La inmigraci¨®n y las multinacionales espa?olas
La empresa multinacional espa?ola ha conseguido en diez a?os lo que no pudo en cien: establecerse en la econom¨ªa global como un jugador de pleno derecho. En estos momentos, nuestras empresas son percibidas como actores relevantes en sectores tan diversos como la confecci¨®n, los vinos, el acero inoxidable, las turbinas e¨®licas, los equipos ¨®pticos, la gesti¨®n de concesiones e infraestructuras, la hosteler¨ªa, los servicios de seguridad, la electricidad, el gas, las telecomunicaciones y la banca, por citar algunos ejemplos. Un siglo entero ha costado superar la ¨²ltima retirada masiva de capitales espa?oles por el mundo, que se produjo en 1898 a ra¨ªz del Desastre.
Si bien los logros de los ¨²ltimos a?os son manifiestos, y la tendencia a la expansi¨®n exterior de nuestras empresas, ascendente, conviene no olvidar que la empresa espa?ola es solamente fuerte en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica y en Am¨¦rica Latina, zonas que no representan m¨¢s del 10% de la econom¨ªa global. En Europa y los Estados Unidos, su posici¨®n es todav¨ªa incipiente. En China y el resto de Asia, la empresa espa?ola -salvo excepciones- parece haber llegado tarde.
El cuello de botella m¨¢s importante de los que limitan la expansi¨®n en pa¨ªses como China, Jap¨®n, Malaisia, India, Rusia, Polonia, Egipto o Turqu¨ªa es la carencia de personal directivo con los conocimientos ling¨¹¨ªsticos, hist¨®ricos y culturales relevantes. Nuestras instituciones de ense?anza carecen, por lo general, de suficiente profesorado formado en estas materias. Adem¨¢s, aprender mandar¨ªn, ¨¢rabe, ruso o turco no es lo mismo que aprender ingl¨¦s.
Tal y como ya viene ocurriendo con la Seguridad Social o con la necesidad de mano de obra abundante para la construcci¨®n y los servicios, la inmigraci¨®n puede convertirse en la soluci¨®n para este problema a largo plazo de la empresa espa?ola. La segunda generaci¨®n de inmigrantes en Espa?a est¨¢ acudiendo en n¨²meros ya importantes a las escuelas primarias y secundarias. Como todos los inmigrantes, suelen mantener la lengua materna, al menos durante las dos primeras generaciones. Con una simple visita a los comercios que regentan los inmigrantes magreb¨ªes o chinos en ciudades como Madrid, Barcelona o Valencia, se puede constatar que sus hijos -ciudadanos espa?oles, muchos de ellos nacidos en este pa¨ªs- hablan dos o m¨¢s idiomas.
He aqu¨ª la conexi¨®n con la empresa multinacional espa?ola: si conseguimos que una proporci¨®n importante de esta segunda generaci¨®n de inmigrantes (biling¨¹es) tenga ¨¦xito en sus estudios, acceda a la universidad e incluso a un postgrado, y afiance su conocimiento de lenguas como el ¨¢rabe, el chino o el ruso, habremos creado un acervo valios¨ªsimo de capital humano. Se trata de ciudadanos espa?oles con ra¨ªces culturales en alg¨²n pa¨ªs culturalmente lejano de Asia, Europa del Este o el Magreb, de futuros profesionales que pueden ayudar a que Espa?a y sus empresas sean m¨¢s competitivas en la econom¨ªa global.
Como toda apuesta que tenga que ver con el capital humano, hacen falta pol¨ªticas p¨²blicas y privadas de largo plazo y altas miras para aprovechar esta enorme oportunidad que la inmigraci¨®n nos ofrece, pues los beneficios solamente empezar¨¢n a materializarse en diez o quince a?os. A semejanza de lo que la Fundaci¨®n Carolina viene haciendo para Am¨¦rica Latina, el Gobierno y las empresas deber¨ªan plantearse de modo serio e inmediato la creaci¨®n de un fondo de ayuda a la educaci¨®n del inmigrante biling¨¹e. Se trata de conceder becas a los hijos e hijas de inmigrantes que se comprometan a cultivar y mejorar sus conocimientos ling¨¹¨ªsticos con el fin de que puedan acudir sin problemas a la escuela y, m¨¢s adelante, a la universidad espa?ola. Ser¨ªa de rigor que las fundaciones p¨²blicas y privadas que ya cuentan con programas importantes de becas de postgrado lancen nuevas iniciativas espec¨ªficamente dise?adas para que nuestros inmigrantes biling¨¹es de segunda generaci¨®n a?adan a sus valiosos conocimientos ling¨¹¨ªsticos y sensibilidades culturales una formaci¨®n t¨¦cnica s¨®lida en Europa o los Estados Unidos, tal y como lo hacen centenares de nuestros graduados universitarios cada a?o. Y hace falta tambi¨¦n que se creen programas de retorno para asegurarnos que el esfuerzo por formarles redunde en beneficio de nuestra econom¨ªa y nuestras empresas.
Lo que se propone es, por tanto, una inversi¨®n a largo plazo que nos traer¨¢ dos beneficios principales: una mayor integraci¨®n de los inmigrantes en la sociedad espa?ola y la creaci¨®n de un cuerpo de personal directivo y t¨¦cnico biling¨¹e. Nuestro futuro en la econom¨ªa global nunca est¨¢ garantizado. No podemos dejar que las oportunidades que nos presta la inmigraci¨®n se nos escurran de entre los dedos. Invirtamos hoy en el futuro de nuestras empresas ayudando a los inmigrantes de segunda generaci¨®n a convertirse en los cient¨ªficos, ingenieros, economistas, soci¨®logos y humanistas biling¨¹es que nos permitir¨¢n ser competitivos de verdad y sin complejos en la econom¨ªa global.
Mauro F. Guill¨¦n es catedr¨¢tico de Direcci¨®n Internacional de la Empresa en la Wharton School, y Emilio Ontiveros es catedr¨¢tico de la Universidad Aut¨®noma de Madrid y consejero delegado del Grupo Analistas.
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