Leyendas con sangre
Las sospechas y realidades de manipulaciones sangu¨ªneas se han repetido en grandes atletas y ciclistas, como Viren, Vainio y Moser
El crimen deportivo, como el real, tambi¨¦n queda muchas veces impune. Y la limpieza en el deporte se ha ido acomodando a los tiempos siempre con retraso, dependiendo de que la trampa fuera ya descarada y que los medios fraudulentos pudieran ser detectados. El dopaje, que ha ido siempre por delante del antidopaje, es el mejor ejemplo. En Alemania acaban de decidir oficialmente que no pueden anular los r¨¦cords conseguidos en la antigua RDA porque no existe soporte jur¨ªdico para ello. Aunque se ha confirmado que el r¨¦gimen de la desaparecida Alemania Oriental drogaba sistem¨¢ticamente a sus deportistas, s¨®lo alguno que ha querido ser borrado de la lista de r¨¦cords desaparecer¨¢. Pero, como no se les descubrieron en los controles de la ¨¦poca, seguir¨¢n con sus plusmarcas y sus cientos de medallas. Sus nombres seguir¨¢n grabados en el estadio Ol¨ªmpico de Berl¨ªn como un monumento a la hipocres¨ªa.
Si esto es una realidad, y se mantiene, aunque haya sido tramposa, los precedentes de la manipulac¨®n sangu¨ªnea se pierden entre la nebulosa y la realidad. En ciclismo, el legendario Fausto Coppi muri¨® oficialmente de una malaria mal curada que contrajo en Alto Volta (actual Burkina Faso), adonde hab¨ªa ido a unas carreras de exhibici¨®n y a cazar. Fue en 1959 y ten¨ªa s¨®lo 40 a?os. Pero siempre ha quedado la sospecha de que su sangre se infect¨® por alguna manipulaci¨®n para reoxigenarla. Del franc¨¦s Jacques Anquetil, primer ganador de cinco Tours de Francia, se dijo que tambi¨¦n usaba el m¨¦todo. Y de su compatriota Bernard Thevenet, ganador en 1975 y 1977, pero que abandon¨® en los de 1974 (etapa 11?), 1976 (etapa 19?) y 1978 (etapa 11?), se comentaba que era un ciclista campe¨®n un a?o s¨ª y otro no, seg¨²n la limpieza sangu¨ªnea le resultara.
En el atletismo ha habido un precedente con las manipulaciones sangu¨ªneas que tambi¨¦n tir¨® por los suelos una leyenda. Sin remontarse a los primeros h¨¦roes de los a?os 20 y 30, con Paavo Nurmi en la cumbre, quiz¨¢ su sucesor moderno m¨¢s excelso, Lasse Viren, admiti¨® haber usado las manipulaciones sangu¨ªneas para estar en el libro de oro del olimpismo. Doble medallista de oro en los Juegos de M¨²nich 72 y Montreal 76 en 5.000 y 10.000 metros, s¨®lo declar¨® buc¨®licamente en sus momentos gloriosos la clave de su preparaci¨®n: "La tranquilidad de la naturaleza es un factor que refuerza las capacidades mentales; cuando corres en el bosque es necesario cambiar de ritmo para evitar pisar las ra¨ªces y los matojos, lo que te exige una vigilancia permanente, como sucede en la competici¨®n". Viren, realmente, lo que hac¨ªa en la carrera no era especialmente evitar rivales, sino m¨¢s bien marcar unos ritmos infernales y cambiarlos gracias a su sangre mejor oxigenada.
Finlandia, pa¨ªs mod¨¦lico en tantos campos, sigui¨® traspasando l¨ªmites con atletas como Martti Vainio, que denunci¨® en una autobiograf¨ªa c¨®mo los dirigentes dec¨ªan a los atletas antes de los I Campeonatos Mundiales de Helsinki, en 1983, que "ten¨ªan que quedar entre los mejores y que para ello tomaran lo que necesitaran". Vainio no fue pillado entonces, pero s¨ª perdi¨® la medalla de plata de los 10.000 metros de los Juegos de Los ?ngeles 84. Se hab¨ªa reinyectado sangre que conten¨ªa esteroides.
Precisamente a partir de 1984 se prohibieron las manipulaciones sangu¨ªneas. La lucha contra el dopaje pasaba de ser exclusivamente contra los estimulantes y anabolizantes al campo que ya se sospechaba con "m¨¢s futuro". Pero siempre con retraso. Los ciclistas estadounidenses admitieron haber recurrido a las transfusiones para la cita ol¨ªmpica de Los ?ngeles.
Al italiano Francesco Moser, campe¨®n del mundo en fondo en carretera en 1977, y dos veces medallista de plata, un contrarrelojista que lleg¨® a ganar el Giro aunque las cuestas se le atragantaban, le vino bien la fecha, porque ese a?o, 1984, toc¨® el cielo de Ciudad de M¨¦xico al batir dos veces el legendario r¨¦cord de la hora de Eddy Merckx. Despu¨¦s de 12 a?os. Y fue gracias a una aut¨¦ntica revoluci¨®n cient¨ªfica del profesor Conconi. Oficialmente, con la alimentaci¨®n, el entrenamiento y la aerodin¨¢mica (desde la bicicleta hasta el casco). No se habl¨® demasiado de los flujos sangu¨ªneos, pero fueron fundamentales, reforzados con la propia altitud de la capital mexicana.
Los finlandeses, inasequibles al desaliento sangu¨ªneo, cayeron en otro gran esc¨¢ndalo de dopaje en su gran deporte, el esqu¨ª de fondo, en el a?o 2000. Precedieron al del hispanoalem¨¢n Johann Muehlegg, cazado en los Juegos de Salt Lake City 2002, pero que seguramente debut¨® antes en el dopaje. A los finlandeses les han seguido los austriacos con su gur¨² Mayer, suspendido en 2002 y reaparecido rocambolescamente en Tur¨ªn 2006.
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