El petr¨®leo y la visible obra de Ch¨¢vez
El autor formula sus puntos de vista sobre la realidad de Venezuela, en respuesta a los art¨ªculos de Norman Gall, 'La dudosa obra de Ch¨¢vez' y 'El caos petrolero', publicados el 27 y 28 de marzo en la secci¨®n Investigaci¨®n y An¨¢lisis.
Lo mismo que a tantos venezolanos defraudados, y a no menos for¨¢neos enga?ados, EL PA?S fue desdichadamente embaucado, pero, a pesar de uno y miles como Norman Gall, siempre prevalecer¨¢ el prestigio del diario y reinar¨¢ la verdad. El infrascrito quiso lucir una pretendida esencia cient¨ªfica en una andanada de escritos que no alcanzaron ni remotamente la consistencia de una opini¨®n m¨ªnimamente calificada. Los textos con la firma de Norman Gall, que encontraron divulgaci¨®n privilegiada bajo los t¨ªtulos La dudosa obra de Ch¨¢vez y El caos petrolero, los d¨ªas lunes 27 y martes 28 de marzo de 2006, constituyen una estafa medi¨¢tica colectiva.
El contenido viciado de estos art¨ªculos no merece un esfuerzo argumentativo. Las notas evidencian un descontrol delirante que las desacredita a priori para el debate. La virulencia lleva inconscientemente al autor a incurrir desmedidamente en impresiones formales, las cuales invalidan los art¨ªculos para ser presentados bajo la respetada denominaci¨®n de "investigaci¨®n y an¨¢lisis". Particularmente impresiona la desverg¨¹enza con la cual, sin una nimia de decoro y menos de sobriedad, Gall refiere cifras inveros¨ªmiles de origen desconocido, cita fuentes indeterminables de dudosa existencia y condena a funcionarios por simple apetencia visceral.
El Gobierno dedica especial atenci¨®n a la construcci¨®n de obras p¨²blicas nuevas
El FMI y el Banco Mundial avalan el crecimiento del 9,3% de la econom¨ªa venezolana
Estos tristes relatos provienen de un doliente de nuestra determinaci¨®n de administrar soberanamente nuestros recursos naturales y nuestra industria petrolera. Contrariamente a la pr¨¢ctica de Gall, preferimos en esta materia apelar a la palabra de organizaciones internacionales. De la resoluci¨®n 1.803 de la Asamblea General de las Naciones Unidas con fecha 14 de diciembre de 1962 se puede extraer una garant¨ªa b¨¢sica: el derecho de los pueblos y de las naciones a la soberan¨ªa permanente sobre sus riquezas y recursos naturales debe ejercerse en inter¨¦s del desarrollo nacional y del bienestar del pueblo del respectivo Estado.
Por eso el Gobierno bolivariano fren¨® la privatizaci¨®n de Petr¨®leos de Venezuela Sociedad An¨®nima (PDVSA), con la cual, ignominiosamente, por deseo de Gall y otros tantos con ¨¦l, se le iba desprendiendo de sus actividades medulares. Como ejemplo de esto estuvo la llamada internacionalizaci¨®n, audaz esquema mercantil neoliberal mediante el cual se transfirieron al exterior m¨¢s de 14.000 millones de d¨®lares; es decir, nosotros venezolanos, subsidiando el consumo de energ¨ªa para la econom¨ªa m¨¢s importante del planeta, incluyendo Hollywood y sus alrededores.
Otro ejemplo, el cual, por supuesto, omite Gall, lo constituye la falsa promesa de las asociaciones estrat¨¦gicas de la Faja Petrol¨ªfera del Orinoco, las cuales significaron la entrega a las empresas transnacionales de 600.000 barriles diarios (MBD) de petr¨®leo en condiciones fiscales lesivas. Baste con decir que, mientras PDVSA invierte en un costo de cuatro d¨®lares para producir un barril de crudo con los mencionados contratos, la empresa era obligada a comprar crudo -venezolano- a 22 d¨®lares el barril, esto tampoco lo menciona Gali. Algo tiene que ver con que Exxon haya sido desprovista de ese grosero y obsceno privilegio.
La propia Agencia Internacional de Energ¨ªa, en su tarea de contabilizar la producci¨®n de los pa¨ªses que exportan hidrocarburos, reconoce, en su informe del mes de marzo 2006, el rescate absoluto de PDVSA, corporaci¨®n que ha superado con creces el nivel de producci¨®n de crudo registrado antes del sabotaje petrolero de 2002 y 2003 en un marco legal y operativo, ubicando la producci¨®n nacional por encima de los tres millones de barriles diarios, y adem¨¢s contabiliza en el total los vol¨²menes de crudos extra¨ªdos de la Faja Petrol¨ªfera del Orinoco. Esto se suma al reconocimiento de que Venezuela es el pa¨ªs con la mayor cantidad de reservas de gas en el mundo, para tristeza de Gall y sus mandarines. Para nosotros los venezolanos, y para todos nuestros pa¨ªses latinoamericanos y caribe?os, m¨¢s que una obligaci¨®n pol¨ªtica, es un mandato existencial emplear y redistribuir los ingresos fiscales para el bien social. En este caso tambi¨¦n preferimos aludir al reconocimiento de la Unesco y la Organizaci¨®n de Estados Iberoamericanos para la Educaci¨®n, la Ciencia y la Cultura (OEI) al pueblo y al Gobierno venezolano por la declaratoria de Venezuela como territorio libre de analfabetismo, logro alcanzado con la alfabetizaci¨®n de 1.482.000 iletrados inhabilitados en el pasado para ejercer plenamente su ciudadan¨ªa.
