M¨¢s de un mill¨®n de franceses salen otra vez a la calle contra la reforma laboral
La popularidad del primer ministro, Dominique de Villepin, cae al nivel m¨¢s bajo de su mandato
Entre uno y tres millones de personas volvieron a salir ayer a la calle en Francia contra el ya difunto contrato de primer empleo (CPE), que precariza el trabajo de los j¨®venes. Sindicatos y polic¨ªa coincid¨ªan en que la movilizaci¨®n era equiparable a la del pasado 28 de marzo. Mientras, el primer ministro, Dominique de Villepin, reconoc¨ªa en la Asamblea Nacional que la prioridad de su Gobierno era "salir r¨¢pidamente de la actual crisis", y su popularidad ca¨ªa a r¨¦cords hist¨®ricos. Su gran rival, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, convoc¨® para hoy a sindicatos y estudiantes para negociar.
El seguimiento de las huelgas, sin embargo, fue mucho menor, especialmente en el transporte p¨²blico. En los ferrocarriles (SNCF), s¨®lo fue seguida por un 18,3% de los trabajadores; en Par¨ªs, la frecuencia de los metros se redujo en un 25% y una cifra similar en los trenes de cercan¨ªas. En 32 ciudades hubo perturbaciones en los transportes p¨²blicos. Tambi¨¦n el tr¨¢fico a¨¦reo sufri¨® la huelga de controladores. En la educaci¨®n p¨²blica, la huelga fue seguida por entre el 16% y el 28% de los profesores. Los peri¨®dicos fueron distribuidos casi con normalidad.
La manifestaci¨®n de Par¨ªs, la m¨¢s multitudinaria, transcurri¨® desde la plaza de la Rep¨²blica hasta la de Italia. Seg¨²n los sindicatos, congreg¨® a 700.000 personas. La polic¨ªa dejaba la cifra en 84.000. El Ministerio del Interior calcul¨® en 1.028.000 el total de personas que acudieron a las 258 manifestaciones que hubo en todo el pa¨ªs. Los sindicatos triplicaron la cifra. En cualquier caso son cantidades muy similares a las de hace una semana. Al contrario que en las ¨²ltimas movilizaciones, ayer se registraron escasos incidentes, tan s¨®lo los protagonizados por los ya habituales casseurs (reventadores) que actuaban en Par¨ªs al final de la marcha. Tambi¨¦n en Lille hubo incidentes.
Los manifestantes coreaban las mismas consignas que en las cinco previas movilizaciones, todas pidiendo la retirada del CPE, el contrato laboral para menores de 26 a?os que permite el despido sin justificar en los primeros 24 meses. Sin embargo, para todo el mundo es evidente que el CPE est¨¢ muerto desde que Chirac anunciara el viernes pasado -en una decisi¨®n de contorsionismo pol¨ªtico- que lo promulgaba, pero que ordenaba que no se aplicara hasta que no hubiera sido sustancialmente modificado, reduciendo el periodo de prueba de dos a?os a un a?o y estableciendo derecho a conocer el motivo del despido.
Chirac desautorizaba as¨ª a su primer ministro y daba la orden a su gran rival, el ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, de maniobrar para salir de la crisis. El jefe del Estado hab¨ªa sostenido en todo momento a Villepin desde que empez¨® esta crisis hace ya m¨¢s de dos meses, hasta el punto de que los rumores que llegaban del palacio del El¨ªseo se?alaban que el presidente se hab¨ªa convertido en el reh¨¦n del jefe del Gobierno y de la apuesta de ¨¦ste de ocupar el espacio pol¨ªtico que, de cara a las presidenciales del a?o que viene, le disputa el presidente de la UMP, Nicolas Sarkozy.
La sesi¨®n de preguntas al Gobierno se convirti¨® ayer en un aut¨¦ntico suplicio para Villepin. "Usted est¨¢ en Matignon, pero no gobierna, lo suyo es s¨®lo una apariencia de poder, es lo que se llama una crisis de r¨¦gimen", le dijo el jefe del grupo socialista, Jean-Marc Ayrault. Los franceses, a?adi¨®, "se preguntan qui¨¦n gobierna en Francia". Villepin, obviamente superado por la situaci¨®n, respondi¨®: "El presidente preside, el Gobierno gobierna, el Parlamento legisla y los partidos pol¨ªticos contribuyen a la vida democr¨¢tica en el marco de la Constituci¨®n". Y ya m¨¢s entero, a?adi¨®: "La crisis no le interesa a nadie".
El problema, sin embargo, es que el CPE est¨¢ muerto, pero no enterrado. La Ley para la igualdad de oportunidades, que incluye el pol¨¦mico contrato, entr¨® en vigor el domingo pasado avalada por el Consejo Constitucional y promulgada por el presidente de la Rep¨²blica. Cualquier revisi¨®n no se limitar¨¢ a los dos puntos establecido por Chirac. El propio Sarkozy ya ha abierto la puerta a negociarlo todo "sin tab¨²es ni l¨ªmites".
A un a?o de la fecha prevista para las elecciones presidenciales, empiezan a sonar las primeras voces que piden abiertamente una disoluci¨®n de la C¨¢mara, controlada holgadamente por la mayor¨ªa gubernamental de centro-derecha, que, a todas luces, no cuenta ahora con el apoyo popular. El problema es que el modelo franc¨¦s es presidencialista y cualquier cambio real exigir¨ªa una dimisi¨®n del presidente Chirac.
Una encuesta publicada ayer por el diario Les Echos se?alaba que el 55% de los franceses considera "insuficientes" los cambios sugeridos por Chirac. La popularidad de Villepin ha ca¨ªdo a su punto m¨¢s bajo, un 28%, seg¨²n una encuesta del semanario L'Express, la misma que disfrutaba su predecesor, Jean Pierre Raffarin, poco antes de ser sustituido hace 10 meses tras el no a la Constituci¨®n europea.
PULSO AL GOBIERNO
-El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, se reunir¨¢ hoy con sindicatos y estudiantes
-32 ciudades sufrieron perturbaciones en los transportes p¨²blicos
-La manifestaci¨®n de Par¨ªs fue la m¨¢s multitudinaria
-Empiezan a sonar voces que piden la disoluci¨®n de la Asamblea Nacional
-Los socialistas se preguntan qui¨¦n gobierna Francia
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