Luis Mu?oz explora las voces del silencio en su nuevo libro de poemas
Tiene Luis Mu?oz (Granada, 1966) una fe visionaria en la vitalidad de lo cotidiano. Sabe que la felicidad no est¨¢ en la patra?a de los para¨ªsos, sino, quiz¨¢ en la moment¨¢nea brisa que nos acaricia en la terraza de un caf¨¦. En ese momento tambi¨¦n reina el silencio y de ambas cosas, este poeta tan sutil como escrupuloso, uno de los m¨¢s brillantes de su generaci¨®n, te saca petr¨®leo para unos versos. La prueba est¨¢ en Querido silencio (Tusquets), su nuevo poemario, en el que ha explorado como un orfebre la verdad que se esconde m¨¢s all¨¢ del lenguaje vociferado, fuera de las barreras de todo sonido.
"He querido atrapar los poemas en un silencio constructivo", afirma Luis Mu?oz, que el pasado s¨¢bado present¨® su libro junto a Benjam¨ªn Prado y ?ngel Gonz¨¢lez en la librer¨ªa La Central, del Museo Reina Sof¨ªa. "He buscado en las cosas que no se pueden nombrar, consciente de que el poeta tambi¨¦n debe saber callarse a tiempo y que la luz aparece muchas veces con el poema terminado", asegura.
Hay una metaf¨ªsica del lenguaje en el nuevo trabajo de Luis Mu?oz, un m¨¢s all¨¢ que s¨®lo podemos escuchar callados. "Existen cosas importantes m¨¢s all¨¢ del lenguaje y los poetas debemos acotar el per¨ªmetro de las mismas, es una de nuestras funciones", afirma el autor de Septiembre y Manzanas amarillas, que ha sido de los poetas espa?oles m¨¢s vendidos con su antolog¨ªa Limpiar pescado (Visor).
En ese silencio a veces gritan nuestras contradicciones y de esa explosi¨®n sorda pueden salir verdades muy recomendables. Luis Mu?oz es de los poetas que van a provocar ese momento; de los grandes poetas, por tanto. "La luz del poeta es la contradicci¨®n". Lo dec¨ªa Garc¨ªa Lorca, que buscaba siempre esa sensaci¨®n de cruce. O tambi¨¦n como Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, a quien rinde su homenaje en Hoja de repollo (con J. R. J.): "Es capaz de decir lo mismo con elementos opuestos, por eso quise darle la vuelta a ese verso suyo con una variaci¨®n de g¨¦nero: 'Est¨¢ vestido y sin embargo est¨¢ desnudo".
Est¨¢ tan obsesionado con la huella de lo ef¨ªmero que siente piedad por las revistas. "Soy un lector voraz de revistas, algunas inconfesables y para m¨ª representan el colmo de la fugacidad. Cuando pasamos la p¨¢gina de una revista jam¨¢s regresamos a ella", afirma. A ellas dedica un brillante poema: "En el temblor del minuto, / la descarga del aire, el movimiento inm¨®vil / como el perfil de un r¨ªo, / lleno de nubes y ramas dormidas. / La membrana de hoy, / las flores, el espejo".
Esa conciencia de lo que pasa la tuvo desde la infancia: "De ni?o supe que todo era pasajero y despu¨¦s supe que la poes¨ªa era la ¨²nica certeza para m¨ª". Pero eso no le hace desgraciado, al contrario. Le da fuerza. "Tengo un gusto por lo cotidiano como una forma de vitalismo y eso me produce una mezcla de estupor y de maravilla", afirma. Toda una filosof¨ªa que recorre la obra sugerente y ambiciosa de Luis Mu?oz y, por supuesto, gran parte de los poemas de Querido silencio. Un libro que se resume con un mandamiento en estos versos: "Tu momento coincide con tu cuerpo. / ?Se saben escuchar?".
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