A este logro, apuntalado por el debido uso del ingreso petrolero nacional, se suman actualmente, tambi¨¦n en el campo informativo, 555.687 inscritos en el plan masivo de educaci¨®n media y diversificada y 330.346 bachilleres cursando programas de formaci¨®n universitaria, todos excluidos antiguamente de la educaci¨®n formal. Vamos camino a una inversi¨®n del 10% del PIB en educaci¨®n. En materia de salud, referimos el reconocimiento de la OMS y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) de los resultados conseguidos con el desarrollo de una red de atenci¨®n m¨¦dica primaria y especializada, que hasta el pasado 25 de febrero acumulaba 167,3 millones de consultas en m¨®dulos construidos en zonas populares, as¨ª como 6,7 millones de ex¨¢menes realizados en las cl¨ªnicas populares.
Si de desarrollo econ¨®mico se trata, la Comisi¨®n Econ¨®mica para Am¨¦rica Latina (CEPAL), la banca extranjera y hasta el mismo FMI y el Banco Mundial avalan el crecimiento de 9,3% de la econom¨ªa venezolana en 2005, con un antecedente de 17,3% en 2004 y su proyecci¨®n positiva para el a?o en curso. Por cierto, que este comportamiento de la actividad econ¨®mica se fundamente principalmente en el crecimiento del sector no petrolero, prueba el dinamismo actual de nuestro sector productivo. Para esto es nuestro petr¨®leo, a pesar de uno y miles Gall.
Y si de infraestructura se trata, ¨¢mbito que tambi¨¦n parece apasionar a Gall, un seudoinvestigador quien dice soportar sus comentarios en tres semanas de entrevistas en Venezuela -sin acercarse a alguna oficina gubernamental-, cuando parece que el supuesto trabajo de campo lo realiz¨® mientras vivi¨® en Venezuela entre 1968 y 1974, olvid¨® mencionar que actualmente en nuestro pa¨ªs se construyen simult¨¢neamente v¨ªas terrestres en el oriente y centro-occidente, f¨¦rreas en el centro, norte y los llanos del pa¨ªs, y subterr¨¢neas en Caracas, Los Teques, Maracaibo y Valencia; centrales hidroel¨¦ctricas y un gran puente sobre el r¨ªo Orinoco. Conscientes de que el desarrollo de las infraestructuras constituye uno de los factores fundamentales para contribuir a elevar la calidad de vida de la poblaci¨®n y para promover el crecimiento econ¨®mico, el Gobierno venezolano dedica especial atenci¨®n a la construcci¨®n de importantes obras p¨²blicas nuevas, pero tambi¨¦n a evitar el colapso definitivo de obras construidas o abandonadas durante periodos anteriores de gobierno, con vicios ocultos en su desarrollo, algunas de las cuales Gall defiende afanosamente. El sector construcci¨®n viene experimentando un crecimiento sostenido (20,1% del PIB total en 2005), sobre la base de las grandes obras de infraestructura, como los ferrocarriles, las l¨ªneas de metro y las autopistas, indicativo de que la actividad no petrolera muestra un dinamismo superior a la petrolera.
El Gobierno bolivariano ha mantenido una asignaci¨®n presupuestaria promedio del 5,7% al Ministerio de Infraestructura con respecto al total de los ejercicios fiscales desde el a?o 2000 hasta el 2005, pues los programas de inversi¨®n de infraestructuras p¨²blicas fundamentales para el servicio p¨²blico y el crecimiento econ¨®mico del pa¨ªs se destinan no solamente a crear las condiciones externas favorables para el desarrollo de la industria, la agricultura, el comercio y los servicios, sino que tambi¨¦n destaca el programa de reparaci¨®n y construcci¨®n de las infraestructuras de servicios p¨²blicos esenciales, tales como instituciones educacionales, centros de salud, instalaciones deportivas y culturales, entre otras. Tambi¨¦n destaca la atenci¨®n a la masificaci¨®n de la construcci¨®n de viviendas populares y de clase media.
Es perfectamente admisible exponer opiniones divergentes sobre nuestra realidad actual, caracterizada por su dinamismo y avance vertiginoso hacia el desarrollo social y econ¨®mico deseable. No nos queda m¨¢s que invitar a Gall a visitar nuestro pa¨ªs para coronar su aspiraci¨®n de presentar una investigaci¨®n y an¨¢lisis; mientras tanto, preferimos la cr¨ªtica ponderada, as¨ª como la expresi¨®n de quienes se han tomado la molestia de estar por nuestro pa¨ªs recientemente y han quedado convencidos del pujante y aut¨¦nticamente democr¨¢tico camino que emprende nuestro pueblo en este tiempo.
Ar¨¦valo M¨¦ndez Romero es embajador de la Rep¨²blica Bolivariana de Venezuela.
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