M¨¢s I+D para frenar la precariedad

Espa?a lidera la creaci¨®n de empleo en Europa pero la tasa de temporalidad duplica la media comunitaria. La ley de prevenci¨®n de riesgos laborales es un paradigma en su terreno pero cada d¨ªa mueren en Espa?a cinco trabajadores en el desempe?o de su trabajo. Por los logros y, sobre todo, por las tareas pendientes, los l¨ªderes de los dos principales sindicatos en Espa?a, Jos¨¦ Mar¨ªa Fidalgo (Comisiones Obreras) y C¨¢ndido M¨¦ndez (UGT) llaman a la movilizaci¨®n el Primero de Mayo. "No se puede bajar la guardia", argumenta M¨¦ndez. "Hay que evitar que se olvide que el trabajo es la primera riqueza del planeta", a?ade Fidalgo.

Ambos sindicalistas, que se han reunido con este peri¨®dico en la antesala del Primero de Mayo, acuden este a?o a la marcha con los deberes pr¨¢cticamente hechos pero sin presentar. La reforma laboral est¨¢ cerrada, aunque se har¨¢ p¨²blica la segunda semana de mayo. UGT y Comisiones Obreras han conseguido que en ese acuerdo figure una limitaci¨®n a los contratos temporales, pues el Estatuto de los Trabajadores obligar¨¢ a que todo empleado que haya encadenado dos o m¨¢s contratos temporales que sumen m¨¢s de dos a?os en un plazo de dos a?os y medio pasen a ser fijos. En Espa?a, uno de cada tres asalariados tiene un contrato temporal.

Fidalgo: "Los contratos temporales reflejan que se invierte en sectores de baja productividad"

M¨¦ndez: "Hay una sensaci¨®n de impunidad en las empresas sobre los riesgos laborales"

Los sindicatos consideran que la ley de igualdad es una victoria del movimiento obrero

Ayer mismo, el ministro de Trabajo, Jes¨²s Caldera, en un mitin en Tenerife volvi¨® a advertir que en la reforma laboral habr¨¢ "restricciones serias" a la precariedad, al tiempo que se compromet¨ªa a que durante la actual legislatura habr¨¢ tres millones de nuevos empleos.

"El acuerdo va a ser efectivo", coinciden en afirmar los dos dirigentes. Pero ni M¨¦ndez ni Fidalgo quieren llamarse a enga?os. El plan puede contribuir a reducir el volumen de casi 5,3 millones de temporales que existen en Espa?a. Pero no va a cambiar la forma de organizaci¨®n del trabajo en el pa¨ªs. "La temporalidad es una muestra de que la inversi¨®n se hace en sectores con mano de obra intensiva y baja productividad", explica Fidalgo. Y M¨¦ndez advierte: "Sobre el acuerdo no se pueden depositar las expectativas del cambio de modelo productivo".

Espa?a presenta uno de los peores panoramas europeos en innovaci¨®n, una de las principales herramientas para conseguir que el crecimiento se asiente en sectores con futuro. El pa¨ªs destina a investigaci¨®n, desarrollo e innovaci¨®n (I+D+i) el 1,07% del producto interior bruto (PIB), casi un punto menos que la Uni¨®n Europea de 25 miembros. Son datos de Eurostat, la oficina estad¨ªstica de la Uni¨®n Europea, que constatan tambi¨¦n que s¨®lo el 5,7% de las exportaciones son de tecnolog¨ªa avanzada, frente al 18,2% de media comunitaria.

Los representantes sindicales proponen medidas para contrarrestar ese modelo econ¨®mico, que se nutre fundamentalmente de consumo, construcci¨®n y servicios de bajo valor a?adido. "La inversi¨®n tecnol¨®gica del Gobierno y la LOE van en la buena direcci¨®n. Habr¨ªa que intensificar esas medidas. Tambi¨¦n har¨ªa falta el compromiso de las empresas para dotarse de mayor autonom¨ªa tecnol¨®gica", apunta M¨¦ndez.

