"La experiencia sin imaginaci¨®n no es buena"
Phyllis Dorothy James combin¨®, durante treinta a?os, su trabajo en la Administraci¨®n brit¨¢nica, en el Home Office principalmente, con la creaci¨®n literaria. Asegurada la pensi¨®n, en 1979, ocup¨® cargos p¨²blicos en la BBC, el Arts Council y el British Council mientras continuaba construyendo una extensa y celebrada bibliograf¨ªa de novelas policiacas. El asesinato premeditado es el terreno preferido de P. D. James y, en su mano, la investigaci¨®n del crimen se convierte en espejo del debate sobre las cuestiones m¨¢s relevantes de la sociedad contempor¨¢nea. En su casa londinense, en el barrio que ilustra su t¨ªtulo vitalicio de acceso a la C¨¢mara de los Lores, como baronesa de Holland Park, habla de la funci¨®n del novelista y de su ¨²ltima obra, El faro, que acaba de editarse en Espa?a. "Escribo por necesidad psicol¨®gica", confiesa a sus 85 a?os y cuando ya en su cabeza comienza a levantarse el armaz¨®n del que ser¨¢ su pr¨®ximo libro, el n¨²mero 20 desde 1962.
"Un novelista debe ser capaz de comprender otras posturas y penetrar en los sentimientos de quienes no comparten tus ideas"
PREGUNTA. ?Se siente aferrada a la tradici¨®n como sugiere la lectura de sus novelas?
RESPUESTA. S¨ª, tengo apego a la tradici¨®n, pero en una novela hay que reflejar la vida sin imponer en los personajes el punto de vista propio. Es peligroso utilizar un libro para alterar la opini¨®n de la gente o hacer proselitismo. Un novelista debe ser capaz de comprender otras posturas y penetrar en los sentimientos de quienes no comparten tus ideas. Pero, a cierto nivel, toda ficci¨®n es autobiogr¨¢fica. En un libro se puede detectar el car¨¢cter del autor, su perspectiva de la vida, aunque aporte en sus p¨¢ginas distintos puntos de vista.
P. Aflora en su obra el debate que divide al anglicanismo. ?Teme la escisi¨®n de su Iglesia?
R. El debate es ¨²til e inevitable. El mundo ha cambiado y hay que encarar las cuestiones que van surgiendo, como las mujeres obispo o los curas homosexuales. Personalmente no veo por qu¨¦ la mujer no puede ser obispo una vez que se cedi¨® y se acept¨® su ordenaci¨®n al sacerdocio. ?sa fue la gran decisi¨®n. En el debate sobre la homosexualidad no existe compromiso alguno y el cisma puede producirse. La Iglesia de Inglaterra es un hervidero de pol¨¦micas.
P. Con la Reforma, los cat¨®licos se convirtieron en enemigos de Inglaterra. ?Han sido suplantados ahora por los musulmanes?
R. Fue una persecuci¨®n dictada por la pol¨ªtica m¨¢s que motivada por posturas religiosas. Dominaba el sentimiento de que los cat¨®licos eran m¨¢s leales a su religi¨®n y al Papa que a Inglaterra. En esta misma posici¨®n vemos ahora a la gran minor¨ªa musulmana brit¨¢nica. Viven entre nosotros, pero nos preguntamos: ?sienten lealtad al pa¨ªs del que son ciudadanos o a la religi¨®n musulmana? ?Quieren que nos convirtamos todos al islam? La historia, curiosamente, se repite.
P. ?Qu¨¦ proceso sigue en la gestaci¨®n de una novela?
R. El libro nace con una localizaci¨®n y de ese entorno espec¨ªfico surge la idea. Antes de escribir, me planteo con todo detalle la trama y el perfil de los personajes. Pero por mucho esmero que ponga en este plan inicial, por muchos mapas, gr¨¢ficos y dem¨¢s material de investigaci¨®n que tenga a mano, nunca termina siendo el libro que pensaba escribir. Los personajes se revelan por s¨ª mismos y nuevas ideas van brotando a medida que escribo. Me sorprende y me gusta que esto ocurra.
