Imagine un pa¨ªs
Considera el autor que, pese a las correcciones introducidas en el texto original, el proyecto de Ley del Suelo reproduce los errores que han llevado al fuerte encarecimiento de la vivienda.
Imagine el lector un pa¨ªs donde el poder p¨²blico determina por ley que las panader¨ªas deben vender dos tercios de su producci¨®n de pan a un precio convenido que no cubre los costes de las materias primas y de producci¨®n de dichos panes, que en adelante llamaremos "protegidos". El panadero, cuando analiza la rentabilidad de su negocio, lo hace en funci¨®n de los ingresos y gastos que tiene en cada hornada de pan. Como los panes protegidos debe venderlos a un precio que no cubre los costes, encarece los panes del ¨²ltimo tercio de la hornada, que en adelante llamaremos "libres", para mantener el equilibrio econ¨®mico de su panader¨ªa.
Como quiera que los sucesivos aumentos de los costes de producci¨®n no se trasladan en su totalidad al precio de los panes protegidos, se produce un progresivo encarecimiento del precio de los panes libres. Llega un momento en que este precio es tan elevado que los clientes dispuestos y capacitados para abonar el mismo se reducen sensiblemente y, en consecuencia, el panadero encuentra cada vez m¨¢s dificultades en colocar toda su hornada, condici¨®n sine qua non para mantener su rentabilidad. Ante esta situaci¨®n, decide, por prudencia, no hornear pan ciertos d¨ªas de la semana. No hornea los panes libres pero, obviamente, tampoco los panes protegidos.
Se hace la misma err¨®nea identificaci¨®n entre mayor porcentaje de reserva de suelo para VPO y m¨¢s viviendas protegidas
Euskadi, que cuenta por ley con la mayor reserva de suelo para vivienda protegida, est¨¢ entre las comunidades m¨¢s caras
Ante la tesitura de cerrar el negocio y las evidentes dificultades que tiene de trabajar en este pa¨ªs, comienza a producir pan en otros territorios donde la legislaci¨®n no contempla tales niveles de exigencia en la venta de panes protegidos. En resumen, un objetivo inicial bienintencionado de poner mucho pan protegido a precio razonable en el mercado ha provocado un encarecimiento inducido del precio del pan libre y una reducci¨®n de la producci¨®n total de pan, tanto protegido como libre. Un fracaso en toda regla.
Este pa¨ªs existe, es el nuestro, y la ley que ha posibilitado esta situaci¨®n es la 17/94, aprobada por el Parlamento vasco en la d¨¦cada de los noventa y que establece que el 65% (dos tercios) de la cuota de suelo urbanizable debe ser destinado a vivienda protegida. Los datos son elocuentes: actualmente el Pa¨ªs Vasco cuenta, por ley, con los porcentajes de reserva de suelo para vivienda protegida m¨¢s elevados del Estado, acompa?a a Madrid y Catalu?a en el podium de las comunidades con la vivienda m¨¢s cara y cuenta, con diferencia, con la producci¨®n de vivienda m¨¢s baja de todo el Estado. Apenas producimos siete viviendas por cada mil habitantes, cuando la media estatal supera las diecis¨¦is viviendas por mil habitantes.
Todo esto para conseguir producir apenas dos viviendas protegidas por cada mil ciudadanos vascos, cuando comunidades aut¨®nomas lim¨ªtrofes con el Pa¨ªs Vasco, como La Rioja y Navarra, igualan o superan esta cifra de vivienda protegida y adem¨¢s duplican y triplican la producci¨®n de vivienda libre.
Cuando algunos representantes p¨²blicos alardean de que en el Pa¨ªs Vasco el 30% del total de viviendas construidas es vivienda protegida, el porcentaje m¨¢s elevado de vivienda protegida de todo el Estado, est¨¢n diciendo ¨²nicamente que dos viviendas protegidas es el 30% de siete viviendas totales. En Navarra, teniendo en cuenta las cifras del 2004, el porcentaje de viviendas protegidas con respecto al total de viviendas ser¨ªa ¨²nicamente de un 19%. Un porcentaje obtenido de relacionar tres viviendas protegidas con un total de 15 viviendas totales. Viendo estos datos, nadie sensato dir¨ªa que nuestro flamante 30% es mejor que el 19% navarro, cuando all¨ª se construye un 50% m¨¢s de vivienda protegida y un 120% m¨¢s de vivienda libre.
