El fascinante norte de Tailandia
Paseos en elefante, templos y estancias en la selva del interior del pa¨ªs asi¨¢tico
Aunque sea doloroso reconocerlo, el tsunami que asol¨® las costas tailandesas en la Navidad de 2004 no tuvo s¨®lo efectos devastadores, ya que sirvi¨® para renovar la oferta tur¨ªstica del interior. Y si las playas de Phuket, Samui, Phang Na o Krabi satisfacen a cualquier turista que est¨¦ dispuesto a pasar 14 horas en un avi¨®n, las rutas interiores de Tailandia complacer¨¢n al viajero m¨¢s inquieto: templos, senderismo, rutas en bici o en 4¡Á4, navegaci¨®n por r¨ªos y turismo rural -quiz¨¢ haya que decir tribal- en medio de la jungla.
Bangkok es el comienzo, con su tr¨¢fico endiablado y la contaminaci¨®n. Monumentalmente, son imprescindibles el complejo del Palacio Nacional (siempre en obras), el templo del Buda Esmeralda (Wat Phra Kaeo) y el del Buda de Oro. Aunque la estancia en Bangkok sea corta, no deben perderse dos visitas: la casa de Jim Thompson, un aventurero estadounidense que se instal¨® en Tailandia a finales de la II Guerra Mundial y construy¨® un imperio de la seda, y el mercado nocturno de Pat Pong. Y sin alejarse del mercado, los famosos (y en muchos casos s¨®rdidos) clubes nocturnos que han hecho famosa a la ciudad.
La vieja Ayuthaya, a unos 87 kil¨®metros, se alcanza en una excursi¨®n desde Bangkok. Las ruinas, declaradas patrimonio de la humanidad en 1991, recuerdan la resistencia tailandesa frente a los invasores birmanos, causantes de la destrucci¨®n de esta ciudad en el siglo XVIII.
1 Las ruinas de Sukhothai
Tal vez la lejan¨ªa de Bangkok (450 kil¨®metros) preste especial encanto a Sukhothai. El parque hist¨®rico de Kamphaeng Phet, tambi¨¦n incluido en la lista de patrimonio de la Unesco, alberga los vestigios de la primera capital tailandesa, una ciudad trapezoidal que descansa sobre el r¨ªo Ping. Las ruinas se recorren en coches el¨¦ctricos. Entre la fronda se elevan los majestuosos restos de templos como el Wat Singha o Wat Phra Kaew, con sus ingenuos budas sentados. Lo ideal es realizar alg¨²n tramo de la visita en solitario; por ejemplo, para contemplar con tranquilidad Wat Phra Si Iriyabot -con sus cuatro budas en distintas posturas: reclinado, caminando, de pie y sentado- o para quedarse pasmado frente a Wat Chang Rob, un impresionante templo con paredes adornadas por 68 figuras de elefantes.
2 Um Yom, visita a una tribu
El turismo ¨¦tnico en Tailandia tiene solera, y, consecuentemente, no queda nada virgen. Si no fuera por los visitantes, los nativos vestir¨ªan a la manera occidental (algunos ya lo hacen). Pero el turismo es, junto a la agricultura, su forma de ganarse la vida (antes lo era el cultivo de opio). Las tribus al norte de Tailandia tienen origen birmano o chino (meo, karen, miren, akha, lis¨²...). Los viajeros pueden elegir entre visitar el poblado durante unas horas o quedarse dos o tres d¨ªas en la jungla (pasar la noche en una choza cuesta unos cuatro o cinco euros). Un gu¨ªa, miembro de la tribu, les acompa?a en todo momento y explica en perfecto ingl¨¦s lo que desean saber sobre las costumbres ancestrales. Visitamos la tribu lahu, en Um Yom, un poblado entre la bruma perpetua cerca de la frontera con Birmania. Los lahu se re¨²nen en torno a un ruedo de madera, donde se supone que el consejo de la tribu toma sus grandes decisiones. Los turistas pueden asistir a estas ceremonias, y, al t¨¦rmino de la visita, los gu¨ªas sugieren que se dejen unas monedas a los habitantes.
3 Mae Sod, la frontera
Otra etapa obligada es la visita a la frontera con Birmania. El poblado de Mae Sod se extiende en torno a una calle ancha y larga que llega hasta el r¨ªo. Adem¨¢s del mercadillo y las innumerables tiendas, se puede cruzar el puente que separa ambos pa¨ªses y que lleva, en apenas cien metros, al Tercer Mundo. Para celebrar el fin del monz¨®n, los escolares tailandeses uniformados arrojan a las aguas del r¨ªo sus loi krathong, unas canastillas hechas de hoja de banano con velas. Al otro lado, los desharrapados ni?os birmanos se lanzan a las marrones aguas y los rescatan. Qui¨¦n sabe, quiz¨¢ para iluminar sus casas que carecen de luz el¨¦ctrica.
