Fidel y Newton
Este diario public¨® el domingo pasado un adelanto del libro Fidel Castro, biograf¨ªa a dos voces, del periodista Ignacio Ramonet, una larga entrevista de m¨¢s de 600 p¨¢ginas sobre la vida y el pensamiento del l¨ªder cubano. Lo publicado inclu¨ªa este p¨¢rrafo, referido al accidente que Castro sufri¨® el 20 de octubre de 2004: "Mi pie izquierdo pis¨® en el vac¨ªo por la diferencia de altura. El impulso y la ley de gravedad, descubierta hace tiempo por Newton, hicieron que, al dar el paso en falso, me precipitara hacia delante hasta caer, en fracci¨®n de segundos, sobre el pavimento".
Una cita de Newton por una ca¨ªda fortuita es de las frases que realmente le pueden quedar a uno en la cabeza. El intelectual cubano residente en Barcelona Ernesto Hern¨¢ndez-Busto la ten¨ªa en su cerebro y, tras leerla en el diario, la busc¨® por Internet. Comprob¨® que la frase figura, palabra por palabra, en la carta que Fidel Castro escribi¨® a sus compatriotas al d¨ªa siguiente del accidente y que la propia entrevista de Ramonet cita. Se lo coment¨® a su amigo Arcadi Espada, colaborador de este diario hasta febrero, y ¨¦ste lo public¨® en Internet en su blog o bit¨¢cora el lunes pasado.
Ese mismo d¨ªa, un seguidor del blog localiz¨® otra frase de la misma carta que se repet¨ªa, referida a la operaci¨®n que sigui¨® a la ca¨ªda: "Solicit¨¦ a los m¨¦dicos que no me aplicaran ning¨²n sedante, y utilizaron anestesia por v¨ªa raqu¨ªdea, que adormece la parte inferior del cuerpo y mantiene intacto el resto del organismo. Dadas las circunstancias, era necesario evitar la anestesia general para estar en condiciones de atender asuntos importantes". Otro seguidor localiz¨® dos fragmentos de la entrevista coincidentes con p¨¢rrafos del discurso que Castro pronunci¨® el 17 de noviembre de 2005 en La Habana con motivo del 60? aniversario de su ingreso en la Universidad.
Es interesante constatar el impacto de las nuevas tecnolog¨ªas. En s¨®lo 24 horas ha sido posible localizar sin demasiado esfuerzo dos intervenciones del l¨ªder cubano y, dentro de ellas, las frases exactas que se repet¨ªan en la entrevista. En esa tarea han intervenido varias personas, algunas de ellas probablemente desconocidas entre s¨ª, que han colaborado de manera espont¨¢nea.
La inclusi¨®n en la edici¨®n del domingo pasado de un fragmento del libro-entrevista de Ignacio Ramonet, director de Le Monde Diplomatique, forma parte de la tarea de este diario de adelantar cap¨ªtulos de obras que considera de inter¨¦s antes de su distribuci¨®n en el mercado. Berna G. Harbour, subdirectora de la edici¨®n dominical, explica que este libro, y en concreto el cap¨ªtulo en que Castro aborda su sucesi¨®n, se eligi¨® por su evidente impacto y teniendo en cuenta la solvencia tanto de su autor como de la editorial que lo lanza, Debate.
Al preguntarle sobre las coincidencias, un representante de la editorial cuenta el largo proceso de producci¨®n de la obra, que ha durado m¨¢s de dos a?os desde que el autor acab¨® en 2003 el primer borrador. "Fidel Castro es una persona muy puntillosa y ha introducido muchas precisiones al texto original", explica. Ante algunas conclusiones que se han sacado precipitadamente, pide que se respete el ¨ªmprobo trabajo desarrollado tanto por el autor como por el equipo editorial.
En el primer cap¨ªtulo de la obra, titulado Cien horas con Fidel, Ignacio Ramonet cuenta que, tras proponer a Fidel Castro la idea del libro en febrero de 2002, fue en enero del a?o siguiente cuando comenzaron las largas sesiones que originaron el grueso de la obra. El autor agrega: "Aquellas largas sesiones de trabajo de 2003 dieron por resultado un primer borrador de este libro. Sin embargo, los meses fueron pasando y el texto no quedaba listo para la imprenta. Mientras tanto, la vida y los acontecimientos siguieron su curso. En septiembre de 2004 tuve la oportunidad de regresar a La Habana y de tener otro encuentro con Fidel Castro, que aprovechamos para actualizar y completar algunos temas de nuestras primeras conversaciones. Volv¨ª de nuevo a conversar horas con ¨¦l en 2005, siempre con el deseo com¨²n de actualizar y finalizar el libro".
S¨®lo Internet
Internet, como vemos, ha proporcionado una sexta velocidad a la b¨²squeda y difusi¨®n de la informaci¨®n. Pero la tendencia a que monopolice las relaciones entre el diario y los lectores ha disgustado a algunos de ellos. Una de las quejas la formula Eduardo Cierco, que saluda la apertura en febrero de un nuevo espacio de participaci¨®n de los lectores, el Foro digital, pero critica que las personas que no disponen de conexi¨®n a la Red no puedan participar en ¨¦l. Lamenta tambi¨¦n que la secci¨®n Cartas al Director ofrezca varias direcciones de correo electr¨®nico, pero ning¨²n n¨²mero de fax. "Me siento discriminado por disponer s¨®lo de fax", precisa.
El Foro digital ha suscitado tambi¨¦n quejas porque los comentarios no van firmados con nombre y apellidos. Otros lectores han preguntado qui¨¦n o qui¨¦nes expresan su opini¨®n en la nueva secci¨®n Mirador, formada por breves comentarios sin firma. La direcci¨®n de Opini¨®n explica que el Foro es una secci¨®n dedicada a los suscriptores de la edici¨®n digital y que ¨¦stos escriben sus opiniones bajo su responsabilidad, aunque los textos se firmen con seud¨®nimo. Cuenta igualmente que la secci¨®n Mirador no lleva firma porque la forman notas editoriales cuya responsabilidad ¨²ltima es del director y atienden a la l¨ªnea editorial del diario.
Los lectores pueden escribir al Defensor del Lector por carta o correo electr¨®nico (defensor@elpais.es), o telefonearle al n¨²mero 913 37 78 36.
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