Pasi¨®n por los caballos

Con el alumbrado, ma?ana, del recinto ferial y un espectacular castillo de fuegos artificiales, el reloj se para durante una semana en Jerez de la Frontera. Hasta el 14 de mayo, el coraz¨®n y los sentidos jerezanos palpitan en el parque de Gonz¨¢lez Hontoria, un escenario de 52.000 metros cuadrados en el que se suceden m¨¢s de 200 casetas vertebradas por el gran paseo de Caballos. Un itinerario en el que desfilan, en un espect¨¢culo singular, cientos de jinetes y amazonas, vestidos de corto y de faralaes, junto con admirables enganches. Declarada de inter¨¦s tur¨ªstico internacional, esta fiesta rinde culto a la belleza y la calidad, sin olvidar la comodidad para todos sus visitantes. La Feria de Jerez se remonta al reinado de Alfonso X el Sabio, cuando la ciudad ten¨ªa el privilegio de celebrar dos ferias anuales, que pivotaban en torno a la compra y venta de ganado. Estas citas, con el paso de los a?os, comenzaron a adquirir un car¨¢cter m¨¢s l¨²dico que comercial. Fue a principios del siglo XX cuando comenzaron a instalarse las primeras casetas en el Real de la Feria. Los pioneros fueron los due?os de las bodegas jerezanas y los clubes que entonces hab¨ªa en la ciudad. La feria no olvida sus or¨ªgenes con numerosas actividades en torno al caballo -doma vaquera, enganches, premios al mejor ejemplar- y el vino, que fluye sin descanso entre barras y est¨®magos.

Tras un paseo por el ferial, cualquier parada nos sit¨²a en las casetas, la mayor¨ªa abiertas al p¨²blico. Dentro de ellas se respira y se vive en su m¨¢xima expresi¨®n el ambiente de la fiesta y se disfruta de la mejor y m¨¢s cuidada gastronom¨ªa de la tierra. Todas se engalanan con una decoraci¨®n que concuerda con la imagen del recinto ferial. Muchas rivalizan por el galard¨®n a la m¨¢s elegante. Se espera que este a?o acudan a esta ciudad paralela m¨¢s de un mill¨®n de visitantes, que compartir¨¢n la fiesta con los 210.000 jerezanos.

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