Una apuesta innecesaria

La direcci¨®n provincial del PSOE de M¨¢laga ha ratificado a Rafael Duarte como vocal de Urbanismo en la gestora de Marbella. Esta ratificaci¨®n viene como consecuencia de haberse puesto en tela de juicio su idoneidad para este cargo, ya que hab¨ªa participado como asesor urban¨ªstico del ex gilista Pedro Tirado y ex alcalde de Manilva, que es uno de los imputados tras la operaci¨®n llamada Ballena Blanca. El PP, y algunas voces m¨¢s, hab¨ªan esgrimido estos hechos para provocar el cese o la dimisi¨®n de este vocal en la Gestora de Marbella y ahora, tras esta ratificaci¨®n en el cargo, insisten atribuyendo al PSOE una doble moral. No se entiende -dice el PP- que se exija la dimisi¨®n de Salvador Guerrero y se consienta la permanencia de Rafael Duarte. Sin embargo, al margen de la oportunidad de mantener o no en el cargo a Rafael Duarte, pienso que este paralelismo no se da entre uno y otro profesional; que las causas de la dimisi¨®n de Salvador Guerrero no son extrapolables al gestor de Urbanismo. Las razones son f¨¢ciles de exponer como tambi¨¦n de comprender, si se desea hacerlo. En el caso de Salvador Guerrero se sabe que su bufete ha defendido y est¨¢ defendiendo a dos personas que han resultado imputadas en la operaci¨®n Malaya, esto es la misma operaci¨®n que ha tra¨ªdo como consecuencia la disoluci¨®n de la Corporaci¨®n municipal de Marbella. Pues bien, si lo que se pretende es que los vocales de la gestora puedan revisar los actos administrativos que pudieran ser irregulares, no parece razonable que entre sus vocales se encuentre una persona que cuando est¨¢ en la gestora pueda dar su opini¨®n sobre la legalidad o ilegalidad de tales actuaciones y, al mismo tiempo, su bufete est¨¦ sosteniendo en el juzgado la validez de aquellos actos cuya licitud se analiza. No hay una ausencia de relaci¨®n con las partes, sino que por el contrario existe una presencia que puede suscitar, siquiera sea en el plano te¨®rico, un cierto inter¨¦s a favor de unos y de otros, hasta el punto que podr¨ªa haberse dado el caso que los propios imputados rechazaran la defensa por no convenir a sus intereses que les defienda un bufete del que uno de sus abogados forma parte de la gestora. En fin que no se puede estar en misa y repicando. No es el caso de Rafael Duarte. Este vocal no ha intervenido como profesional en ninguna operaci¨®n vinculada al Ayuntamiento de Marbella. Hay, pues, una ausencia de relaci¨®n con las partes, ll¨¢mese corporaci¨®n o ll¨¢mense las personas que pudieran resultar afectadas por la operaci¨®n Malaya. No hay paralelismo, salvo para quien quiera verlo. No son supuestos iguales y, por tanto, no tienen que tener el mismo tratamiento. Con ello no quiero decir que no existan otras razones que pudieran aconsejar que este vocal ratificado no debiera permanecer en la gestora.

La gestora, en concreto los vocales, tienen una labor dif¨ªcil, cu¨¢l es crear las condiciones elementales que permitan trabajar en el Ayuntamiento de Marbella, orientando el hacer p¨²blico y eliminando cualquier atisbo de presencia directa, indirecta o de rebote, de qui¨¦nes han convertido este Ayuntamiento en su particular cortijo y lograr que, cuando lleguen las elecciones municipales en mayo del pr¨®ximo a?o, las nuevas autoridades puedan trabajar en condiciones de casi normalidad. En este contexto, y aunque legalmente no haya incompatibilidad alguna ni intereses cruzados, que el vocal de urbanismo de la Gestora sea la misma persona que ha asesorado y haya redactado dos convenios urban¨ªsticos para la sociedad Royal Marbella Estates, sospechosa de blanqueo de capitales y haya sido citado como testigo/perito de la defensa del ex alcalde Tirado que est¨¢ imputado por cohecho, puede que no sea el profesional m¨¢s adecuado. No obstante, como no existe ninguna relaci¨®n con las partes, podr¨¢ discutirse la apuesta por este vocal por razones distintas a las de Salvador Guerrero, pero no por las mismas. El tiempo dir¨¢ si esta apuesta ha sido eficaz para la gestora y la imagen que est¨¢ obligada a dar o si hubiera sido mejor, por razones de ejemplaridad, elegir a una persona que no hubiera tenido ninguna relaci¨®n con autoridades de la misma zona que hoy est¨¢n sujetas a procedimientos judiciales similares a los que se siguen contra algunas autoridades municipales marbell¨ªes.