Malas formas de Evo

La nacionalizaci¨®n de los hidrocarburos en Bolivia estaba anunciada en el refer¨¦ndum de 2004 y en el programa con el que Evo Morales gan¨® las elecciones presidenciales. Aunque no es seguro que garantice a Bolivia ni una mejor explotaci¨®n de sus recursos ni mayores ingresos, es fruto de la libre elecci¨®n de los bolivianos. Pero dicho esto, la forma en la que se ha tomado la decisi¨®n resulta, adem¨¢s de confusa, bastante inamistosa: por decreto (en vez de por ley aprobada en el Parlamento, como ocurri¨® en Ecuador); con la confiscaci¨®n directa de las acciones necesarias para el control de las empresas de matriz nacional; sin una negociaci¨®n previa, y enviando a las tropas, incluidos batallones de ingenieros, a ocupar m¨¢s de una cincuentena de instalaciones, como si fuera necesaria la fuerza y ¨¦sta pasara por delante de cualquier raz¨®n.

Nacionalizar no puede equivaler a confiscar, ni a llevarse por delante la seguridad jur¨ªdica. Est¨¢ por ver c¨®mo se comporta el Gobierno boliviano en las negociaciones con las empresas durante los pr¨®ximos seis meses, pero el decreto deja poco margen al advertir que tendr¨¢n que irse las que para entonces no hayan llegado a acuerdos con el Estado. De momento, las principales concesionarias ven reducido su margen de explotaci¨®n a un 18%.

Bolivia posee reservas de m¨¢s de 775.000 millones de metros c¨²bicos de gas, las segundas del continente tras Venezuela. Los mercados han reaccionado con preocupaci¨®n. El Gobierno m¨¢s afectado ha sido el de Lula en Brasil, que recibe de Bolivia la mitad del gas que consume. Pero la alarma ha saltado en otros Gobiernos de la regi¨®n. El Ejecutivo de Zapatero convocar¨¢ en breve a las empresas espa?olas para consultas, pero la decisi¨®n de Morales es directamente un rev¨¦s para La Moncloa. De poco han servido, siquiera para disponer de informaci¨®n previa, las conversaciones del jefe del Gobierno con Morales, o las del presidente de Repsol-YPF en La Paz. La cautela prima comprensiblemente en las primeras reacciones, puesto que debe negociarse no s¨®lo el futuro de las explotaciones, sino la recuperaci¨®n de las inversiones realizadas, que superan los 1.000 millones de euros en el caso de Repsol-YPF y unos 3.000 en el caso de Petrobras.

Morales no se detendr¨¢ ah¨ª. "Si estamos empezando a nacionalizar hidrocarburos, ma?ana ser¨¢ la miner¨ªa, los recursos forestales y todos los recursos naturales", ha prometido horas despu¨¦s del decretazo. Luego llegar¨¢ el reparto de tierra. La popularidad de Evo Morales est¨¢ m¨¢s alta que nunca, pero sus ciudadanos le juzgar¨¢n por los resultados, no por decisiones ideol¨®gicas que no han tenido resultados m¨¢gicos en ning¨²n pa¨ªs del mundo.