Prodi logra una victoria por la m¨ªnima
"Hemos ganado por un suspiro. Y ahora nos toca gobernar". La frase de Romano Prodi pareci¨® casi un lamento, aunque se pronunciara en un momento victorioso. Los votos de los italianos en el extranjero le dieron por los pelos la mayor¨ªa al centro-izquierda (al menos hasta la conclusi¨®n del recuento definitivo), pero fue una ventaja demasiado estrecha, formada en circunstancias demasiado dif¨ªciles.
La tarea de Gobierno se presentaba ante Prodi plagada de dificultades inmediatas, con unas elecciones municipales y un refer¨¦ndum de reforma constitucional coincidentes con las fechas previsibles de su investidura. Il Professore prometi¨®, en su primera comparecencia como candidato electo, que "Europa y paz" ser¨ªan las palabras definitorias de su mandato.
El retorno a un sistema electoral proporcional explica el ¨¦xito del centro-izquierda
Una diferencia de s¨®lo 21.000 votos dio el triunfo a la coalici¨®n opositora
Il Professore promete que las palabras "Europa" y "paz" definir¨¢n su mandato
El l¨ªder de La Uni¨®n tiene ante s¨ª una tarea de gobierno plagada de dificultades
La nueva etapa nacer¨¢ en el ambiente crispado de una permanente campa?a electoral
Silvio Berlusconi contribuy¨® a enrarecer el clima de victoria ag¨®nica de La Uni¨®n, ofreciendo a la vez a Romano Prodi una mano abierta, con su referencia velada a la posibilidad de formar una gran coalici¨®n, y un pu?o cerrado, con su negativa a aceptar los resultados electorales provisionales. La doble y contradictoria oferta de Il Cavaliere mereci¨® una respuesta seca a trav¨¦s de un comunicado: "Berlusconi falsea la realidad".
Francesco Rutelli, l¨ªder de La Margarita, critic¨® la actitud de Berlusconi: "De quien ha perdido las elecciones, aunque haya desarrollado una batalla extremadamente fuerte, me espero el reconocimiento de la derrota", dijo. "Han perdido, por muy poco pero de forma indiscutible, y reconocerlo supondr¨ªa un gesto de seriedad y responsabilidad".
Parad¨®jicamente, el centro-izquierda venci¨® gracias a la reforma de la ley electoral aprobada por el Gobierno de Silvio Berlusconi inmediatamente antes del principio de la campa?a, a instancias de sus aliados democristianos. El retorno al sistema proporcional, que Prodi (y el propio Berlusconi) consideraban una dificultad a?adida para La Uni¨®n, fue la clave del ¨¦xito del Professore. Con el antiguo sistema mayoritario, Silvio Berlusconi habr¨ªa obtenido un c¨®modo dominio en ambas c¨¢maras.
Aunque no existieran objeciones aritm¨¦ticas a una victoria conseguida por s¨®lo 21.000 votos entre casi 40 millones, s¨ª las hab¨ªa pol¨ªticas. El filo de un fracaso estrepitoso hab¨ªa pasado demasiado cerca y en los partidos de la coalici¨®n prodiana circulaban reflexiones poco piadosas sobre la calidad del Professore como candidato.
Se sab¨ªa desde siempre, en cualquier caso, que lo suyo no eran los m¨ªtines, sino la Administraci¨®n. Romano Prodi deber¨¢ demostrar su talento cabalgando el tigre de un Gobierno heterog¨¦neo, con una mayor¨ªa de s¨®lo tres esca?os en el Senado y con un pa¨ªs necesitado de reformas urgentes y dolorosas.
"Prodi necesita un poco de calma y descanso, la campa?a ha sido dur¨ªsima, y lo que tenemos por delante ser¨¢ peor", coment¨® un colaborador del Professore. Antes incluso de ponerse a trabajar en los grandes problemas italianos, fundamentalmente el estancamiento econ¨®mico, Prodi habr¨¢ de enfrentarse a una carrera de obst¨¢culos llena de peligros. El primer obst¨¢culo consiste en una larga espera antes de asumir el poder. El propio Prodi habl¨® del "problema de esperar dos meses antes de recibir el encargo de formar Gobierno".
