El Valencia se borra
Los de Quique Flores, tras 16 partidos invictos, caen ante un Racing muy superior
El Valencia salt¨® como favorito al Sardinero y se march¨® esquilado y con la cabeza gacha. Escasos de recursos, carentes de ambici¨®n y muy poco centrados, los de Quique S¨¢nchez Flores rompieron en Santander su racha de 16 partidos consecutivos sin conocer la derrota. Los valencianistas no supieron imponerse al Racing, a pesar de contar con m¨¢s posesi¨®n y ocasiones, y se limitaron a confiar en Villa y borrar el centro del campo. Esta incapacidad se plasm¨® en la ligereza del equipo. Los visitantes resultaron un equipo extremadamente liviano, futbol¨ªsticamente vac¨ªo y sustentado por la fortaleza de Albiol y la clase del delantero asturiano. Ayer ni siquiera estaba Ca?izares, sancionado, para mantener la puerta a cero. Sin el ¨²ltimo cerrojo y con Aimar desaparecido, el Valencia es un equipo menor. Y el Racing, que llevaba m¨¢s de dos meses sin vencer en su feudo, lo aprovech¨®.
RACING 2 - VALENCIA 1
Racing: Aouate; Pinillos, Garay, Alfaro, Ayoze; Antonio Tom¨¢s (Casquero, m. 68); Dami¨¢, Melo, Vitolo, Serrano (Jonatan Valle, m. 60); y Pinilla (Anto?ito, m. 64).
Valencia: Butelle; Curro Torres, Albiol, Marchena, Moretti; Albelda, Baraja (Hugo Viana, m. 71); Rufete (Angulo, m. 68), Mista, Regueiro (Aimar, m. 46); y Villa.
Goles: 1-0. M. 17. Dami¨¢ se aprovecha de un error de Marchena y bate a Butelle. 2-0. M. 66. Ayoze, de falta directa. 2-1. M. 75. Penalti que lanza Villa, Aouate despeja pero el delantero marca el rechace.
?rbitro: Medina Cantalejo. Amonest¨® a Dami¨¢, Ayoze, Melo, Albiol y Vitolo.
Unos 15.500 espectadores en El Sardinero.
A los centrocampistas valencianos les sobr¨® siempre un segundo. Incapaces de pensar y actuar, Albelda y Baraja miraban, bajaban la vista para centrar y encima ya estaban Vitolo o Antonio Tom¨¢s. Apenas un pase con profundidad en toda la primera mitad sali¨® de la dupla. El resto del tiempo, su actuaci¨®n fue intrascendente. El que s¨ª se hizo notar con una pifia fue Marchena.
Los locales controlaban el partido, hasta ese momento muy f¨ªsico, y el Valencia esperaba al contragolpe. Una cesi¨®n atr¨¢s desde la derecha cay¨® en los dominios de Marchena, que se mostr¨® lento y dubitativo. Cuando intent¨® darse la vuelta para despejar, Dami¨¢ ya le hab¨ªa cubierto todas las salidas. El despeje del central se convirti¨® en un control orientado despu¨¦s de chocar con el racinguista. Solo ante Butelle, Dami¨¢ se cambi¨® el bal¨®n de pie, emulando a Laudrup, y marc¨®.
El Valencia era pura impotencia. Villa batallaba contra todos, sin bal¨®n ni enlaces. T¨¢cticas de guerrilla. Regueiro, por la izquierda sumaba la otra pizca de inter¨¦s futbol¨ªstico de los de Quique S¨¢nchez Flores. Ni los mediocentros, ni Rufete ni Mista sumaban poder ofensivo. Los valencianos eran una m¨¢quina atascada. Y el Racing tampoco apretaba demasiado, simplemente manten¨ªa el tono f¨ªsico y la velocidad, una marcha superior a la de sus rivales. S¨®lo Villa era una amenaza. Pinilla, que no tiene fortuna cara al gol pero que despliega un arsenal de recursos y apoyos a sus compa?eros, respondi¨® a la insolencia de Villa con un taconazo que se march¨® alto.
El partido se durmi¨® a partir de entonces. Tras el descanso, ambos conjuntos parecieron abotargados. Adem¨¢s, Quique decidi¨® prescindir de Regueiro, el jugador que m¨¢s hab¨ªa aportado, y meti¨® a Aimar, condenado a la banda y a no brillar. El Valencia se mor¨ªa por momentos, sin capacidad ofensiva alguna. En el peor momento de los valencianistas, Ayoze bot¨® una falta directa a ras de suelo que se col¨® baj¨® la barrera con enorme violencia mientras Butelle no se enteraba.
Lo que parec¨ªa el descabello sirvi¨® de acicate. Casi todo lo hizo Villa, todo hay que reconocerlo. El Racing se relaj¨® con la ventaja y Villa sac¨® toda la rabia contenida, volviendo locos a sus marcadores. Por otra parte, los c¨¢ntabros echaron su particular cable para introducir al Valencia en el partido. En una jugada extra?a por la banda, concluida con un centro bombeado, Aouate sali¨® a por el cuero, tropez¨® y derrib¨® a un atacante valenciano. Penalti.
Villa lanz¨® escorado, Aouate consigui¨® parar el disparo, pero el rechace fue aprovechado por el asturiano para cabecear el bal¨®n a las mallas. A¨²n restaba un cuarto de hora de encuentro y los de S¨¢nchez Flores aprovecharon este tramo para mostrarse como algo parecido a un equipo. C¨®mo no, encabezados por Villa, a punto estuvieron de empatar el choque. El guaje, con un remate acrob¨¢tico desviado y un mano a mano ante el meta israel¨ª, no cont¨® con la fortuna ni la punter¨ªa suficiente para llegar al gol, que hubiese resultado demasiado premio para la aton¨ªa y el escaso pulso de los visitantes, que pierden un nuevo vag¨®n para subirse al tren de la Liga, mientras el Racing certifica su tercera victoria en El Sardinero y se acomoda en la zona tranquila de la tabla.
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