4 Elefantes en Mae Ping
El Gobierno tailand¨¦s ha querido darles un merecido descanso a los elefantes (que hasta hace poco hac¨ªan las tareas pesadas en el campo, sobre todo en la tala de ¨¢rboles en la selvas) y ha creado una docena de reservas, donde exhiben sus habilidades con horario de oficina. En la de Mae Ping es posible dar un paseo, subir colinas e incluso atravesar r¨ªos, montado en sus lomos. En el mismo paquete se puede contratar una pl¨¢cida navegaci¨®n por el r¨ªo en balsas de bamb¨². Los m¨¢s atrevidos pueden cambiar la balsa por el kayak, y las aguas tranquilas por otras m¨¢s briosas, como las del r¨ªo Mae Lamao.
5 Chiang Mai
La ¨²ltima etapa del viaje es Chiang Mai, la principal ciudad del norte y segunda del pa¨ªs, que tiene casi todas las ventajas de Bangkok y casi ninguno de sus inconvenientes. Un tr¨¢fico m¨¢s comprensivo; un mercado nocturno bien surtido, incluyendo imitaciones (si comienza en Bangkok su viaje, deje las compras para Chiang Mai), y una oferta monumental m¨¢s aut¨¦ntica, la convierten en un destino imprescindible. Se cansar¨¢ de ver templos, algunos primorosos, como el Wat Chedi Luang o el Wat Phra Sing, aunque el m¨¢s venerado es Doi Suthep, en una monta?a a las afueras, desde donde se divisa la ciudad. Para acceder al templo hay que subir m¨¢s de 600 escalones. En la cima se ofrece una variedad de actividades: desde sacar fotos a monjes y templos, tirar los palillos chinos de la suerte, tocar las campanas rituales o recibir una bendici¨®n en forma de pulsera. Llama la atenci¨®n la proliferaci¨®n de anuncios de escuelas de budismo que tientan a los extranjeros a participar en cursos, no siempre a precios bajos.
La noche de Chiang Mai es menos movida que la de Bangkok. Antes de nada, no pique con la tradicional cena Khantoke, no es m¨¢s que una turistada folcl¨®rica. Al margen de templos, elefantes y tribus, el norte de Tailandia merece la pena simplemente por el trato de la gente, esa amabilidad casi cong¨¦nita (que aqu¨ª se denomina thainess, algo as¨ª como tailandicidad). Sentarse en una terraza a tomar una singha (una cerveza) o degustar unos noodles picantes en un puesto callejero bastan para comprobarlo.
GU?A PR?CTICA
Datos b¨¢sicos- Prefijo telef¨®nico: 00 66. Poblaci¨®n: Tailandia tiene cerca de 65 millones de habitantes. Moneda: baht tailand¨¦s (un euro equivale a unos 48 bahts).C¨®mo ir- Thai Airways (www.thaiairways.es; 917 82 05 20) vuela directo a Bangkok desde Madrid. Hasta el 30 junio, ida y vuelta, unos 550 euros, tasa incluidas.- Swiss (www.swiss.com; 901 11 67 12). Ida y vuelta a Bangkok, con una escala en Z¨²rich (Suiza), desde Madrid, hasta mediados de junio, unos 818 euros, tasas incluidas.- Muchas mayoristas organizan viajes combinados a Tailandia (que suelen contemplar vuelos, traslados, alojamiento con desayuno, visitas y algunas comidas), que incluyen m¨¢s o menos d¨ªas en el norte del pa¨ªs. Catai (en agencias; www.catai.es), por ejemplo, tiene un viaje de ocho d¨ªas por el norte del pa¨ªs (Chiang Mai, Mae Hong Son, Bangkok), a partir de 965 euros por persona, que puede combinarse con estancias en la playa. Ambassador Tours (en agencias; www.ambassadortours.es) ofrece, entre otros, un viaje de 13 d¨ªas entre Bangkok, Chiang Mai, Mae Ping y tres noches en Phuket, desde 1.338 euros por persona. Kuoni (en agencias; www.kuoni.es) es otra mayorista con propuestas tailandesas; por ejemplo: 12 d¨ªas en busca de templos y tribus del norte e interior del pa¨ªs, a partir de 1.250 euros por persona. Politours (en agencias; www.politours.com) propone un circuito amplio de Tailandia, que incluye el norte, desde 1.280 euros por persona, que parte de Bangkok y llega hasta Chiang Mai.Informaci¨®n- www.turismotailandes.com.- www.tourismthailand.org.- Embajada de Tailandia en Madrid (915 63 29 03).- Asociaci¨®n de hoteles de Tailandia (www.thaihotels.org).- Asociaci¨®n de hostales y albergues de Tailandia (www.tyha.org).
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