P. En El faro, hay un escritor al que trata vilmente. ?Por qu¨¦?
R. Me divert¨ª mucho escribiendo sobre Nathan Oliver. Tuve mucho ¨¦xito con este personaje. Entendemos que es un buen escritor y un ser humano horrible. El talento es lo m¨¢s importante en su vida y por cultivar su talento sacrifica a todos los dem¨¢s, incluidas a su mujer y, particularmente, a su hija. Algunos artistas, ya sean m¨²sicos, pintores, actores o escritores, lo supeditan todo al talento. Domina tanto sus vidas que no conceden importancia al resto de las personas. Oliver es tambi¨¦n un hombre asustado porque est¨¢ perdiendo lo ¨²nico que tiene, el talento. Yo tengo suerte. Si lo pierdo, a¨²n me quedar¨¢n la prueba de mi talento, mis hijas, mis nietos y biznietos, mis amigos y otros intereses. Podr¨¦ decir: no voy a escribir otra novela pero he disfrutado muchos a?os de mi talento.
P. ?Sugiere a trav¨¦s de Oliver que la experiencia es mejor pozo de inspiraci¨®n creativa que la imaginaci¨®n?
R. Necesitamos ambas. Creo, sin embargo, que la experiencia sin imaginaci¨®n no es buena. Un escritor necesita la habilidad de penetrar en la mente de los dem¨¢s. Es f¨¢cil escribir una primera novela, y mucha gente lo hace. Vuelcan en ella la experiencia personal de su vida pero no pueden entrar en la experiencia de los dem¨¢s, como debe hacer un buen escritor.
P. ?Se menosprecia la narrativa criminal cuanto m¨¢s popular y entretenida resulta una novela?
R. Entretener es un objetivo leg¨ªtimo. Ofrecer placer y alivio frente a los traumas del d¨ªa a d¨ªa es una ambici¨®n leg¨ªtima para un novelista. Henry James lo explic¨® muy bien al decir que "una buena novela ayuda al coraz¨®n de un hombre a conocerse a s¨ª mismo". Tambi¨¦n comparto su opini¨®n de que una buena novela puede despertar en el lector mucha indignaci¨®n o mucha generosidad. Una novela de detectives, si es seria y est¨¢ bien redactada, es tan capaz de conseguirlo como cualquier otro g¨¦nero literario.
P. ?Qu¨¦ le impulsa hacia el asesinato?
R. Es el crimen m¨¢s importante y serio. El ¨²nico que no se puede reparar. Fascina al ser humano desde el principio de los tiempos. La Biblia arranca en sus primeros cap¨ªtulos con un asesinato. Nos seduce descubrir qu¨¦ lleva a una persona a cruzar la l¨ªnea invisible que divide a los que matan de los que no matan. Y no me refiero al homicidio, premeditado o no, sino a la planificaci¨®n deliberada y detallada de la muerte de otra persona. Es un acto espantoso que todav¨ªa contemplamos con cierta fascinaci¨®n o reverencia.
P. ?La comunidad que habita la isla de El faro sirve de met¨¢fora de la sociedad en general?
R. S¨ª, es un microcosmos del mundo exterior. Limita los bordes del lienzo puesto que restringe el n¨²mero de sospechosos. Es un recurso muy utilizado por los autores de novelas de detectives porque permite concentrar a los personajes en un mismo espacio, dificultarles la salida del mismo... Una comunidad aislada ofrece muchas ventajas en tanto que emociones quiz¨¢ reprehensibles y todo tipo de preocupaciones pueden estar a punto de explotar bajo la superficie. De todas formas, lo importante para m¨ª es explorar al hombre y la mujer bajo el trauma de una investigaci¨®n criminal y en el mundo en el que viven.
