"?Estamos hambrientos!"
Paunovic, goleador del Getafe, critica al Madrid "por preocuparse del Bar?a m¨¢s que de s¨ª mismo"
Tras un entrenamiento severo a las ¨®rdenes de Bernd Schuster, ?qu¨¦ mejor que compartir una tortilla de patatas con los compa?eros? As¨ª es Veljko Paunovic (Strumica, Serbia; 28 a?os), goleador de rachas y siempre risue?o. "De lo que de verdad tenemos hambre es de ganar al Madrid, de quitarnos el mal sabor de boca que nos dej¨® perder en el Bernab¨¦u... Despu¨¦s de fallar las ocasiones que fallamos, del penalti que me hizo Pav¨®n y no pitaron, ?estamos hambrientos!", se relame. Alguno lo pensar¨¢, pero Paunovic no fanfarronea; el Getafe es, con 46, el tercer equipo que m¨¢s goles celebra. Por detr¨¢s, claro, del Bar?a (72) y el propio Madrid (57). "Schuster nos da mucha libertad de movimientos al atacar. Y eso se nota en la creatividad, en la improvisaci¨®n, en los tantos", se enorgullece.
"No creo que al Madrid le falte motivaci¨®n", opina Paunovic que, racional del est¨®mago, entiende que "Sergio Ramos, Baptista o Robinho, que no han ganado nada con ¨¦l, tambi¨¦n deben de andar con hambre". Algo tiene el Getafe que se le atraganta al Madrid: el curso pasado la escuadra entonces de Quique Flores le dio la puntilla liguera. Paunovic apunta que los males del madridismo son "preocuparse m¨¢s del Bar?a que de s¨ª mismo". Que se lo digan a ¨¦l, experto en levantarse tras mil tropiezos. "He demostrado lo que puedo hacer si me dan continuidad en mi posici¨®n", dice el artillero. Con diez dianas en la Liga, "m¨¢s tres en la Copa", ha desterrado su fama de futbolista errante. Sale a un gol por encuentro en los siete ¨²ltimos. O no marca o lo hace a pares. As¨ª se lo aprendieron el Zaragoza, Osasuna y el M¨¢laga.
Atr¨¢s quedan sus amargos inicios, el ir y venir. Eso es lo que, a su entender, le sucedi¨® en el Atl¨¦tico, al que lleg¨® procedente del Partiz¨¢n con apenas 18 a?os y de la mano de Radomir Antic. Cedido en su primera temporada, en los a?os siguientes altern¨® el filial y el primer equipo rojiblanco. Hasta que en la campa?a 1998-99 se le cedi¨® al Mallorca. Ah¨ª comenz¨® su peregrinaje por el Oviedo, el Tenerife y el Hannover, alem¨¢n, incluyendo vueltas infructuosas al Calder¨®n. "La ¨²ltima vez, [C¨¦sar] Ferrando no confiaba en m¨ª. As¨ª que me fui a jugar el resto del tiempo que me quedaba, seis meses, a Alemania". Fue la peor etapa de un trotamundos que en 15 a?os ha sudado la camiseta de nueve clubes.
Entonces surgi¨® el inter¨¦s del Getafe. Si al principio apenas contaba en los esquemas de Schuster, ahora es indiscutible. Tambi¨¦n es verdad que le han beneficiado las lesiones de Riki y los problemas musculares de G¨¹iza. Y, m¨¢s que nada, que se "espabil¨®", que ya no est¨¢ "estre?ido". Para nada. Desde que hace cinco meses el preparador recomend¨® a sus pupilos que "apretasen el culito" -en su jerga, que convirtieran alguna de las decenas de oportunidades que creaban-, Paunovic se ha convertido en una pieza fundamental. "El mejor Paunovic es el que act¨²a como delantero. Lo que me pasa es que, como soy polivalente, los t¨¦cnicos me utilizan para reemplazar a los lesionados o amonestados. Y entonces mi rendimiento no es el mismo", responde con las botas afiladas. Con seis partidos por delante, saborea su mejor registro en Espa?a desde los 18 que anot¨® en Segunda con el Tenerife, que le convierte, "por fin", en el goleador del equipo. "Era un poco raro que Pern¨ªa [con 9, como G¨¹iza], un lateral, fuera el mejor. Pero aqu¨ª no hay envidias. Lo importante es el equipo. Esos piques no valen", cuenta serio. Porque Paunovic si a algo es reacio es a las estad¨ªsticas. "Estoy orgulloso de mi trabajo. Por ejemplo, de cuando marqu¨¦ seis goles con el Atl¨¦tico en la segunda vuelta porque en la primera estaba en el filial, en el que hice ocho. Catorce no est¨¢n mal, ?no?", lanza.
Lanzado, aspira a debutar con la el¨¢stica serbia: "Jugar¨ªa donde hiciese falta". En parte, por sus recuerdos de una infancia tr¨¢gica, del maldito avispero de los Balcanes, de c¨®mo por culpa de la guerra Dinamarca sustituy¨® a la selecci¨®n de Yugoslavia en la Eurocopa de 1992. "En un conflicto no hay ni mejores ni peores", zanja sin comprender a¨²n c¨®mo el Estado que se fragment¨® violentamente a la muerte de Tito no sigui¨® el modelo pac¨ªfico de la Uni¨®n Sovi¨¦tica o el de Checoslovaquia: dividirse sin muertes, sin genocidios. "Todas las partes cometen atrocidades. Los serbios nos equivocamos al elegir a Milosevic", recalca Paunovic, "afortunado de haber evitado al venir tan joven a Espa?a muchos de aquellos males". "?Pero qu¨¦ culpa tiene mi generaci¨®n? Hemos crecido bajo el embargo, envueltos en el odio... El pueblo serbio ya ha pagado bastante", protesta. "Por eso, como deportista, debo dar una buena imagen de mi gente", concluye Paunovic, responsable directo de que el Getafe haya sumado tres victorias consecutivas. "?Y por qu¨¦ no una cuarta?", se relame de nuevo.
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