M¨¢s cr¨ªtico se muestra Fidalgo, para quien el patr¨®n de crecimiento actual pone en riesgo la cohesi¨®n econ¨®mica y el modelo social del pa¨ªs. "Hay que hacer pol¨ªticas p¨²blicas que pongan a las empresas a competir en otra escala". En este contexto, el responsable de Comisiones Obreras no comparte las rebajas fiscales que va a aplicar el Ejecutivo: "?Por qu¨¦, en lugar de rebajar a todos, no se apunta para incentivar a las empresas que apuesten por el nuevo modelo productivo? ?Por qu¨¦, si falta cualificaci¨®n de la mano de obra, no se invierte el doble en educaci¨®n y en formaci¨®n?". De eso depende la mejora econ¨®mica del pa¨ªs y no tanto de si se pacta o no un determinado contrato para reducir la temporalidad, seg¨²n Fidalgo.

Una vez sentadas las bases para fomentar la estabilidad en el mercado laboral queda pendiente la principal lacra del mercado laboral espa?ol: su elevada siniestralidad. En Espa?a mueren casi siete personas de cada 100.000 ocupados, frente a cuatro en la Uni¨®n Europea. "Estos datos tienen que llamar la atenci¨®n de las autoridades", se?ala Fidalgo, que no entiende por qu¨¦ se cambia el carn¨¦ de conducir para reducir los siniestros en carretera y no se toman medidas similares en el mercado de trabajo. El l¨ªder de Comisiones Obreras asegura que los sindicatos est¨¢n cumpliendo su funci¨®n en este terreno y que lo abultado de las cifras, que el a?o pasado fueron a peor, hay que atribuirlo a las autoridades. "La Administraci¨®n no puede delegar en la sociedad. No se cambian las cosas exhortando a los empresarios a que cumplan la ley". El acento hay que ponerlo en la inspecci¨®n de trabajo, que est¨¢ "anor¨¦xica".

C¨¢ndido M¨¦ndez carga m¨¢s las tintas en los ¨¢mbitos empresarial y judicial. "La situaci¨®n de impunidad es tal que hay empresarios que piensan que pueden eludir la v¨ªa penal con una compensaci¨®n econ¨®mica", asegura. M¨¦ndez aporta un dato espeluznante. S¨®lo el 4,2% de las empresas donde se ha producido un accidente mortal cumpl¨ªan con todos los requisitos de prevenci¨®n exigidos. "Hay un incumplimiento muy generalizado de la ley", indica M¨¦ndez, a lo que Fidalgo a?ade: "Otras leyes se aplican con mucha contundencia, por ejemplo la del tabaco, ?por qu¨¦ ¨¦sta no?".

Los dos sindicalistas conf¨ªan en que el reci¨¦n creado fiscal del Tribunal Supremo para la siniestralidad laboral, Juan Manuel O?a, contribuya a frenar el mill¨®n de accidentes que se producen cada a?o en Espa?a, principalmente los m¨¢s de 1.000 que terminan con la muerte del trabajador si se incluyen los que se producen en el trayecto del trabajo a casa. "Pero la fiscal¨ªa necesita medios suficientes", enfatiza C¨¢ndido M¨¦ndez.

A falta de medidas m¨¢s espec¨ªficas, la reforma laboral contiene algunos elementos para controlar la cadena de subcontrataci¨®n que pueden contribuir, en opini¨®n de UGT y CC OO, a suavizar este problema. Ninguna empresa podr¨¢ subcontratar con otra si lo ¨²nico que ofrece esta segunda es mano de obra, sin contar con una actividad propia que justifique la subcontrataci¨®n. Adem¨¢s, los sindicatos de una empresa principal podr¨¢n representar a los trabajadores de una subcontrata siempre que ¨¦sta comparta el mismo centro de trabajo y carezca de representaci¨®n propia. El acecho de los comit¨¦s de empresa, seg¨²n los sindicatos, hace de los centros de trabajo lugares m¨¢s seguros.

M¨¢s all¨¢ de las medidas paliativas, los sindicatos son realistas. "Prohibir las subcontratas es imposible, pero si al menos donde existen hay m¨¢s inspecci¨®n, estupendo", sentencia Fidalgo.

De todos los colectivos que tienen motivos para movilizarse el Primero de Mayo, las mujeres constituyen el m¨¢s numeroso. Ellas soportan una tasa de paro (12,22%) que duplica la masculina (6,81%). Tambi¨¦n sufren m¨¢s temporalidad (aproximadamente cinco puntos m¨¢s que los hombres, seg¨²n datos de UGT) y perciben peores salarios (un 40% menos de media, de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica).