La negativa evoluci¨®n en la construcci¨®n de vivienda, adem¨¢s de dificultar en gran medida el acceso a la misma a amplios sectores sociales, tiene un reflejo inmediato en la p¨¦rdida de riqueza que se produce en el conjunto de la sociedad. C¨®mo catalogar si no la reducci¨®n en un 30% del numero de viviendas iniciadas en el territorio hist¨®rico de Vizcaya en el periodo 2001-2005, donde hemos pasado de 8.634 viviendas iniciadas en el 2001 a apenas iniciar 5.967 viviendas el a?o 2005. C¨®mo catalogar si no la p¨¦rdida, s¨®lo durante el a?o 2005, de 6.100 puestos de trabajo directos en el sector de la construcci¨®n de Vizcaya, tal y como refleja la encuesta de poblaci¨®n ocupada del Eustat. O c¨®mo catalogar si no la p¨¦rdida de millones de euros no recaudados por la Hacienda Foral en concepto de IVA e impuesto de sociedades por las miles de viviendas no construidas en Vizcaya y s¨ª construidas para vizca¨ªnos en territorios lim¨ªtrofes.
Pero, ?d¨®nde se construye la poca vivienda iniciada en el Pa¨ªs Vasco? Si nos centramos en vivienda protegida, vemos que, de las 20.731 viviendas iniciadas durante los cuatro ¨²ltimos a?os, un 40% corresponden a ?lava, territorio donde vive el 14% de la ciudadan¨ªa vasca. En Vizcaya, donde vive el 55% de la poblaci¨®n, la cifra de viviendas no llega al 40%. Este evidente desequilibrio territorial se est¨¢ acentuando con los a?os. As¨ª, en 2005, en Vizcaya se han iniciado el 31% y en ?lava el 49% del total de viviendas protegidas. Resulta l¨®gico pensar que, si aplicamos por ley los mismos criterios, baremos y porcentajes a realidades territoriales y municipales diversas, estos desequilibrios perdurar¨¢n en el tiempo.
En el debate vasco de la vivienda se confunde con frecuencia el concepto de vivienda de protecci¨®n p¨²blica con el concepto de vivienda de promoci¨®n p¨²blica; una confusi¨®n a veces interesada, que deriva en considerar que el promotor p¨²blico es el que construye en exclusiva la vivienda protegida que luego "sortea" entre la larga lista de demandantes de vivienda de VPO. Esta imagen del poder p¨²blico como conseguidor de vivienda asequible para sus ciudadanos es ¨²nicamente una peque?a y distorsionada parte de la realidad. La verdad es que la mayor parte de la vivienda protegida construida en el Pa¨ªs Vasco lo ha sido por parte de las empresas promotoras privadas. Cuando un ciudadano vasco resulta agraciado en un sorteo de VPO -dado que su nueva vivienda no soporta en el precio de compra todos los costes de adquisici¨®n de suelo y producci¨®n de la misma-, hay otro ciudadano vasco que, en su mismo municipio, al adquirir una vivienda libre, sufraga estos costes. Esta redistribuci¨®n de la riqueza v¨ªa sorteo de VPO est¨¢ condicionando el devenir futuro de miles de ciudadanos vascos que, o no cumplen las condiciones para acceder a las listas de solicitantes de VPO o, cumpli¨¦ndolas, no resultan agraciados en el sorteo de rigor.
Hace escasas fechas ha sido presentado p¨²blicamente un acuerdo entre el Departamento de Vivienda del Gobierno vasco y el PSE en relaci¨®n a la futura Ley del Suelo que, en principio, podr¨ªa contar con el suficiente respaldo parlamentario para su aprobaci¨®n definitiva. Este acuerdo ha corregido aspectos importantes del proyecto original, como son el mantenimiento sustancial de los modelos actuales de gesti¨®n urban¨ªstica en cohabitaci¨®n con el nuevo modelo del agente urbanizador y la creaci¨®n de nuevas tipos de vivienda protegida (tasada y tasada municipal) situados econ¨®micamente entre la VPO y la vivienda libre. La incorporaci¨®n de estos nuevos tipos de vivienda protegida es un reconocimiento impl¨ªcito, por parte de los legisladores, de los efectos perniciosos que los elevados niveles de reserva de suelo para VPO han causado en el mercado de la vivienda, tal y como he intentado explicar con el s¨ªmil de la panader¨ªa. Sin embargo, se opta ¨²nicamente por colocar un vendaje que reduzca parcialmente la hemorragia causada por las elevadas reservas de suelo. Como no hay mayor ciego que el que no quiere ver, se modifican al alza los porcentajes de reserva de suelo para vivienda protegida -as¨®mbrense- hasta un 75%, haciendo la misma err¨®nea identificaci¨®n entre mayor porcentaje de reservas de suelo para vivienda protegida con mayor numero de viviendas protegidas construidas que ya se realiz¨® en 1994. Y digo err¨®nea por que la realidad de la vivienda estos ¨²ltimos diez a?os en el Pa¨ªs Vasco, tal y como he explicado anteriormente, lo atestigua.
I?aki Urresti es gerente de Ascovi-Bieba (Asociaci¨®n de Constructores y Promotores de Bizkaia).
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