A vueltas con los colonos
El debate sobre los asentamientos jud¨ªos de Cisjordania marca la campa?a electoral israel¨ª
Divulga sin tapujos sus planes y ha logrado, siguiendo la estela de Ariel Sharon, que el debate sobre los asentamientos jud¨ªos de Cisjordania acapare la campa?a electoral israel¨ª. Ehud Olmert, primer ministro interino, lo expone con rotundidad: la evacuaci¨®n de colonias es ineludible. La natalidad de la poblaci¨®n palestina supone un riesgo para la identidad jud¨ªa del Estado. Es imprescindible la separaci¨®n. Claro est¨¢, detr¨¢s del muro de hormig¨®n y las vallas met¨¢licas que se alzan imparables, y conservando los tres bloques de asentamientos m¨¢s poblados. Es para Olmert una l¨ªnea roja m¨¢s all¨¢ de la l¨ªnea verde, previa a la guerra de junio de 1967, que la ONU considera frontera legal del Estado jud¨ªo.
El bocado de Ariel, al oeste de Cisjordania; Maale Adumim, al este de Jerusal¨¦n, y Gush Etzion, en la regi¨®n de Hebr¨®n, son las colonias irrenunciables. Agrupan a 100.000 personas. Otros tantos colonos residen en decenas de asentamientos dispersos por Cisjordania. Son los protagonistas de los comicios.
Mario Sznajder, profesor de Ciencia Pol¨ªtica de la Universidad Hebrea de Jerusal¨¦n, lo tiene claro: "El argumento de la patria hist¨®rica ya no vale. La gente quiere una soluci¨®n pragm¨¢tica. Un muro. Las soluciones unilaterales son las que dan votos". Kadima, creado en noviembre del a?o pasado, es una amalgama de dirigentes, muchos tachados de oportunistas, a los que une su determinaci¨®n por continuar la labor emprendida por Sharon. Kadima utiliza la imagen del ex general enfermo. Y el Partido Laborista, que se perfila a seis d¨ªas de las elecciones como segund¨®n del futuro Gobierno, ir¨ªa m¨¢s lejos que Olmert. Pero no es momento de arriesgar simpat¨ªas.
La derecha cabalga desatada. La retirada de Gaza fue la espoleta de la indignaci¨®n. La destrucci¨®n de nueve casas a¨²n sin habitar en la colonia de Amona, el 1 de febrero, est¨¢ presente. Benjam¨ªn Netanyahu, candidato del Likud, ha anunciado que no ser¨¢ socio de un Ejecutivo que proponga entrega alguna de territorios y tilda a Olmert de "peligroso izquierdista". M¨¢s radicales a¨²n se muestran los partidos de la extrema derecha religiosa. Uni¨®n Nacional, aliada con el Partido Nacional Religioso (PNR), aboga por la expulsi¨®n de la poblaci¨®n ¨¢rabe de los territorios ocupados. Cualquier concesi¨®n territorial es herej¨ªa.
Yisrael Beiteinu es un partido en ascenso encabezado por un ex diputado del Likud que busca apoyos en el mill¨®n de votantes jud¨ªos procedentes de la Uni¨®n Sovi¨¦tica. Descarta un acuerdo con Olmert sobre la base de concesiones a los palestinos. La Unidad por la Tora y el Juda¨ªsmo, formaci¨®n que agrupa a los descendientes askenaz¨ªes de Centroeuropa, y Shas, que re¨²ne a los sefard¨ªes, tampoco quieren o¨ªr hablar de entrega de territorios mientras no se pacte con la Autoridad Nacional Palestina. La derecha extremista unida ronda los nada desde?ables 35 diputados en un Parlamento de 120.
Y qu¨¦ decir de los colonos. Los m¨¢s extremistas amenazan de muerte a los agentes encargados de las evacuaciones de asentamientos. Baruch Marzel, l¨ªder del minoritario Frente Nacional Jud¨ªo, pidi¨® el lunes al Ej¨¦rcito que asesinara a un l¨ªder pacifista.
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