Viaje mit¨®mano a La Mancha de Almod¨®var

Las aspas de dise?o de los molinos de viento giran lentamente, a lo lejos, en el horizonte amarillento de la Nacional IV. El parque e¨®lico es la versi¨®n pop art de esos cilindros blancos con aspas cuadriculadas que Don Quijote tom¨® por gigantes. En La Mancha ficticia de Pedro Almod¨®var, el viento trae la locura y el fuego, y estos molinos pop, que son la frontera metaf¨®rica de Volver entre la ciudad y el pueblo, el presente y el pasado o la vida y la muerte, giran con cada soplo de aire.

1 GRAN?TULA DE CALATRAVA

Gregorio Imedio regentaba en los a?os treinta el cine Imedio, donde se proyectaban pel¨ªculas mudas. En la droguer¨ªa de sus padres fue donde al parecer descubri¨® que al sumergir la pel¨ªcula en acetona se adher¨ªa m¨¢s f¨¢cilmente. As¨ª dio con el pegamento que le har¨ªa rico

"Adoro la austeridad de estas calles, el suelo empedrado, las ventanas de hierro negro, sin macetas, limpias de cualquier tipo de adorno. El z¨®calo oscuro. La luz intensa del d¨ªa" (Pedro Almod¨®var)

Un m¨¢gico travelling lateral recorre el cementerio de Gran¨¢tula de Calatrava, peque?o pueblo situado a unos 10 kil¨®metros de Almagro, provincia de Ciudad Real. En la pantalla, un ej¨¦rcito de mujeres enlutadas abrillanta las l¨¢pidas del camposanto en un soleado d¨ªa de viento. El cementerio real de Gran¨¢tula, un d¨ªa cualquiera, no est¨¢ tan concurrido como el de la ficci¨®n. Dos ancianas barren entre las tumbas mientras charlan. Echan las hojas secas hacia el pasillo central. Los ¨¢rboles alrededor de la carretera del cementerio cortan la horizontalidad de la llanura.

2 ALMAGRO

Almod¨®var rod¨® Volver en julio, agosto y septiembre de 2005. Y fue el parque e¨®lico de Sisante (provincia de Cuenca) el primer escenario que se escogi¨® para filmar. No muy lejos de Sisante, junto al r¨ªo J¨²car, est¨¢ el paraje de La Losilla, en el t¨¦rmino municipal de Casas de Ben¨ªtez. All¨ª el equipo encontr¨® un buen lugar para enterrar al muerto de la ficci¨®n.

Tras visitar cientos de viviendas con patio en m¨¢s de 50 pueblos, se encontr¨® la de Agustina (interpretada en el filme por Blanca Portillo) en la plaza Mayor de Almagro, junto a la oficina de turismo. Los interiores de la otra casa, la de Paula (Chus Lampreave), se rodaron en Madrid. Curiosamente, Agustina y Paula, adem¨¢s de ser vecinas entre s¨ª, lo son de manera intertextual de Leo Mac¨ªas / Amanda Gris, la escritora de novelas rosa que interpret¨® Marisa Paredes en La flor de mi secreto (1995). La casa donde se rod¨® la desesperada vuelta al pasado de la protagonista de ese largometraje, el und¨¦cimo, de Almod¨®var est¨¢ a escasos metros de la de Agustina, en la plaza Mayor de Almagro.

En este espacio hist¨®rico encontramos el Corral de Comedias, recinto teatral del siglo XVII donde hoy se puede asistir a una imaginativa representaci¨®n que combina la narraci¨®n hist¨®rica en off de Fernando Fern¨¢n-G¨®mez con una obrita de corte medieval que interpretan dos actrices. El festival de teatro cl¨¢sico m¨¢s importante de Espa?a se celebra aqu¨ª en el mes de julio.

Justo enfrente del corral tiene su tienda el escritor Francisco Romero, quien ante las m¨²ltiples negativas editoriales a la publicaci¨®n de sus ya seis novelas ha optado por sentarse tras un mostrador para vender y promocionar las obras, que ¨¦l mismo edita.

Merece tambi¨¦n la pena visitar el museo etnogr¨¢fico Campo de Calatrava, una nost¨¢lgica colecci¨®n de cientos de objetos que recrean oficios ya desaparecidos que sus propietarios, Jos¨¦ Luis y Mar¨ªa Teresa, han recopilado durante a?os.