P. En su caso, la isla es refugio de celebridades.
R. Quer¨ªa que mi isla fuera distinta a la de otras novelas y me alegr¨¦ cuando me vino esta idea. Me pareci¨® una idea muy racional, un refugio temporal para la gente que siempre est¨¢ en el foco de atenci¨®n, que necesita guardaespaldas constantemente, que nunca puede dormir sin asegurar puertas y ventanas. Llegan a la isla sin protecci¨®n ni tel¨¦fonos m¨®viles y, como tampoco hay televisi¨®n, pueden apartarse de todo y concentrarse en sus pensamientos. Hay, por supuesto, personas que no lo aguantan, pero, para otras, es un alivio enorme.
P. ?Su trabajo de funcionaria en el Ministerio brit¨¢nico del Interior le ayud¨® en su labor literaria?
R. Ejerc¨ª en los departamentos de polic¨ªa, legislaci¨®n criminal y en los servicios forenses. Tambi¨¦n actu¨¦ como magistrada de tribunal. Todav¨ªa recurro a la polic¨ªa y al laboratorio forense al preparar una novela. El lector debe creerse la historia y, para ello, hay que ser exactos al describir los procedimientos y el trabajo de la polic¨ªa. Es un aspecto al que concedo una importancia tremenda. Otorga autoridad a la novela.
P. Mantuvo su trabajo hasta casi cumplir 60 a?os. ?Dud¨® acaso de su talento como escritora?
R. Nac¨ª en la depresi¨®n de los a?os veinte y mi madre sol¨ªa recordarnos lo afortunados que ¨¦ramos de que mi padre tuviera un trabajo seguro como inspector de Hacienda. Tambi¨¦n para m¨ª fue importante asegurarme el salario, y despu¨¦s la pensi¨®n, al final de cada mes. Hay gente valiente que apuesta por su talento y depende de la literatura. Yo nunca quise hacerlo. Confiaba en mi talento en tanto que sab¨ªa que pod¨ªa escribir bien. Pero no quer¨ªa verme en una posici¨®n en la que tendr¨ªa que escribir un libro para pagar la hipoteca de la casa. Para m¨ª, escribir es una vocaci¨®n. Una necesidad psicol¨®gica, no financiera. El Dr. Johnson dijo que el dinero es la raz¨®n por la que una persona debe escribir. Yo nunca confi¨¦ en el dinero, pens¨¦ que pod¨ªa o no pod¨ªa venir. Ahora, claro, los libros generan muchos m¨¢s ingresos que lo que cobro de pensi¨®n. El ¨¦xito ha sido enorme.
P. Se sienta en la C¨¢mara de los Lores en el banquillo de los conservadores. ?Es miembro del partido?
R. No soy afiliada a ning¨²n partido pol¨ªtico. Simpatizo m¨¢s con los tories porque creo en la libertad personal y pienso que el Estado debe interferir lo menos posible en el ser humano. Por otro lado, desconf¨ªo desde muy joven de los laboristas. Apoyaron a la antigua URSS, probablemente la peor tiran¨ªa que hemos conocido. Y me irrita esa farsa de que si eres humano y te preocupas por los pobres debes ser de izquierdas. No es cierto. Yo no juzgo a un individuo por sus opiniones pol¨ªticas ni sus ideas religiosas. Hay gente buena y gente mala en todos los bandos pol¨ªticos y en todas las religiones.
BIBLIOGRAF?A
La sala del crimen (Zeta Bolsillo).
Muerte de un forense (Ediciones B).
Muertes poco naturales (Ediciones B).
La torre negra (Ediciones B).
Un impulso criminal (Ediciones B).
Muerte en el seminario (Zeta Bolsillo).
Intrigas y deseos (Ediciones B).
Mortaja para un ruise?or (Debolsillo).
La sala del crimen (Ediciones B).
Sangre inocente (Punto de Lectura).
La calavera bajo la piel (Punto de Lectura).
La hora de la verdad (Punto de Lectura).
Cubridle el rostro (Debolsillo).
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