"El amor de Sevilla por m¨ª es inexplicable"
![Juan Cruz](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F877d032c-7412-47a6-81c8-1122d036e01b.png?auth=121372c15cef935b3b2a011dc3c02ec0490deff3e62238c8ee091ee432d90f6f&width=100&height=100&smart=true)
I?aki Gabilondo, donostiarra, estaba ayer a mediod¨ªa eligiendo las noticias del informativo que dirige en Cuatro, pero hoy ¨¦l mismo ser¨¢ noticia en Sevilla, donde la Diputaci¨®n lo har¨¢ hijo adoptivo de la provincia. ?l dice que el amor de Sevilla por ¨¦l es "inexplicable", pero escuch¨¢ndole no resulta raro que le hagan ¨¦se y otros muchos homenajes en una tierra a la que se dedic¨® en cuerpo y alma cuando fue director de la SER en Sevilla (de 1971 a 1976) y despu¨¦s. Enamorado de la capital, de la provincia y de Andaluc¨ªa, recibe este nuevo agasajo extra?ado de ese amor correspondido, pero se le escapa una convicci¨®n muy ¨ªntima, que tiene cada vez que va. "?Sabes? A veces, cuando voy, a m¨ª me da la impresi¨®n de que la ciudad se alegra de verme".
"Cuando voy a Sevilla, me da la impresi¨®n de que la ciudad se alegra de verme". Hoy ser¨¢ nombrado hijo adoptivo de la provincia.
"Me di cuenta de que Andaluc¨ªa era tambi¨¦n doliente; era el andaluz un pueblo muy quemado, muy largo, muy sabio, muy hondo"
Pregunta. Un amor correspondido.
Respuesta. Por mi parte desde luego; pero el que me rinde Sevilla con cierta frecuencia yo creo que obedece al cari?o puro. Yo creo que no me lo merezco. ?El cat¨¢logo por el que me pueden premiar en Sevilla cabe en dos l¨ªneas!
P. Adelante.
R. Creo que hice visible mi compromiso con Sevilla nada m¨¢s llegar, como periodista. Era un momento muy clave para la ciudad, para la provincia y para Andaluc¨ªa. Quise saber m¨¢s, fuera de los t¨®picos de la alegr¨ªa, la salsa, las celebraciones...
P. Se meti¨® de lleno...
R. Quise saber m¨¢s, y me fui durante un mes, cada d¨ªa, a un pueblo de Sevilla; cambi¨® mi mirada, y esa mirada nueva sobre Sevilla me ha acompa?ado siempre. Yo no me cre¨ªa el t¨®pico; hice programas en los pueblos, y me di cuenta de que aquella tierra a la que se la ve¨ªa desde el punto de vista folcl¨®rico era tambi¨¦n doliente; era el andaluz un pueblo muy quemado, muy largo, muy sabio, muy hondo.
P. Y ven¨ªa usted de Euskadi, donde la visi¨®n de Andaluc¨ªa deb¨ªa ser especial...
R. En Euskadi hab¨ªa conocido andaluces que iban a sobrevivir... Y cuando en Sevilla vi la vega de Carmona, tan f¨¦rtil, pens¨¦ que era la injusticia la que obligaba a los andaluces a hacer ese viaje de supervivencia, porque esta era una tierra ub¨¦rrima, espl¨¦ndida... La injusticia, las malas pol¨ªticas, los abusos. Inexplicable que Andaluc¨ªa viviera en aquella situaci¨®n.
P. As¨ª que usted se hizo sevillano...
R. Y andaluz. Me integr¨¦ enseguida; me gustaban los festivales, el flamenco, conoc¨ª grupos sociales y pol¨ªticos que iban a significar mucho en la Andaluc¨ªa que iba a venir, me empadron¨¦ con todo aquello, y decid¨ª, como profesional, y como persona, qu¨¦ radio quer¨ªa hacer y qu¨¦ radio no quer¨ªa hacer para intentar ayudar a que Sevilla abrazara al tiempo lo que nos gusta de su tradici¨®n y lo que nos apasiona de la modernidad...
P. ?Y hall¨® c¨®mplices?
R. Claro que s¨ª. Tuve uno en Federico Villagr¨¢n, el director de El Correo de Andaluc¨ªa de entonces. Era la bandera de un periodismo comprometido; y por all¨ª creamos colaboraci¨®n con centros culturales, hicimos en la radio los Jueves Literarios, dimos entrada a personajes que eran entonces los que empujaban aquella Andaluc¨ªa en la que todo era pre, todo se adivinaba...