"Adoro la austeridad de estas calles, el suelo empedrado, las ventanas de hierro negro, sin macetas, limpias de cualquier tipo de adorno. El z¨®calo oscuro. La luz intensa del d¨ªa". El d¨ªa que rod¨® la ¨²ltima secuencia de Volver, Almod¨®var describ¨ªa de esta manera Almagro en el diario de rodaje que ha publicado en www.clubcultura.com.

Una de estas calles limpias de Almagro es la de Federico Relimpio, en la que la pel¨ªcula sit¨²a las puertas enfrentadas de Paula y Agustina por donde pulula el fantasma de Irene (Carmen Maura).

3 CALZADA DE CALATRAVA

El pasado 16 de marzo se celebr¨® el preestreno mundial de Volver en el cine del centro cultural Rafael Serrano de Calzada de Calatrava. La productora El Deseo cedi¨® una copia al Ayuntamiento, gracias a la gesti¨®n de la asociaci¨®n cultural Pedro Almod¨®var Caballero, para que la pel¨ªcula se proyectara en primicia, a la vez que en Madrid, en el pueblo natal del director. Sin duda la mejor manera de que esta localidad de menos de 5.000 habitantes estrenara la renovaci¨®n de la sala de cine municipal, en la que se programar¨¢n principalmente pel¨ªculas espa?olas.

El teatro del centro cultural, donde se realizan las proyecciones, se edific¨® sobre el antiguo cine de verano de la localidad, un corral¨®n al que Almod¨®var se asomaba de ni?o sobre la tapia de la casa de su t¨ªa Jacinta, que viv¨ªa al lado, para ver gratis las pel¨ªculas que se pasaban. Ahora, la citada asociaci¨®n proyecta crear en el centro cultural un museo dedicado a su paisano con decorados, vestuario, carteles y recortes de prensa de sus pel¨ªculas.

Aunque Almod¨®var s¨®lo vivi¨® aqu¨ª hasta los ocho a?os, nunca ha perdido el contacto con Calzada, donde residen su t¨ªa y parte de su familia tanto materna como paterna. Un recorrido mit¨®mano por la localidad nos lleva hasta dos calles paralelas: Urbano Morales y General Aguilera.

En el n¨²mero 48 de la primera est¨¢ la peque?a casa gris de puerta marr¨®n y ventanas con persianas verdes en la que naci¨® el director hace 55 a?os. Su familia la vendi¨® cuando los Almod¨®var Caballero decidieron emigrar a Extremadura. Muchos a?os despu¨¦s, tras la muerte de su marido, Paca Caballero volvi¨® a Calzada y compr¨® la casa del n¨²mero 7 de la calle del General Aguilera, que hab¨ªa sido de su madre, Raimunda, nombre que Almod¨®var ha dado al personaje que interpreta magistralmente Pen¨¦lope Cruz.

A esta casa, Pedro Almod¨®var volv¨ªa a menudo, siendo ya un reconocido director, para visitar a su madre. Seg¨²n ha contado ¨¦l mismo alguna vez, durante estas visitas era sometido a implacables ruedas de prensa por parte de su madre y sus vecinas. Muchos calzade?os recuerdan a do?a Paca sentada tarde tras tarde, en la calle junto a la puerta de su casa, en compa?¨ªa de Lola, Agustina, Josefa y otras vecinas con las que manten¨ªa el tipo de estrecha relaci¨®n que se describe en Volver.

No muy lejos de estas calles, frente al tanatorio, encontramos la peque?a ermita de San Isidro, donde las mujeres del pueblo ponen velas al santo en las largas noches de los Oscar de Pedro. Un cartel con el logotipo de Telef¨®nica adorna la entrada al jardincito de la ermita.

La operadora de telefon¨ªa, en la que Almod¨®var trabaj¨® como administrativo antes de dedicarse al cine, parece seguir persiguiendo simb¨®licamente al director: el parque Pedro Almod¨®var, inaugurado en 1990, se construy¨® ir¨®nicamente frente a la sede de la compa?¨ªa en el municipio.

