La consigna del PSOE como izquierda radical
PERDER LAS ELECCIONES generales pill¨® a los dirigentes de la derecha tan a contrapi¨¦ que durante mucho tiempo actuaron como pollos sin cabeza. Para hacer oposici¨®n recurrieron a cualquier consigna, aunque fueran contradictorias unas con otras. Han reprendido a los socialistas como usurpadores, no reconociendo la legitimidad de sus reformas; los han acusado de estaticidas en el debate territorial, y de estatistas en el de la econom¨ªa; dijeron que han traicionado a los muertos del terrorismo y que han ninguneado a sus v¨ªctimas. Ahora resulta que cuando ZP recuerda con gratitud la II Rep¨²blica, ?es ¨¦l quien est¨¢ revisando la historia!
Uno de los esl¨®ganes que m¨¢s se ha repetido -sobre todo, cuando la derecha ha salido a la calle- y que en la actualidad se ha puesto en el centro de la propaganda es que el PSOE es la "izquierda radical" que aplica pol¨ªticas radicales. Tan sorprendente tesis ha encontrado acogida en el libro La ideolog¨ªa invisible. El pensamiento de la nueva izquierda radical, de Jes¨²s Trillo Figueroa. Hermano del ministro de Defensa de Aznar, de 51 a?os y con 10 hijos, Trillo fue secretario general de la Fundaci¨®n C¨¢novas del Castillo y ha sido patrono de la FAES; es decir, ha participado en los aparatos ideol¨®gicos org¨¢nicos del PP, siguiendo su propia terminolog¨ªa.
En 1996 se inici¨® la "segunda transici¨®n". Pocos meses despu¨¦s, FG era presidente de Argentaria; Villalonga, de Telef¨®nica; Blesa, de Cajamadrid, y Norniella deven¨ªa en el prototipo de consejero independiente
Seg¨²n el libro citado, la nueva izquierda radical es el PSOE; la ideolog¨ªa org¨¢nica del socialismo actual en Espa?a "no es otra que la versi¨®n m¨¢s radical del socialismo, unido al feminismo radical" (sic); y ZP es un optimista ideol¨®gico, "cuya finalidad es lograr la utop¨ªa del mundo feliz en la divinidad de la historia, que llegar¨¢ a producirse mediante el inexorable progreso y la ayuda de la revoluci¨®n". Qu¨¦ miop¨ªa la de quienes no nos hemos dado cuenta de tal transubstanciaci¨®n.
El PSOE de ZP es m¨¢s radical que el de Felipe Gonz¨¢lez, que, no obstante, tambi¨¦n tuvo su tela. Sostiene Trillo, por ejemplo, que "no hay una sola ley de aquella ¨¦poca relativa a un sector de actividad econ¨®mica que no lo declarara servicio p¨²blico y de titularidad estatal, es decir, que no buscara la nacionalizaci¨®n de la actividad por parte del Estado". Ello sucedi¨® con el gas, las telecomunicaciones, los transportes terrestres, las costas y la electricidad. "Al mismo tiempo, el postulado de la profundizaci¨®n democr¨¢tica se interpret¨® como la extensi¨®n y el traslado de la mayor¨ªa socialista a todas las instituciones del Estado, e incluso de la sociedad". Si aquello hizo Felipe, qu¨¦ no har¨¢ el radical ZP.
Menos mal que esa tendencia la cort¨® el PP en 1996, e inici¨® lo que Aznar denomin¨® "la segunda transici¨®n". En s¨®lo unos meses ya se notaba que los moderados mandaban: s¨®lo dos semanas despu¨¦s de formar Gobierno, el amigo de Rato, Francisco Gonz¨¢lez, asum¨ªa la presidencia de Argentaria (desplazando a un radical, Francisco Luz¨®n, que hoy trabaja con Bot¨ªn); un mes m¨¢s tarde, Juan Villalonga, compa?ero de pupitre de Aznar, se hac¨ªa cargo de Telef¨®nica; Alfonso Cortina, de Repsol, y C¨¦sar Alierta llegaba a Tabacalera. En septiembre tocaba el turno a Miguel Blesa, compa?ero de Aznar como inspector de Hacienda, en Cajamadrid. Un hombre tan poco vinculado al PP, como Fern¨¢ndez Norniella, deven¨ªa en el prototipo de consejero independiente de las empresas privatizadas.
Mientras eso suced¨ªa, el PP lleg¨® con la intenci¨®n de mirar atr¨¢s sin ira, pero no pod¨ªa dejar de hacer p¨²blico que el PSOE hab¨ªa perdonado una deuda fiscal de 200.000 millones de pesetas a sus amiguetes, en gloriosas palabras de Aznar. Los amiguetes no aparecieron, a pesar de las pesquisas nocturnas en la Agencia Tributaria, y el episodio cost¨® la cabeza de los dos principales responsables de este organismo, Jes¨²s Bermejo y Pilar Valiente. ?sta, en otro ejemplo de moderaci¨®n, fue nombrada presidenta de la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores, puesto en el que apenas dur¨® un a?o por el esc¨¢ndalo -¨¦ste s¨ª, real- de Gescartera.
L¨¢stima que la memoria nos juegue tan malas pasadas y haga radicales de los moderados, y viceversa.
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