Amor a segunda vista

El subg¨¦nero de las comedias rom¨¢nticas ambientadas en o alrededor de las nupcias, ya sea como instituci¨®n, como celebraci¨®n o como simple estilo de vida, se ha convertido en un cl¨¢sico moderno que pocas veces puede (o sabe, o quiere) escapar del estereotipo. Bodas por encargo, innegable veh¨ªculo al servicio de la actriz Heather Graham (oficia de productora y de protagonista del enlace), es la ¨²ltima en llegar.

Durante su primer tercio, parece que la pel¨ªcula pretende huir de la riada de sentimientos alrededor de la solter¨ªa y la incapacidad para amar gracias a un par de detalles con mala baba, caso de esa modelo de revista anor¨¦xica y heroin¨®mana que no se tiene en pie en la sesi¨®n de fotos. Sin embargo, pronto entra en la l¨ªnea de flotaci¨®n habitual. No molesta, no apasiona. No inventa nada, pero apenas desentona. Si acaso, para bien, por brindar un honroso homenaje al matrimonio como derecho igualitario, sea cual sea la condici¨®n y el objetivo de los contrayentes. De modo que, dentro de su modestia cr¨ªtica, igual acaba molestando a los fundamentalistas de la obligatoriedad del banquete lujoso, el vestido blanco, el lanzamiento de ramo y las damas de honor.