Tres millones de personas acuden cada a?o a las oficinas de atenci¨®n al ciudadano de Barcelona
El incremento de la inmigraci¨®n ha disparado el n¨²mero de tr¨¢mites municipales
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Unos tres millones de personas acuden cada a?o a las oficinas de atenci¨®n al ciudadano (OAC) que el Ayuntamiento de Barcelona tiene repartidas por los distintos distritos de la ciudad. M¨¢s de la mitad de las personas que se acercan al mostrador son extranjeros. Adem¨¢s, el 010, el n¨²mero telef¨®nico de atenci¨®n ciudadana recibe unos cuatro millones de llamadas. Recursos de multas, peticiones de subvenciones y todo lo relativo al padr¨®n son algunos de los tr¨¢mites que se realizan en estas oficinas, cuyos funcionarios son receptores de un sinf¨ªn de historias humanas.
En la ciudad de Barcelona hay un total de 11 oficinas de atenci¨®n ciudadana, la de la plaza Sant Miquel y una en cada uno de los 10 distritos.
El incremento de la inmigraci¨®n ha disparado la actividad en estas oficinas, donde m¨¢s de la mitad de las personas atendidas son extranjeros. Europeos y ciudadanos extracomunitartios son los que m¨¢s utilizan el registro del padr¨®n y los volantes de convivencia y residencia, que son dos documentos indispensables para tener asistencia m¨¦dica y social, y acceder a la red de ense?anza. En la oficina de la plaza de Sant Miquel se expiden unos 300.000 al a?o. Un volumen que se entiende si se tiene en cuenta que un estudiante del Programa Erasmus tiene que hacer esos tr¨¢mites si est¨¢ m¨¢s de tres meses en Barcelona.
A uno de los mostradores se acerca un ciudadano paquistan¨ª para empadronar a su hijo reci¨¦n nacido. La pantalla del ordenador refleja la hoja del padr¨®n que corresponde al domicilio: una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho, nueve... hasta 12 personas figuran empadronadas en un piso de la calle del Hospital. "A veces hemos contado el doble", explica un funcionario. Su trabajo consiste en dar de alta y baja del padr¨®n si se aportan los documentos que establece el reglamento.
'Pisos patera'
El control de si una vivienda est¨¢ sobreocupada -los llamados pisos patera- lo realiza desde hace un a?o otro servicio municipal, que es el que env¨ªa a inspectores y a la Guardia Urbana para ver cu¨¢l es el panorama real. Algo parecido ocurre cuando se solicita un informe de la vivienda dentro de la tramitaci¨®n de reagrupamiento familiar. "En ese caso, un guardia urbano va al domicilio y comprueba el estado de la vivienda", explica un funcionario. La oficina de la plaza de Sant Miquel y la del distrito de Ciutat Vella son las que han acusado m¨¢s la llegada de la inmigraci¨®n en los ¨²ltimos cinco o seis a?os. Tanto, que los funcionarios han tenido que recibir formaci¨®n y cursos impartidos por ciudadanos de diferentes nacionalidades para poder resolver las confusiones que a menudo se producen en las ventanillas: "En muchos sitios no hay un nombre y dos apellidos. Puede ser que el apellido sea, en realidad, el nombre de una casta entera. Para nosotros es un quebradero de cabeza trasladar su sistema de identificaci¨®n a los formularios", explica Helena Navarro, jefa de los servicios presenciales.
Recursos de multas, peticiones de subvenciones, permisos de obra y todo lo relativo al padr¨®n y a los tributos son algunos de los tr¨¢mites que se realizan en estas oficinas ciudadanas. "Internet asume el 10% de las gestiones y se est¨¢ trabajando para mejorar. Lo que ocurre es que todav¨ªa hay tr¨¢mites que se tienen que hacer en persona", explica Emili Rubi¨®, director de las OAC.
Una de las funcionarias asegura que el mes de julio suele ser un poco duro: "Hay gente que viene muy enfadada porque se les ha embargado parte de la cuenta bancaria por multas pendientes y, claro, es ¨¦poca de vacaciones". Lo que m¨¢s le molesta a esta trabajadora es la mala educaci¨®n y los malos modos de algunos ciudadanos que enseguida espetan aquello de "yo te pago el sueldo". "Y yo les contesto que eso no les da derecho a faltar", indica.Y entre queja, recurso y tr¨¢mite, mucha soledad. Eso tambi¨¦n se percibe desde los mostradores. "Vienen porque han recibido alg¨²n papel y no lo entienden. Primero es la consulta, pero luego te acaban pidiendo ayuda para otras cosas y te das cuenta de lo solos que est¨¢n", afirma Llu¨ªs, uno de los informadores preferidos por la gente mayor. Abundan las quejas y relatos sobre el mobbing inmobiliario.
Los funcionarios dicen que los d¨ªas de luna llena se notan: "Vienen personas explicando cosas incre¨ªbles", afirma uno de ellos. El anecdotario es largo: uno se present¨® diciendo que era hermano del Rey, otro afirmaba que no se mover¨ªa de all¨ª sin ver al alcalde porque ten¨ªa la vacuna contra el sida... Un sinf¨ªn de historias.
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