Justo detr¨¢s del parque est¨¢ la antigua f¨¢brica del pegamento Imedio, que recuerda otra conocida historia del pueblo sorprendentemente relacionada con el cine.

Antes de que se hiciera c¨¦lebre Pedro Almod¨®var, el calzade?o m¨¢s famoso fue Gregorio Imedio, inventor del pegamento que lleva su nombre. Gregorio Imedio regentaba en los a?os treinta el cine Imedio, donde se proyectaban pel¨ªculas mudas.

Como el celuloide se quebraba habitualmente por el uso, Gregorio Imedio reparaba los rollos manualmente en la droguer¨ªa de sus padres. Al parecer, all¨ª descubri¨® en cierta ocasi¨®n que al sumergir la pel¨ªcula en acetona se adher¨ªa m¨¢s f¨¢cilmente, y as¨ª comenz¨® a experimentar sobre filmes desechados hasta dar con el preparado que le har¨ªa rico.

Se cuenta tambi¨¦n que para probar las propiedades del invento, Gregorio Imedio ide¨® el siguiente test de producto: pegaba monedas al mostrador de la droguer¨ªa que los ni?os, previsiblemente, intentaban robar en momentos de descuido del tendero. El pegamento Imedio dej¨® de fabricarse en el pueblo a finales de los ochenta, ya que la familia decidi¨® vender la patente a una empresa holandesa.

4 LOS CASTILLOS DE CALATRAVA Y EL VISO DEL MARQU?S

A unos pocos kil¨®metros del pueblo encontramos, uno frente al otro sobre las laderas de un valle, dos castillos de la orden medieval de Calatrava. El castillo de Salvatierra, fortaleza moz¨¢rabe de origen romano, fue un basti¨®n clave en la victoria cristiana de Las Navas de Tolosa (1212) durante la Reconquista. A¨²n se conserva, aunque en ruinas, la imponente torre del homenaje.

En mejores condiciones est¨¢ el castillo de Calatrava la Nueva, una impresionante fortaleza de la misma ¨¦poca con una peque?a iglesia cisterciense en su interior, que perteneci¨® tambi¨¦n a los poderosos caballeros de Calatrava, cuyo blas¨®n est¨¢ presente por toda la comarca.

Otra interesante visita es el pueblo de El Viso del Marqu¨¦s. Por una curiosa paradoja hist¨®rica, este peque?o rinc¨®n de la seca llanura manchega alberga el archivo documental de la Armada espa?ola y evoca las batallas navales del siglo XVI a trav¨¦s de la omnipresente figura de don ?lvaro de Baz¨¢n. El almirante granadino, famoso por su fiereza en las guerras contra franceses e ingleses, construy¨® un palacio en el pueblo que Felipe II le regal¨® cuando le otorg¨® el t¨ªtulo de marqu¨¦s de Santa Cruz. Para su construcci¨®n se contrat¨® a arquitectos y pintores italianos.

Antes de volver a Calzada visitamos tambi¨¦n la iglesia de El Viso. Pedro Ca?ete, un simp¨¢tico gu¨ªa, muestra el interior del edificio, en una de cuyas paredes hay colgado un enorme cocodrilo disecado que al parecer Don ?lvaro de Baz¨¢n trajo del Nilo hace m¨¢s de 400 a?os.

De noche, en Calzada de Calatrava, el silencio se adue?a de las calles. De pronto se escucha el timbre de una espectral campanilla. Desde el fondo de la calle, dos sombras se acercan, alumbrando una su paso con un peque?o farol mientras la otra sigue ta?endo el instrumento. Las fantasmales figuras son dos ancianas que, seg¨²n la extra?a tradici¨®n del Pecado Mortal, recorren el pueblo de esta guisa durante la cuaresma pidiendo donativos para organizar una misa a favor de un difunto que ha muerto en pecado.

Durante la Semana Santa exist¨ªa en el pasado otra siniestra costumbre local: quienes no hab¨ªan fallecido despu¨¦s de una larga agon¨ªa, deb¨ªan caminar delante del paso de la procesi¨®n vistiendo su propia mortaja: cad¨¢veres resucitados en penitencia por seguir vagando por el mundo de los vivos. En el Comala de La Mancha, todo es posible.