨ªcula? Responde Garc¨ªa Montero, que ha escrito sobre ello ahora: "La pasi¨®n de Ayala por el cine ha durado toda su vida, pero si yo tuviera que elegir una de los ¨²ltimos decenios pondr¨ªa por delante el Satyricon de Fellini!". Y tercia Carolyn: "Un d¨ªa habr¨ªa que hacer un estudio de los dos, de Ayala y de Fellini". En Indagaci¨®n del cinema est¨¢ el ¨²nico poema publicado por Ayala, "un poema subido de tono", manifiestamente er¨®tico, que se titula Circe cinem¨¢tica y que empieza as¨ª: "En s¨¢bana tendida / de agua feliz dispuesta en un cuadrado / -alerta, no dormida: / el pulso acelerado- / escucha Circe al viento enamorado".
A mediod¨ªa, Ayala ya ten¨ªa apetito. Aquel desayuno madrugador, tomado con la alegr¨ªa de ver que el sol se ense?oreaba sobre su cumplea?os, sigui¨® a una apetencia que Carolyn Richmond cumpli¨® sobre las dos de la tarde: una hamburguesa. Mientras se hizo el tiempo, el centenario escritor sigui¨® recibiendo parabienes, mensajes de pol¨ªticos, de otros escritores, de familiares cercanos y lejanos, y cuando nos fuimos para dejarle en la intimidad de su fiesta, antes de que empezaran los fastos de la tarde, nos dijo algo: "Siento una verdadera alegr¨ªa, y en este momento el regalo que m¨¢s valoro es Carolyn, ella me da su vida".
"Grandeza y naturalidad"
Francisco Ayala respondi¨® anoche de pie al brindis con el que el Rey le felicit¨® por su centenario. La cena en la que don Juan Carlos y do?a Sof¨ªa agasajaron al escritor tuvo efecto en la Biblioteca Nacional, y a ella asistieron los familiares del autor centenario, la vicepresidenta del Gobierno, Mar¨ªa Teresa Fern¨¢ndez de la Vega, la ministra de Cultura, Carmen Calvo, y el director de la Real Academia Espa?ola, V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, adem¨¢s de 78 comensales.
Ayudado por su mujer, Carolyn Richmond, y por el comisario del centenario, Luis Garc¨ªa Montero, Ayala se alz¨® hasta el micr¨®fono desde donde le hab¨ªa saludado el Rey y dijo que este homenaje que recib¨ªa era una combinaci¨®n de "grandeza y naturalidad" que le produc¨ªa una gran emoci¨®n. "No quiero terminar con l¨¢grimas en los ojos, que de chico se me hubieran permitido, pero a mi edad... El homenaje me abruma y me averg¨¹enza", dijo Ayala.
El Rey le hab¨ªa saludado en nombre de su familia, incluidos los pr¨ªncipes de Asturias, que viajaron recientemente con el escritor a Estocolmo para abrir all¨ª la biblioteca del Instituto Cervantes, que lleva su nombre. Sobre la obra de Ayala, don Juan Carlos destac¨® la fuerza creativa, la admirable lucidez, la coherencia est¨¦tica, la capacidad para plantear las preguntas, la iron¨ªa y el escepticismo, la libertad. Le produjo al Rey "gran alegr¨ªa y orgullo" brindar por Ayala. "Nos sentimos orgullosos de su vida y de su obra, que trasluce el tiempo que le ha tocado vivir". Cuando Ayala se puso en pie, dijo ante el micr¨®fono: "No s¨¦ c¨®mo puedo aguantar de pie y sin caerme". Al final, el escritor, acompa?ado de su esposa y su hija Nina, sopl¨® las 100 velas de una tarta de chocolate, en medio de una gran ovaci¨®n.
Por la tarde, Federico Mayor Zaragoza, granadino como ¨¦l y ex director general de la Unesco, abri¨® tambi¨¦n en la Biblioteca Nacional el ciclo de conferencias "sobre la libertad" con que esa instituci¨®n y la comisi¨®n nacional del centenario de Ayala quieren subrayar el ejemplo civil que el escritor ha dado a lo largo de su vida. Mayor Zaragoza hizo una excursi¨®n por esa met¨¢fora de la libertad que es la obra de Ayala, a quien retrat¨® con las propias palabras del autor de Recuerdos y olvidos: "Escritor nato... condenado a seguir escribiendo en la arena, en el agua, en el viento". Mayor Zaragoza hizo su propia historia de la libertad a partir de textos y de experiencias, entre las que figuran las que vivi¨® desde la magistratura de la Unesco, y puso el dedo en la llaga: "La libertad irrestricta de expresi¨®n -libertad de todos, no de unos cuantos- es imprescindible para la justicia, pilar esencial de la democracia. No basta con el imperio de la ley. Para que las leyes sean justas, no puede existir obst¨¢culo alguno en la libertad de expresi¨®n. La verdad nos hace libres y la libertad, veraces".
Mayor Zaragoza comenz¨® un ciclo que tendr¨¢ continuidad hasta finales de marzo. Entre otros, hablar¨¢n el premio Cervantes Jorge Edwards y los acad¨¦micos Emilio Lled¨® y Juan Luis Cebri¨¢n.
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