A golpes con la vida
El ¨²ltimo cortometraje hasta la fecha de un notable aspirante a profesional, Daniel S¨¢nchez Ar¨¦valo, se llama F¨ªsica II y cuenta el penoso enfrentamiento entre un joven, Jorge, que pretende estudiar y abrirse paso en la vida y su m¨¢s bien acobardado padre, cuya mentalidad no le da m¨¢s que para desear que su hijo herede la porter¨ªa que ¨¦l regenta. El arranque preciso de esta Azuloscurocasinegro, su deb¨² en el largometraje, es exactamente ese enfrentamiento final de padre e hijo, y el desarrollo posterior da cuenta, con todo detalle, del infierno que se desencadena entre ambos. S¨¢nchez Ar¨¦valo mostrar¨¢ el d¨ªa a d¨ªa de esa relaci¨®n, la forma siniestra que la vida asumir¨¢ para ambos. Y todas las postergaciones que el joven (que sigue siendo, como en el corto, el eficaz Quim Guti¨¦rrez) sufrir¨¢.
AZULOSCUROCASINEGRO
Direcci¨®n: Daniel S¨¢nchez Ar¨¦valo. Int¨¦rpretes: Quim Guti¨¦rrez, Marta Etura, Antonio de la Torre, H¨¦ctor Colom¨¦, Ra¨²l Ar¨¦valo. G¨¦nero: drama, Espa?a, 2005. Duraci¨®n: 105 minutos.
No es usual que un debutante apueste con tanta fuerza por una misma trama. Tal vez peripecia biogr¨¢fica, tal vez personal obsesi¨®n, el filme respira autenticidad tanto en la descripci¨®n de la relaci¨®n padre-hijo como en la posterior, y un poco m¨¢s alambicada, entre el muchacho y un hermano recluso, novia incluida. Y como el filme es, a fin de cuentas, un discurso sobre el peso castrante de la autoridad paterna, S¨¢nchez Ar¨¦valo trufa toda la vivencia con un relato paralelo, el del amigo del protagonista, Israel (Ra¨²l Ar¨¦valo), y sus tambi¨¦n muy peculiares relaciones con su progenitor.
No parece que la elecci¨®n de esta segunda trama aporte demasiado al filme, pero siempre se agradece la generosidad de la inspiraci¨®n, aunque llegue un poco torcida. Porque S¨¢nchez Ar¨¦valo hace algo que deber¨ªa hacer siempre cualquier debutante: se arriesga por su historia, se la juega junto con sus personajes, no teme ponerlos en las situaciones m¨¢s tensas y siniestras si le ayudan a llegar a un final que, seg¨²n como se lea, puede ser tan desolador como el comienzo y que deja un regusto amargo, aunque estimulante. Deb¨² prometedor, excelente pulso narrativo, compromiso: qu¨¦ m¨¢s podemos pedir.
Babelia
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