Los soldados del 'peque?o general'

El pasado martes los Memphis Grizzlies se enfrentaron a Los ?ngeles Clippers en un encuentro en el cual quien saliera perdedor ten¨ªan mucho que ganar. Perdieron los Clippers, y como premio ganaron la ventaja de campo en la primera ronda de los playoffs ante un rival asequible, los Denver Nuggets que dirige el ex t¨¦cnico madridista George Karl. Los Grizzlies, ni con Pau Gasol vestido de traje en el banquillo, pudieron evitar la victoria. Como resultado, se tendr¨¢n que enfrentar a los Dallas Mavericks, el segundo mejor equipo de la conferencia oeste, s¨®lo por detr¨¢s de los San Antonio Spurs, en la primera ronda de la postemporada.

Tras tomar las riendas de manera oficial el pasado verano tras la retirada de Don Nelson, Avery Johnson -ex base de San Antonio Spurs- ha reprogramado a la franquicia tejana hasta convertirla en un equipo a su imagen y semejanza, en el que la importancia de la defensa est¨¢ por encima de las frivolidades ofensivas. Ante un grupo veterano, Avery Johnson, conocido como El peque?o general, ha recurrido a la cr¨ªtica p¨²blica para amedrentar a sus jugadores cuando, seg¨²n el, no han estado a la altura de las circunstancias, una t¨¢ctica que a menudo ha resultado un arma de doble filo en los laboratorios de egos de la NBA, pero que a ¨¦l le ha servido para ganarse el respeto de su grupo. Adem¨¢s, no ha dudado en referirse a los playoffs como una guerra y a definir a sus jugadores como soldados. Con un nuevo disco duro, Dallas se ha convertido en uno de los rivales m¨¢s complicados de la Liga.

Para contrarrestar la tradicional debilidad psicol¨®gica de los Mavericks, Johnson ha inculcado a sus jugadores que la importancia del resultado est¨¢ muy por encima del espect¨¢culo. Sus pupilos se comportan en el parqu¨¦ como les trata Avery en los entrenamientos. Esto es, sin dudar en entrar en el cuerpo a cuerpo, jugando sucio cuando los ¨¢rbitros miran para otro lado e intentando vencer la batalla psicol¨®gica de la que en a?os anteriores sal¨ªan perdedores. Por lo tanto, los Mavericks cuentan con pocos defectos. El joven p¨ªvot DeSagna Diop mand¨® a Erick Dampier, un tronco de los pies a la cabeza, al banquillo gracias a su mayor rapidez bajo al aro y a su incombustible defensa. Sin embargo, no es de esperar que ninguno de los dos aporte algo ofensivamente. Adem¨¢s, Dallas tendr¨¢ la baja segura de Keith Van Horn, al que hay que sumarle las dudas de Devin Harris y Marquis Daniel, que apenas han contado con minutos en los ¨²ltimos partidos a causa de diversas lesiones de tipo muscular y que recortan su profundidad de banquillo.

Ning¨²n equipo en la NBA tiene tantas armas como Dallas. Johnson ha transformando a los Mavericks en un equipo que ha menudo era zarandeado por rivales m¨¢s f¨ªsicos en un equipo cuya principal cualidad es zarandear al rival. Es el quinto equipo de NBA que menos puntos recibe, el tercero m¨¢s reboteador y el segundo que m¨¢s tapones coloca. Solo San Antonio Spurs y Detroit Pistons han vencido m¨¢s partido fuera de casa que Dallas, un quipo que acostumbraba a bajar los brazos en territorio enemigo.

En ataque, el alem¨¢n Dirk Nowitzki (26,6 puntos y 9 rebotes por partido) sigue siendo la referencia pero alrededor de ¨¦l se ha construido un sistema por el cual el resto del equipo colabora intensamente de cara al aro. Los Mavericks tiran mucho y muy bien a canasta (son terceros en la Liga en porcentaje de tiro de 3 puntos) y lo hacen muy r¨¢pido, llegando a ser segundos en puntos anotados por posesi¨®n de bal¨®n, gracias a contar con seis jugadores que promedian m¨¢s de 10 puntos por partido. Cuatro de ellos estar¨¢n en el quinteto titular ante Memphis: Nowitzki, Terry (17,1), Howard (15,6) y Stackhouse (13), mientras que Daniels (10,2) y Harris (9,9) saldr¨¢n desde el banquillo.