Empaque de campe¨®n
El equipo azulgrana consigue su 18? Liga con una demostraci¨®n de superioridad en Vigo y un nuevo tanto de Eto'o
La avaricia no se considera un defecto en el mundo del f¨²tbol, en el que rige un c¨®digo muy particular. Las rentas han permitido al sensacional equipo de Frank Rijkaard finiquitar su segunda Liga consecutiva con tres jornadas de anticipaci¨®n, pero este Barcelona no es precisamente un equipo dado a la comodidad. Se fue al descanso como aspirante y volvi¨® de ¨¦l como campe¨®n. Ten¨ªa el gol y la victoria entre ceja y ceja, y celebr¨® el acontecimiento como lo debe hacer un equipo con la piel de este Bar?a: buscando la victoria.
La atrap¨® en el enredo que le plante¨® un Celta de pocas fisuras. Por la ¨²nica que abri¨® se col¨® Van Bommel, y Eto?o, reconciliado con el gol, hizo el resto. No le ped¨ªa m¨¢s el Barcelona al encuentro que los tres puntos y tiempo para experimentar. Con m¨¢s de media hora por delante comenzaron los cambios, las reservas y los regresos. Como el de Xavi, que anhelaba celebrar el t¨ªtulo en el campo. Rijkaard no se lo neg¨®, y el Barcelona disfrut¨® de su hegemon¨ªa en la Liga con un ejercicio de oficio que sac¨® al Celta del campo. Cuando quiso los tres puntos, era tarde. El Barcelona ser¨¢ avaricioso, pero esta temporada ha dado sobradas muestras de que no se deja engatusar.
CELTA 0 - BARCELONA 1
Celta: Pinto; Jonathan Aspas, Contreras, Lequi, ?ngel; Iriney (Pereira, m.77), Oubi?a, N¨²?ez, De Ridder (Gustavo L¨®pez, m.69); Cannobio (Jorge, m.69) y Baiano.
Barcelona: V¨ªctor Vald¨¦s; Belletti, M¨¢rquez, Puyol, Gio (Sylvinho, m.65); Van Bommel (Xavi, m.61), Deco, Iniesta; Larsson, Eto? o y Ronaldinho, (Edmilson, m.56).
Gol: 0-1. M-55. Van Bommel cede a Eto?o dentro del ¨¢rea y el camerun¨¦s marca despu¨¦s de dos regates.
?rbitro: P¨¦rez Lima, del colegio tinerfe?o. Mostr¨® la tarjeta amarilla a ?ngel, Belleti, Edmilson, Sylvinho y Contreras.
Bala¨ªdos: 24.000 espectadores. Antes del partido se guard¨® un minuto de silencio por la muerte de Tucho Sampedro, exjagador del Celta.
Desde el primer momento el Barcelona domin¨® el f¨²tbol, pero no el ¨¢rea. No reserv¨® un gramo de potencial Frank Rijkaard en la puesta en escena, que hizo girar a los suyos alrededor de Iniesta, otra vez en el eje del campo. Desde all¨ª conect¨® con Ronaldinho, sensacional pese a la emboscada de Fernando V¨¢zquez, y el brasile?o con Eto?o y Larsson, pero Pinto estuvo protegido porque el Celta es granito puro. Desde que su entrenador ha dado con la tecla de la solvencia defensiva, el equipo de Bala¨ªdos coleccionaba victorias con la porter¨ªa a cero; una larga serie que s¨®lo el Valencia, otra roca pura, lograra interrumpir. Y tuvo problemas el Bar?a para meter el ¨²ltimo pase, o para el control y el remate final. Con obsesi¨®n o sin ella, el que m¨¢s cerca anduvo del gol fue Eto?o, que intent¨® encarar en corto, anotar desde cuarenta metros de distancia y hasta busc¨® el penalti redentor.
El juego celeste arrastr¨® a la escuadra de Rijkaard al fango del f¨²tbol menos bonito: un campeonato distinto al que acostumbra, donde los partidos se deciden por un golpe de fortuna, el fogonazo de alguna estrella o un contraataque bien dirigido.
Para el rocoso Celta la noche fue de puro sacrificio. Todo lo deposit¨® Fernando V¨¢zquez en la idea de detener al campe¨®n, con una f¨®rmula que le ha permitido apuntarse a las competiciones europeas. El ataque por la banda izquierda se redujo a exploraciones de dos diestros, y por la derecha N¨²?ez y Jonathan Aspas dieron la vuelta al cuentakil¨®metros en la persecuci¨®n de Ronaldinho. En realidad, el dibujo del Celta se transform¨® en un 4-4-2, con Canobbio y Baiano alejados del resto. Pero los problemas para el Bar?a se debieron al trabajo de Contreras y, sobre todo, de Lequi, un futbolista cedido por el Lazio que se gana el contrato con los de Vigo jornada a jornada.
El l¨ªder que sali¨® hacia el vestuario en el descanso estuvo por debajo del que inici¨® la segunda mitad como campe¨®n. No baj¨® el pist¨®n. Y, a la primera que lleg¨® al ¨¢rea, se llev¨® la victoria. Fue en una t¨ªpica diagonal de Van Bommel, que el Celta no acert¨® a detectar. Contreras medio rob¨® el bal¨®n, pero lleg¨® por all¨ª el Eto?o depredador, con su habilidad habitual para olisquear la sangre. El gol logr¨® lo que la derrota del Valencia no hab¨ªa conseguido: al minuto reaccion¨® Frank Rijkaard, que aprovech¨® la ocasi¨®n para salvaguardar a Ronaldinho y rodar a Xavi, sustituto de Van Bommel. Edmilson busc¨® el centro geom¨¦trico del campo e Iniesta confirm¨® su condici¨®n de chico para todo. Ocurri¨® que el Celta estaba creado para defender, y le cost¨® adaptarse al nuevo escenario. Busc¨® la victoria con desesperaci¨®, y hasta Perera estrell¨® un bal¨®n en el travesa?o, pero era la noche del Barcelona, que ya puede esperar tranquilo la final de Par¨ªs.
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