P. Todo eso en medio de un cari?o del que usted era consciente.
R. Y yo creo que ese cari?o era una respuesta al esfuerzo que hac¨ªamos por darle a Andaluc¨ªa la dignidad que merece. Yo invent¨¦ un eslogan para la radio que luego, en cierto modo, los andaluces tomaron como suyo entonces: "Andaluc¨ªa, tierra grande, hermosa, vieja y sabia. Si¨¦ntase orgulloso de ser andaluz".
P. ?Alg¨²n sinsabor?
R. Alguno hay, claro. Pero el que peor me dej¨®, luego ha dado lugar a una satisfacci¨®n muy ¨ªntima. El presidente de la Diputaci¨®n de entonces, un yerno de Carrero Blanco, decidi¨® que deb¨ªa ser expulsado de la emisora un redactor que dio a conocer una informaci¨®n que a ¨¦l le irrit¨®. Si yo ped¨ªa perd¨®n personalmente, la sanci¨®n podr¨ªa levantarse. Ped¨ª perd¨®n. Aquella humillaci¨®n me dio la medida de c¨®mo act¨²a una dictadura. Lo cont¨¦ hace poco tiempo, y tuve la satisfacci¨®n de recibir una carta de la hija de Carrero, expres¨¢ndome con gran delicadeza su consternaci¨®n por lo que ella sab¨ªa ahora que ocurri¨® hace tanto tiempo. Lo cuento hoy para subrayar el gesto de esta se?ora.
P. ?En qu¨¦ contribuy¨® usted a hacer mejor Andaluc¨ªa?
R. Si no suena a arrogancia, yo dir¨ªa que lo que hice fue apostar por la modernidad de Sevilla, y de Andaluc¨ªa. El t¨®pico no puede ser usado como chantaje para hacer sospechosa cualquier modernidad. No s¨¦ si por hacer de altavoz de una actitud que quer¨ªa subrayar la energ¨ªa y el entusiasmo de una Sevilla que mirara al futuro me han colmado de tantos honores. ?Si he sido hasta Rey Mago!
P. ?Y cu¨¢l es el porvenir?
R. El progreso ha de ser la gran aventura de Sevilla, y de Andaluc¨ªa. ?sta es la imagen de Sevilla que yo adoro: desde el puente de Triana, la ciudad antigua, y al otro lado, la Expo. Me gusta esa met¨¢fora.
P. La Expo, que tantos palos se llev¨®...
R. ...antes de ser inaugurada. En el ¨²ltimo minuto los andaluces supieron de qu¨¦ iba... El gent¨ªo que la visit¨® fue la respuesta a la mezquindad con la que fueron tratados la Expo y su principal responsable, Jacinto Pell¨®n; esa respuesta popular fue la mejor respuesta al esfuerzo de Pell¨®n.
P. ?C¨®mo se siente ahora, tan sevillano?
R. Cuando estuvo aqu¨ª el poeta Gerardo Diego dijo que en Sevilla hab¨ªa encontrado "mi otro yo, mi yo de enfrente". As¨ª me he sentido siempre en Sevilla, como "mi yo de enfrente"... Le tengo tanto cari?o a Sevilla que yo creo que se me nota. Aqu¨ª emparent¨¦, soy marido de una sevillana, Lola Carretero, y aqu¨ª me dicen en los bares: "?Lo de siempre, I?aki?" Soy de aqu¨ª. Ahora m¨¢s, claro. ?Ah, y que tambi¨¦n soy hijo adoptivo de Triana!
P. Casi n¨¢.
R. Efectivamente.
Lo que le pasa a la gente
Eugenio Scalfari, el fundador del diario italiano La Repubblica, suele decir que "periodista es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente". Es el ideal del periodista, y no es frecuente encontrarlo. Lo representa en Espa?a I?aki Gabilondo. Dej¨® el lugar seguro en la c¨²spide de la radio, al frente de Hoy por hoy, en la Cadena SER, y se sum¨® con el entusiasmo de un muchacho a la nueva cadena de Sogecable, Cuatro, y desde su informativo nocturno ha demostrado que tambi¨¦n se puede hacer informaci¨®n televisiva para decirle a la gente lo que le pasa a la gente. En Sevilla hizo un ensayo general con todo, se sum¨® a las aspiraciones andaluzas, y de ah¨ª fue catapultado para seguir siendo uno de los comunicadores m¨¢s comprometidos con la realidad humana.
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