Carta de Teher¨¢n

El presidente de la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n, Mahmud Ahmadineyad, ha escrito una carta al presidente americano George W. Bush. En s¨ª, esto podr¨ªa tener importancia si se considera que desde hace 27 a?os no se produc¨ªa un contacto directo oficial entre el r¨¦gimen de la revoluci¨®n isl¨¢mica y Estados Unidos. El mero gesto de la carta del presidente iran¨ª, y su env¨ªo a la Casa Blanca a trav¨¦s de la Embajada suiza en Teher¨¢n, es novedoso incluso si s¨®lo fuera dirigido a la propaganda interna del joven, ambicioso y belicoso Ahmadineyad, o a una campa?a de relaciones p¨²blicas internacional, ante la alarma que ha despertado en todo el mundo su ret¨®rica violenta y sus supuestos planes nucleares.

Aunque est¨¢ ya claro que el contenido de esta carta de 18 folios no aporta nada a una soluci¨®n a la crisis, tambi¨¦n lo est¨¢ que asistimos a un nuevo intento de Teher¨¢n de entablar relaciones directas bilaterales con Washington para buscar una soluci¨®n a un conflicto que ya todos saben que puede entrar en una peligrosa escalada en cualquier momento. Al margen de su ret¨®rica guerrera e irredenta, el r¨¦gimen de Teher¨¢n, que no es s¨®lo su presidente, sabe que lo que est¨¢ en juego a medio plazo es mucho m¨¢s que un conflicto b¨¦lico convencional m¨¢s o menos limitado.

Bush, que quiere conversaciones con los iran¨ªes limitadas a la situaci¨®n en Irak -por el peso de Teher¨¢n sobre los chi¨ªes iraqu¨ªes-, se ha negado a estos contactos bilaterales hasta ahora con razones de peso. No quiere dar la oportunidad a Teher¨¢n de presentar la crisis como una pugna entre dos fuerzas, cuando es resultado de la preocupaci¨®n mundial ante la posibilidad de que Ir¨¢n se haga con el arma nuclear. Ni quiere, por supuesto, verse aislado, sin una amplia coalici¨®n detr¨¢s de EE UU, en un eventual rev¨¦s en las negociaciones o una escalada de hostilidades.

Pero la canciller alemana, Angela Merkel, ha venido a echar una mano a Bush, a quien acaba de visitar en Washington, al rechazar tajantemente la posibilidad sugerida por Teher¨¢n de que Alemania jugara de mediadora. Empiezan tambi¨¦n a aparecer signos que apuntan a que un sondeo directo de Washington ante el r¨¦gimen integrista podr¨ªa facilitar un acercamiento de Rusia y China a posiciones occidentales en el Consejo de Seguridad, donde el lunes se vio que nada avanza de momento. Todos son conscientes de que ¨¦ste no es un conflicto que pueda "dormirse" a la espera de soluciones futuras. Por eso hay que probar todas las f¨®rmulas imaginables para lograr impedir por medios diplom¨¢ticos, como Bush viene recalcando en sus ¨²ltimas declaraciones, que Ir¨¢n se haga con la bomba.