Los referendos europeos
En Europa est¨¢n en marcha en estos momentos dos procesos secesionistas o cuasi secesionistas muy importantes, supervisados ambos por la Uni¨®n Europea. Se trata de Montenegro y de Kosovo, dos casos muy diferentes entre s¨ª, pero que suscitan un inter¨¦s com¨²n en muchas capitales de la UE. En Montenegro, la Uni¨®n Europea ha obligado a consensuar las condiciones para un refer¨¦ndum de independencia que se celebrar¨¢ el pr¨®ximo 21 de mayo y que parte de una Constituci¨®n, la de Serbia y Montenegro, que contemplaba ya esa posibilidad de separaci¨®n, pero que no fijaba modalidades ni porcentajes. En Kosovo se trata de un debate y una negociaci¨®n previa a cualquier posible nuevo estatuto o condici¨®n jur¨ªdica de ese territorio, que pretende dejar sentadas las competencias de los ayuntamientos y los derechos de las minor¨ªas.
La Constituci¨®n de Serbia admite la separaci¨®n y no fija porcentajes, pero la UE ha logrado que unos y otros acepten tambi¨¦n un 50% de participaci¨®n m¨ªnima
En Montenegro, la mediaci¨®n del alto representante de la UE para Pol¨ªtica Exterior, Javier Solana, y de su equipo ha sido decisiva para impedir que el proceso de secesi¨®n, por muy leg¨ªtimo que fuera constitucionalmente, se produjera en un contexto unilateral. Un refer¨¦ndum poco consensuado entre los partidarios de seguir unidos a Serbia y los dispuestos a proclamar la independencia habr¨ªa podido provocar no s¨®lo conflictos internos, sino tambi¨¦n divisiones dentro de la propia UE, entre los decididos a reconocer inmediatamente la secesi¨®n, como Eslovenia y otros pa¨ªses de la zona, y los dispuestos a resistirse a admitirla, como Italia o Espa?a. Finalmente, la ley electoral por la que se regular¨¢ el refer¨¦ndum ha sido aprobada por el 80% de los parlamentarios y contiene reglas muy estrictas. La primera de todas es la exigencia de una participaci¨®n superior al 50% del censo electoral. Y la segunda, que para acceder a la independencia deben estar de acuerdo m¨¢s del 55% de los votantes. La pregunta, adem¨¢s, se formular¨¢ de manera muy simple, directa y sin interpretaci¨®n posible: "?Est¨¢ usted de acuerdo con la independencia de Montenegro, seg¨²n lo establecido en la ley constitucional vigente?".
La exigencia del 55% de voto afirmativo supone que, como m¨ªnimo, los independentistas deben representar un 10% m¨¢s que los no independentistas para poner en marcha todo el proceso. Esa horquilla m¨ªnima de diferencia est¨¢ siendo discutida ahora por sectores secesionistas que se preguntan todos los d¨ªas en sus medios de comunicaci¨®n si todo el proceso quedar¨¢ paralizado con un 54% de voto afirmativo. La UE ha salido inmediatamente al paso: no hay zonas grises. O 50% de participaci¨®n y 55% m¨ªnimo de voto favorable, o nada. La campa?a electoral, adem¨¢s, ser¨¢ controlada de arriba abajo por representantes de la UE.
Poder municipal
El caso de Kosovo, la antigua provincia serbia con mayor¨ªa de poblaci¨®n de origen alban¨¦s, es particularmente interesante. Antes de entrar a discutir cu¨¢l puede ser su estatus territorial y pol¨ªtico definitivo, la Uni¨®n Europea ha impulsado un debate sobre la descentralizaci¨®n municipal y el proceso de toma de decisiones y las competencias de los ayuntamientos. El objetivo es que los peque?os municipios con mayor¨ªa de poblaci¨®n serbia dispongan de mecanismos "de seguridad" que les garanticen sus derechos y les permitan contemplar todo el proceso con algo menos de miedo que ahora.
La negociaci¨®n posterior se mover¨¢ en torno a algunas ideas bastante complejas: la mayor¨ªa de la UE admite que Kosovo no ser¨¢ nunca m¨¢s una provincia de Serbia porque es pr¨¢cticamente imposible que la mayor¨ªa albano-kosovar acepte ni un cent¨ªmetro menos que eso. Pero, al mismo tiempo, Belgrado exige que Kosovo no ocupe nunca una silla en la ONU. Y la propia Uni¨®n Europea tiene su mantra particular: no se aceptar¨¢ ninguna soluci¨®n que suponga modificar las actuales fronteras de los Balcanes. Es decir, Kosovo no podr¨¢ unirse a Albania ni podr¨¢ poner en peligro la unidad de Macedonia, por muchas que sean sus relaciones con el norte de ese pa¨ªs. Ese camino debe estar completamente cerrado porque si no fuera as¨ª abrir¨ªa nuevas posibilidades para, por ejemplo, los serbios que actualmente viven en Bosnia-Herzegovina y sue?an con su anexi¨®n al r¨¦gimen de Belgrado.
?Cu¨¢l es el repertorio de posibilidades para que un estatuto pol¨ªtico respete todas estas condiciones? De momento, los ¨²nicos que, m¨¢s o menos, han hablado p¨²blicamente de la independencia de Kosovo son los brit¨¢nicos. El resto de los europeos insisten en que cualquiera que sea la f¨®rmula elegida tendr¨¢ que obtener el acuerdo de las partes implicadas. ?Un estatuto de independencia vigilada? Quiz¨¢. Cosas m¨¢s raras se han visto en los Balcanes.
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