Ese tiempo "largu¨ªsimo", durante el cual deber¨ªa efectuarse el recuento exigido por Silvio Berlusconi antes de aceptar su derrota (o celebrar una rocambolesca victoria), se debe al relevo en la Presidencia de la Rep¨²blica. Los siete a?os de mandato del actual presidente, Carlo Azeglio Ciampi, expiran el 18 de mayo. Y no ser¨¢ ¨¦l, sino su sucesor, quien tutele la formaci¨®n del Gobierno del centro-izquierda.
El arranque de la nueva legislatura est¨¢ fijado para el pr¨®ximo 28 de abril, con Berlusconi todav¨ªa al frente del Gobierno. En esa fecha habr¨ªa que elegir presidentes para la C¨¢mara de Representantes y para el Senado. Prodi descart¨® ceder uno de esos puestos, segundo y tercero respectivamente en la jerarqu¨ªa institucional de la rep¨²blica, al centro-derecha, pese al hecho de que la coalici¨®n berlusconiana hubiera obtenido m¨¢s votos que el centro-izquierda en la C¨¢mara alta. "No constaba en nuestro programa [el reparto de presidencias parlamentarias] y no veo por qu¨¦ el resultado electoral deber¨ªa alterar nuestro programa", declar¨® Il Professore cuando un periodista le pregunt¨® sobre esa posibilidad.
La actitud de Romano Prodi garantizaba que la decimoquinta legislatura republicana arrancar¨ªa con el tono hosco con que concluy¨® la campa?a electoral.
Y, sin embargo, resultaba pol¨ªticamente imprescindible negociar con Silvio Berlusconi, que ayer ofreci¨® "di¨¢logo sobre los grandes temas" empezando por el nombre del sucesor de Carlo Azeglio Ciampi. El presidente de la Rep¨²blica es elegido por el Parlamento y, tradicionalmente, debe contar con el consenso, o al menos el asenso, de una amplia mayor¨ªa de los diputados y los senadores.
Una decisi¨®n unilateral del centro-izquierda generar¨ªa gran tensi¨®n y reducir¨ªa la efectividad del futuro jefe del Estado, cuya funci¨®n constitucional consiste en arbitrar la vida pol¨ªtica por encima de partidismos. Ciampi, el hombre m¨¢s popular de Italia, ha sido un modelo.
El 11 y el 12 de mayo comenzar¨¢n, salvo imprevistos, las votaciones presidenciales. Y despu¨¦s del 18 de mayo, una vez realizado el relevo en el palacio del Quirinal, Romano Prodi se convertir¨¢ formalmente (salvo impensables vuelcos en el recuento de las elecciones generales) en jefe del Gobierno. La formaci¨®n de su gabinete coincidir¨¢ con la agitaci¨®n de una nueva campa?a electoral, la de las municipales y administrativas de los d¨ªas 28 y 29 de mayo, con segunda vuelta el 11 de junio.
Por si eso fuera poco, el mismo 11 o el 18 de junio podr¨ªa celebrarse el refer¨¦ndum sobre la reforma federalista de la Constituci¨®n, impulsada por el Gobierno saliente de Berlusconi a instancias de la Liga Norte.
La era de Prodi nacer¨¢ en el ambiente crispado de una permanente campa?a. Y no contar¨¢, como hab¨ªa so?ado el centro-izquierda, con la ventaja de un berlusconismo en declive. Il Cavaliere perdi¨®, pero ayer dio se?ales claras de no tener inter¨¦s alguno en volver a su casa y a sus negocios. Fortalecido por el vigor de su propia campa?a electoral y por un resultado mucho mejor del que predec¨ªan los sondeos, Silvio Berlusconi se mostr¨® dispuesto a seguir dando guerra.
[La Comisi¨®n Europea, Francia y Luxemburgo dieron ayer la enhorabuena a Romano Prodi por su victoria en las elecciones, y expresaron su esperanza en que la experiencia que adquiri¨® como presidente de la Comisi¨®n en Bruselas permita que el Gobierno de Roma tome parte m¨¢s activa en los asuntos de la Uni¨®n Europea].
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