Manolo Vald¨¦s expone 70 obras de los ¨²ltimos 20 a?os en la Fundaci¨®n Maeght
Manolo Vald¨¦s (Valencia 1942) es objeto estos d¨ªas -hasta el 11 de junio- de una gran exposici¨®n de su obra en solitario, es decir, de esculturas, dibujos, pinturas y grabados realizados entre 1986 y 2006, una vez consolidado el camino que emprende al margen del recorrido con sus colegas del Equipo Cr¨®nica. Es en la Fundaci¨®n Maeght de Saint Paul de Vence (al sur de Francia) (www.fondation-maeght.com), en el espacio trazado por la maravillosa arquitectura y los jardines concebidos por Josep Llu¨ªs Sert, donde puede verse el trabajo desarrollado a lo largo de veinte a?os por un artista que, junto a Eduardo Arroyo y unos pocos m¨¢s, es uno de los grandes herederos de la figuraci¨®n narrativa.
Hace apenas un a?o, los jardines parisienses del Palais Royal acogieron una serie de bronces de Vald¨¦s, esculturas de inspiraci¨®n velazque?a, sacadas de la iconograf¨ªa popularizada por Las meninas. En la Fundaci¨®n Maeght se puede seguir ese trabajo de revisi¨®n art¨ªstica realizado por el creador valenciano desde hace dos d¨¦cadas. Vel¨¢zquez, sin duda, pero tambi¨¦n Tiziano, Matisse, Rembrandt, Manet, Goya, Van Eyck, Masaccio, Bonnard, Ribera o siluetas tan emblem¨¢ticas como la Dama de Elche -la ciudad de Valencia le hizo el encargo- figuran entre los nombres o las im¨¢genes que han impulsado el trabajo de Vald¨¦s, que aqu¨ª aparece en lo que pudi¨¦ramos considerar una antol¨®gica modesta o, simplemente, adaptada a las dimensiones del lugar.
Doble discurso
Con iron¨ªa y respeto, Vald¨¦s circula por la historia del arte, la comenta, recapacita, actualiza, adapta, critica y la vive y hace vivir. Con ¨¦l, el museo no existe o, mejor dicho, los siglos se acortan o se dilatan, hay lo que se nos aparece como contempor¨¢neo, vecino, y lo que, si¨¦ndonos coet¨¢neo, se nos hace extra?o. El hilo conductor es la realidad. La realidad de las obras, primero, pero tambi¨¦n la realidad de los mitos y de los sue?os. Vald¨¦s se siente a gusto realizando una pintura o una escultura legible, interpretable, de una aparente facilidad. Luego queda por descubrir el porqu¨¦ de su belleza y su inter¨¦s. Obviamente, ¨¦ste no es exclusivamente te¨®rico sino que tiene que ver con su capacidad para dotar los objetos de texturas sorprendentes, que trazan como un doble discurso sobre lo que vemos. Si las estilizadas siluetas nos reenv¨ªan a la obra de tal o cual artista, la superficie agujereada o rugosa pone en duda el mensaje tranquilizador, de belleza tranquila que se asoma a primera vista. La pintura se hace escultura y a la inversa. Lo que es madera se transforma en bronce, el bronce en tela. La circulaci¨®n entre materiales, entre pasado y presente, entre el referente y su lectura es la materia misma de los sue?os de Manolo Vald¨¦s.
En total, son casi 70 las obras que se exponen, con una presencia muy equilibrada entre escultura y pintura.
Babelia
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