"No se trata de hacer del FMI el hotel Plaza del siglo XXI"
Joaqu¨ªn Almunia, comisario de Asuntos Econ¨®micos y Monetarios de la Uni¨®n Europea, cree que, aun cuando hay que despejar muchas dudas, la idea lanzada por el Fondo Monetario Internacional de coordinar el ajuste multilateral de los desequilibrios puede ser un paso adelante siempre que haya claridad. "No se trata de convertir las oficinas del FMI en Washington DC en el hotel Plaza del Siglo XXI desde donde se ordenan los ajustes de los tipos de cambio", dijo en una entrevista con EL PA?S al termino de las reuniones de primavera.
Pregunta. El vicepresidente del eurogrupo de ministros de Finanzas, el ministro austriaco Karl- Heinz Grasser, expres¨® sus dudas sobre el alcance preciso de la propuesta de consultas multilaterales del FMI. ?Cu¨¢les son esas dudas?
"La subida del precio del petr¨®leo preocupa pero no refleja problemas de oferta"
Respuesta. El ministro dijo que la idea de la vigilancia multilateral est¨¢ muy bien. En la Uni¨®n Europea nos suena mucho porque la hacemos. Dicho esto, tenemos que precisar con el Fondo nuestra relaci¨®n. Grasser dijo lo que no puede ser: que a trav¨¦s de estas consultas multilaterales el FMI diga a los chinos, por ejemplo, que deben apreciar su tipo de cambio un 15%; a los europeos, que el euro debe subir el 7%; a los japoneses, que el yen tiene que aumentar el 12%, y a los norteamericanos, que el d¨®lar ha de bajar el 22%. Si alguien piensa que este edificio del Fondo en el que ahora nos encontramos hablando usted y yo, en Pennsylvania Avenue, Washington DC, puede convertirse en el hotel Plaza de Nueva York del Siglo XXI
[acuerdo de los "cinco grandes" en septiembre de 1985 para depreciar el d¨®lar], no va a funcionar.
P. La Administraci¨®n de Bush es favorable a un d¨®lar fuerte. ?Hay alg¨²n cambio?
R. La tesis del nuevo presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, es que la evoluci¨®n de la econom¨ªa norteamericana no justifica la magnitud de un d¨¦ficit por cuenta corriente, como el actual, del 7% del PIB. Seg¨²n cree, el exceso de ahorro de los pa¨ªses emergentes, como China, se usa para comprar activos en d¨®lares. Ello llev¨® a la baja de tipos de inter¨¦s, lo que ha creado estos a?os un patr¨®n de crecimiento basado en la demanda de consumo basada en el endeudamiento de las familias y en la renovaci¨®n de las hipotecas.
P. La ca¨ªda ordenada del d¨®lar es, por tanto, un eslab¨®n en esta correcci¨®n.
R. S¨ª. Acabo de describir c¨®mo quieren hacer el ajuste los norteamericanos. Pero los mercados dar¨¢n su palabra. Y son poco previsibles. Pueden decidir un d¨ªa que ya no les parecen tan atractivos los activos en d¨®lares o decir, como hasta ahora, que la econom¨ªa norteamericana sigue creciendo m¨¢s que la europea y que no cambiar¨¢n sus apuestas hasta que no vean m¨¢s clara la recuperaci¨®n europea. Pero hay que matizar: en el mercado participan, en este caso, aquellos pa¨ªses que tienen fuertes reservas y han invertido en d¨®lares.
P. ?Ha habido m¨¢s consenso?
R. Hay m¨¢s consenso. Es indudable. El comunicado del G-7 ampl¨ªa el foco. Quedan dudas sobre la soluci¨®n coordinada o no, es decir, el alcance de la vigilancia multilateral que propone el FMI, y no se le oculta a nadie que subsisten muchos interrogantes sobre la capacidad de poner en pr¨¢ctica lo que se pacta. En todas partes.
P. Y esto en el contexto de mayor riesgo por las nuevas subidas del precio del petr¨®leo...
R. S¨ª. La preocupaci¨®n es creciente. El ministro de Hacienda de Arabia Saud¨ª, Ibrahim Al-Assaf, nos explic¨® que estas subidas no reflejan problemas de oferta y que la gente est¨¢ comprando petr¨®leo m¨¢s all¨¢ de las necesidades de la demanda de cada d¨ªa para cubrirse porque anticipa mayores precios por el riesgo geoestrat¨¦gico en Ir¨¢n y Nigeria. Y ese petr¨®leo se almacena.
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