La decepci¨®n de Chaves

El ¨²nico que tiene que estar decepcionado tras conocerse el doble lenguaje que manten¨ªa el PA en el debate estatutario tiene que ser el mismo Manuel Chaves. S¨®lo ¨¦l manten¨ªa la esperanza. Confiaba siempre en la posibilidad de que los andalucistas no se desengancharan del proceso a pesar el escepticismo y las dudas que generaban sus evoluciones en el seno del PSOE y su grupo parlamentario. El presidente andaluz confiaba en su buena sinton¨ªa con el nuevo secretario general, Juli¨¢n ?lvarez, circunstancia que sirvi¨® en m¨¢s de una ocasi¨®n para resolver algunos problemas que se ven¨ªan produciendo en las negociaciones. La nueva direcci¨®n del partido necesitaba hacerse con las riendas de la organizaci¨®n y, lo m¨¢s importante, requer¨ªa un espacio propio con el que dibujar con trazos m¨¢s gruesos su perfil de formaci¨®n nacionalista y alejada de la sombra protectora de los socialistas. Ten¨ªan que escenificar autonom¨ªa e, incluso, cierta confrontaci¨®n para marcar as¨ª las diferencias con la etapa anterior. A ello estaba dispuesto Chaves, quien impuso su criterio para evitar rupturas innecesarias. Ser¨¢ cuesti¨®n de verlo en su momento, pero lo cierto es que en esto de la reforma del Estatuto, Chaves ven¨ªa mostrando cierto signo de contagio del optimismo, casi enfermizo, que preconiza Zapatero. Fruto de ello era su convencimiento pleno en que se alcanzar¨ªa un consenso entre todas las fuerzas pol¨ªticas. Pura ilusi¨®n si se tiene en cuenta lo que ha sucedido con el cap¨ªtulo de denominaci¨®n de Andaluc¨ªa.

Evidencia

?lvarez ha quedado en evidencia. Entreg¨® a Chaves, en mano, una propuesta en la que renunciaba al t¨¦rmino naci¨®n. Incluso, propon¨ªa los t¨¦rminos realidad e identidad nacional para el pre¨¢mbulo del texto. Ah¨ª es nada. De un plumazo se derrumbaba su discurso m¨¢s radical en favor de la definici¨®n de naci¨®n para nuestra comunidad y quiz¨¢, lo que es peor, su credibilidad como interlocutor v¨¢lido y capaz con el que alcanzar acuerdos pol¨ªticos de envergadura. El problema es grave puesto que no s¨®lo afecta a la propia estabilidad interna de dicha formaci¨®n, sino, tambi¨¦n, al futuro de las negociaciones que se puedan poner en marcha para sacar adelante el nuevo estatuto con el m¨¢ximo apoyo posible. A¨²n as¨ª, no habr¨¢ oportunidad para el dramatismo ni, tampoco, para la sorpresa dado que los andalucistas acariciaban la idea de la ruptura hasta el punto de que ten¨ªan perfectamente elaborada una estrategia con la que sacar rentabilidad del "no" a este nuevo estatuto. As¨ª que ya sabe Chaves a qu¨¦ atenerse, puesto que los hechos le han dado la raz¨®n a aquellos que advert¨ªan sobre las verdaderas intenciones del PA, partido que, si ahonda en su automarginaci¨®n, dar¨¢ ox¨ªgeno tanto a Pacheco como al propio PP, necesitado como est¨¢ este ¨²ltimo de dar cierta impregnaci¨®n de andalucismo a su discurso.