Un r¨¦gimen escalonado
El Gobierno y Euskadiko Ezkerra pactaron dar a cada preso un tratamiento distinto seg¨²n su situaci¨®n
La negociaci¨®n sobre el modo de proceder con los presos y los refugiados en Francia requiri¨® la implicaci¨®n de los ministerios del Interior y de Justicia, en manos respectivamente de Juan Jos¨¦ Ros¨®n y de I?igo Cavero y se termin¨® de concretar bajo la presidencia de Leopoldo Calvo Sotelo, de quien Ros¨®n obtuvo autorizaci¨®n para proseguir lo iniciado con Adolfo Su¨¢rez
El representante de Euskadiko Ezkerra (EE) Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s propuso inicialmente una pauta escalonada, seg¨²n diversas f¨®rmulas: garant¨ªas de vuelta sin m¨¢s investigaciones para los exiliados no buscados o no procesados; libertades provisionales para los encarcelados pendientes de juicio; libertad condicional para los condenados con tres cuartas partes de la pena cumplida; reg¨ªmenes abiertos para presos con situaciones familiares o personales especiales y por ¨²ltimo, indultos para los casos m¨¢s graves que no pudieran ser incluidos en ninguno de los otros apartados.
La reinserci¨®n implic¨® a los ministerios de Interior y Justicia, Fiscal¨ªa General del Estado y judicatura de la Audiencia Nacional
Esos criterios fueron sometidos por el ministro Ros¨®n a la consideraci¨®n de altos mandos policiales y de la judicatura y se elabor¨® un primer listado de cien personas, treinta en prisi¨®n, y setenta huidas. En total, fueron 144.
Desde Euskadiko Ezkerra, el abogado Juan Infante se encarg¨® con Juan Mar¨ªa Bandr¨¦s de asistir a los polimilis en su paso por la Audiencia Nacional. Infante habla con reservas. No piensa que lo hecho entonces sea aplicable ahora. "No tiene nada que ver, los polimilis eran un rebufo de la situaci¨®n anterior a una democracia que a¨²n era muy vacilante. Ahora han pasado 25 a?os de persistir en el ataque a esa democracia y un recelo muy grande por el resultado de otras treguas", razona.
Los seis primeros reinsertados cruzaron la frontera por Ir¨²n en tren. Se advert¨ªa a la polic¨ªa, que franqueaba el paso y en ocasiones acompa?¨® las comitivas, seg¨²n recuerda Infante. El abogado rememora tambi¨¦n la petici¨®n de discreci¨®n que realiz¨® el ministro Jos¨¦ Barrionuevo, pensando en las v¨ªctimas de los atentados que ETAm segu¨ªa cometiendo mientras otros ex terroristas recobraban libertades. "Hubo mucha voluntad por todas las partes de que saliera. Por eso sali¨® y por algo importante: nadie reincidi¨®, hab¨ªa una decisi¨®n muy clara".
Fianzas "asequibles"
Una vez en la Audiencia Nacional, prestaban declaraci¨®n negando los cargos, se fijaban fianzas de entre 50.000 y 250.000 pesetas, "asequibles" incluso para la ¨¦poca. Juicios, recuerda, "hubo muy pocos" y la mayor¨ªa de las causas se sobreseyeron o hubo retirada de acusaciones por falta de pruebas. Cuando se llegaron a celebrar, las penas que se impusieron no sobrepasaban el tiempo que los acusados, ya en libertad condicional, hubieran pasado en prisi¨®n antes. Infante niega que se produjeran "apa?os", pero s¨ª subraya que "hab¨ªa una voluntad de colaboraci¨®n no escrita" de la que particip¨® tambi¨¦n el sistema judicial. Y hubo tambi¨¦n "una gran suerte", que salv¨® una de las condiciones tampoco escritas: que nadie tuviera un sumario abierto por delitos de sangre. En la medida que los casos m¨¢s sencillos se fueron resolviendo y se vio que los activistas "simplemente se iban a su casa", se abordaron los m¨¢s complicados: los de los dirigentes, que fueron los ¨²ltimos en volver. Joseba Aulestia cerr¨® el proceso al regresar el 15 de enero de 1985.
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