La deslocalizaci¨®n como alarma social
La deslocalizaci¨®n es un efecto directo de la globalizaci¨®n realmente existente, centrada en el libre movimiento de capitales, bienes y mercanc¨ªas. Muchas empresas cambian de lugar para ganar m¨¢s dinero o para perder menos, en una especie de medida defensiva. Cada vez que una sociedad cierra sus instalaciones para alejarse a otras tierras con costes laborales, fiscales o ecol¨®gicos m¨¢s baratos, cunde con justicia la alarma social en la regi¨®n que se despuebla de actividad econ¨®mica, y emergen los perdedores de la globalizaci¨®n.
Es lo que ha sucedido la pasada semana en Barcelona, donde por en¨¦sima vez una empresa (esta vez Braun, del sector del peque?o electrodom¨¦stico) ha anunciado el cierre de sus instalaciones, y su marcha a China. Con esta decisi¨®n, Braun, propiedad de la multinacional Procter & Gamble, desaparece de Catalu?a y termina una historia de casi medio siglo. Casi 800 empleados perder¨¢n sus puestos de trabajo. Braun ha cerrado los ¨²ltimos ejercicios con beneficios, aunque al parecer no con los suficientes, seg¨²n la opini¨®n del centro corporativo de la multinacional.
?Es la deslocalizaci¨®n un fen¨®meno inevitable?; ?qu¨¦ barreras de protecci¨®n se pueden poner?; ?tiene efectos positivos para el conjunto de la econom¨ªa y para el pa¨ªs de destino al que se va? A estudiar ¨¦stas y otras cuestiones se dedica el libro La deslocalizaci¨®n en Madrid. Conceptos, hechos y estrategias, editado ahora por la Fundaci¨®n Sindical de Estudios, de Comisiones Obreras, a cuyo frente est¨¢ Rodolfo Benito. El libro, coordinado por los profesores Emilio Ontiveros y Jos¨¦ Antonio Herce, hace mucho hincapi¨¦ en que la deslocalizaci¨®n no es un juego de suma cero. Es la primera vez, que sepamos, que una organizaci¨®n sindical, sin abandonar su tradicional sentido de defensa de intereses de sus afiliados, estudia desde un punto de vista te¨®rico un fen¨®meno que no se puede desconocer.
Durante muchos a?os, Espa?a ha sido una zona beneficiaria neta de la deslocalizaci¨®n de empresas multinacionales, atra¨ªdas por sus costes m¨¢s bajos. Este modelo se ha agotado porque, afortunadamente, nuestro pa¨ªs se ha convertido en una naci¨®n desarrollada, con salarios, impuestos, protecci¨®n social y precios coherentes con tal condici¨®n. El nuevo modelo de crecimiento que se necesita -y que tan presente estaba en el programa electoral con el que los socialistas ganaron las elecciones- ha de tener en cuenta esta circunstancia central. Empresas espa?olas que hace unos a?os se deslocalizaron al norte de ?frica han iniciado una segunda deslocalizaci¨®n saliendo de Marruecos o T¨²nez, y desplaz¨¢ndose hacia China o India. La ampliaci¨®n hacia el este de la UE tambi¨¦n nos afectar¨¢. No s¨®lo porque algunos de nuestros nuevos socios tienen unas tecnolog¨ªas m¨¢s avanzadas que las espa?olas, sino por la comparaci¨®n de costes. Seg¨²n Eurostat, ¨¦stos son algunos de los sueldos industriales netos de los pa¨ªses cercanos a nosotros, expresados en euros/a?o: Chequia (5.016), Letonia (2.069), Lituania (2.299), Hungr¨ªa (3.082), Bulgaria (1.176). Ese mismo sueldo en Espa?a, de 13.009 euros, es astron¨®mico en relaci¨®n con los pa¨ªses anteriores, aunque sea el tercero m¨¢s bajo de la UE de 15 miembros.
Cuando una empresa se deslocaliza reduce costes, baja los precios de sus productos y se hace m¨¢s competitiva, incrementa la demanda de esos bienes y sigue invirtiendo y aumentando el empleo y la producci¨®n en otros lugares. Pero deja un rastro de dolor y paro a su alrededor. El problema de los perdedores debe resolverse con los instrumentos del Estado naci¨®n y del Estado del Bienestar (desempleo, pensiones...), que aqu¨ª s¨ª tiene muchas bazas que jugar. Se necesita de la intervenci¨®n del Estado para reconstruir hombres y territorios: con cualificaci¨®n de mano de obra, inversiones en infraestructuras de comunicaci¨®n y transporte, inversi¨®n (p¨²blica y privada) en I+D+i, una pol¨ªtica industrial que apueste por los sectores de futuro y acompa?e la salida de los que est¨¢n en declive... Ninguna de estas medidas se improvisa de la noche a la ma?ana. Ahora es cuando observamos con m¨¢s nitidez el tiempo perdido en la ¨²ltima d¨¦cada, cuando ¨²nicamente sobresal¨ªamos en el equilibrio presupuestario en tiempos de tipos de inter¨¦s bajos. Y el que todav¨ªa se puede malgastar en el futuro si no se reacciona con audacia y sin ceguera.
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