Los sindicatos est¨¢n especialmente satisfechos de dos leyes aprobadas en el ¨²ltimo a?o, la de igualdad y la de dependencia. Creen que estos dos instrumentos servir¨¢n para mejorar la situaci¨®n de la mujer en el mercado laboral. Obligar a que empresarios y trabajadores negocien en sus convenios medidas de igualdad, como establece la norma, lo consideran una victoria del movimiento obrero.

"Las medidas de igualdad no son para provocar sarcasmos. Son medidas justas y no son limitadas; la prueba es que hubo gente que puso el grito en el cielo", asegura Fidalgo en referencia al rechazo frontal de la patronal cuando se anunci¨® esta ley que pretende fomentar la equiparaci¨®n entre hombres y mujeres en el trabajo.

M¨¦ndez va m¨¢s all¨¢ e insta a los hombres a hacer una reflexi¨®n sobre los motivos que explican la discriminaci¨®n de la mujer en el mercado laboral. "Debemos plantearlo como un conflicto de clase. Los empresarios no se oponen a la ley por machistas, sino que lo que pretenden es mantener un ej¨¦rcito de mano de obra barata, que es la mujer. Eso hay que resolverlo, porque afecta a todos, no s¨®lo a las mujeres", subraya.

Los dos sindicalistas rechazan el argumento esgrimido por numerosos empresarios de que la ley no es aplicable en muchos centros de trabajo. Ninguno de los dos duda en afirmar que la norma es perfectamente aplicable en sus propias organizaciones. "Claro que s¨ª", responde Fidalgo. "En CC OO no hay discriminaci¨®n pero se pueden hacer muchas cosas m¨¢s, por ejemplo, incentivar, en igualdad de condiciones, a la mujer".

M¨¦ndez a?ade: "Nosotros tenemos incorporadas resoluciones de igualdad para los ¨®rganos de direcci¨®n". El l¨ªder de UGT dirige sus cr¨ªticas hacia el poder econ¨®mico: "Hay empresas del Ibex 35 con un 40% de mujeres en plantilla y menos de un 2% en la directiva. Es un desfase brutal".

Respecto a la ley de dependencia, que permitir¨¢ crear una red de atenci¨®n a las personas que no pueden valerse por s¨ª mismas, M¨¦ndez conf¨ªa en que sea una "palanca" para acabar con la discriminaci¨®n de la mujer en el cuidado de los dependientes, una labor de la que se ocupa casi en exclusiva. "Que la ley defina una alternativa para que puedan estar dadas de alta y coticen remedia esta situaci¨®n. Tambi¨¦n que se establezca un servicio profesionalizado para atender a las personas dependientes".

M¨¢s all¨¢ de las reivindicaciones laborales cl¨¢sicas, los sindicatos son conscientes de que se enfrentan a nuevos retos en un mercado laboral en constante evoluci¨®n. En los ¨²ltimos a?os ha comenzado a calar la tendencia de individualizar las relaciones laborales, es decir, que en muchas ocasiones las condiciones del trabajador se desmarcan del convenio colectivo y, en el mejor de lo casos, se acuerdan con el empresario.

Tanto UGT como Comisiones Obreras observan con recelo estas pr¨¢cticas, aunque dudan de su importancia cuantitativa. "La negociaci¨®n colectiva no estar¨¢ en peligro mientras los sindicatos tengamos fuerza. Donde no hay sindicatos el empresario campa a sus anchas", indica Fidalgo.

Eso no implica que las centrales se nieguen a la flexibilidad interna. "Somos partidarios de corresponsabilizarnos con la flexibilidad de las empresas, pero de forma coherente con la calidad en el empleo. No estamos de acuerdo con los elementos que mantengan una l¨®gica de competir en funci¨®n de costes laborales baratos", se?ala M¨¦ndez. Fidalgo se muestra abierto a que dentro de la negociaci¨®n colectiva se puedan regular incentivos a la productividad del trabajador, a su capacitaci¨®n profesional...

Una de las escasas materias en las que discrepan los dos sindicalistas es en la racionalizaci¨®n de los horarios, m¨¢s acorde con la tendencia europea. Fidalgo se muestra m¨¢s esperanzado, y celebra que el Ejecutivo fomente este debate, pero M¨¦ndez sentencia: "No soy optimista en este sentido".