Esperanza de poder
Aguirre prepara su reelecci¨®n, un nuevo trampol¨ªn en su escalada en el PP
Esperanza Aguirre jam¨¢s consulta su futuro pol¨ªtico a las brujas de Macbeth. Es demasiado supersticiosa. Est¨¢ convencida de que si se propusiera ser la candidata del Partido Popular a la presidencia del Gobierno, quedar¨ªa gafada. Por tanto, a esperar. "Que las cosas me vayan como hasta ahora, que bastante bien me han ido". Distinto es que no le haya pasado por la cabeza. Ella se decanta por la iron¨ªa: "Va a resultar que de ser la tonta del PP, he pasado a ser la mala mal¨ªsima que le mueve la silla a Rajoy". Se escuda en que a lo largo de 23 a?os nunca se ha postulado para un cargo. Todos le han ca¨ªdo del cielo. Ella se limita a cumplir ¨®rdenes. A trabajar duro. "Me lo he currado a muerte". Y a profesar el aznarismo: "En el mundo, no me ha impresionado nadie; el Papa, Isabel II, el Dalai Lama... Lo siento, s¨®lo me impresiona Aznar. Y cuando ¨¦l me ha mandado algo, en sus llamadas de minuto y medio, no he osado discutirle".
Ella se decanta por la iron¨ªa: "Va a resultar que de ser la tonta del PP he pasado a ser la mala mal¨ªsima que le mueve la silla a Rajoy"
"En el mundo no me ha impresionado nadie; el Papa, Isabel II, el Dalai Lama... Lo siento, s¨®lo me impresiona Aznar"
Es la inspiradora de la operaci¨®n pol¨ªtico-medi¨¢tica del 'caso Bono' y de los desplantes al alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallard¨®n
Su visi¨®n del mundo se basa en tres premisas: pensamiento positivo, no llorar sobre la leche derramada y pico y pala
"Alberto y Esperanza son animales pol¨ªticos. No piensan en otra cosa. Son las dos balas que le quedan a la derecha", afirma un directivo regional del PP
Seg¨²n las ¨²ltimas encuestas, Aguirre es percibida por los votantes a la derecha de su propio partido. Bastante m¨¢s a la derecha que Ruiz-Gallard¨®n
"Lleva 15 a?os durmiendo cuatro horas. No se cansa, no se pone mala. Es una bestia", dice su hermana Piedad
?Se asemeja a Aznar? Contesta con su habitual gravedad Javier Fern¨¢ndez-Lasquetty, producto de la factor¨ªa aguirrista/aznarista y hoy secretario general de FAES, el laboratorio del ex presidente. "Aznar y Esperanza est¨¢n convencidos de la enorme importancia del partido. Y su pol¨ªtica no est¨¢ guiada por el oportunismo ni por el deseo de agradar, sino por la voluntad de desarrollar sus ideas liberales. Est¨¢n lejos de ese veletismo, tan en boga; se mueven por convicciones".
La visi¨®n del mundo de Esperanza Aguirre se basa, seg¨²n sus propias palabras, en tres premisas: "Pensamiento positivo", "no llorar sobre la leche derramada" y "pico y pala". Gracias a ese optimismo y una aut¨¦ntica obsesi¨®n por hacer oposici¨®n por su cuenta al Gobierno central se ha convertido en la gran esperanza de la militancia del Partido Popular. "Usted es el blanco a batir por el zapaterismo andante", sentenciaba su viejo amigo Federico Jim¨¦nez Losantos en la COPE. Y ella se tronchaba.
Control absoluto
Sin embargo, su ambici¨®n pol¨ªtica va mucho m¨¢s all¨¢ de esa imagen dicharachera. De su descarada incontinencia verbal. Incluso de los piropos de don Federico. No conviene subestimar a Aguirre. Y menos a un a?o de las elecciones a la presidencia de la Comunidad. Que pueden suponer su trampol¨ªn a la pol¨ªtica nacional. Aguirre es una pol¨ªtica correosa, peleona, dogm¨¢tica; con un control absoluto sobre el Gobierno regional, el PP y la televisi¨®n p¨²blica de Madrid. Sobre las listas de candidatos de su partido a las municipales, auton¨®micas y un porcentaje de las generales. Que ha situado a sus peones m¨¢s fieles en los lugares clave del Ejecutivo, el Grupo Parlamentario y cualquier instancia p¨²blica que sirva para engrasar su futuro pol¨ªtico. Que ha creado un poderoso clientelismo en torno a su persona rescatando a los n¨¢ufragos del 14-M. Muchos le deben mucho. Pocos se atreven a criticarla con nombre y apellidos. Ella es la inspiradora de la operaci¨®n pol¨ªtico-medi¨¢tica del caso Bono y de los desplantes al alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallard¨®n. En la Comunidad de Madrid no hay ni un solo resquicio que no cubran la presidenta y sus leales.
Y ese c¨ªrculo ¨ªntimo tiene la convicci¨®n de que Esperanza Aguirre est¨¢ bendecida por la baraka. Siempre cae de pie. Ella es consciente. Y se aprovecha hasta la imprudencia. Carece de dudas filos¨®ficas. Es una liberal dogm¨¢tica. Y esto lo afirma otro liberal dogm¨¢tico, un viejo dirigente del partido en dique seco: "Dentro del PP, donde hay pol¨ªticos m¨¢s pr¨¢cticos, m¨¢s adaptables a la coyuntura, ella pertenece al bando de los ideologizados. Tiene unos valores presentes en toda su actuaci¨®n y una concepci¨®n muy firme de lo que debe ser la sociedad, y eso alimenta toda su actividad pol¨ªtica".
Afirman que tiene suerte. Y dan ejemplos: un helic¨®ptero que se desploma y del que sale proclamando una sentencia propia de una pel¨ªcula de Berlanga: "Nos pod¨ªamos haber matado" (esa instant¨¢nea preside hoy su despacho de la Puerta del Sol); la repetici¨®n de unas elecciones, forzada por la oscura traici¨®n de dos tr¨¢nsfugas del PSOE, que termina ganando despu¨¦s de haber perdido; la inopinada derrota de su partido en las elecciones generales del 14-M, que la coloca en el puesto de mayor importancia institucional de la derecha espa?ola, o el pulso por el control del PP en Madrid, el m¨¢s influyente de Espa?a, en el que humilla al carism¨¢tico Ruiz-Gallard¨®n. De postre, una encuesta publicada el pasado 2 de mayo por EL PA?S conclu¨ªa que, de celebrarse ahora las elecciones a la Comunidad de Madrid, la lista de Aguirre repetir¨ªa la mayor¨ªa absoluta.
Con ese background, Aguirre tiene una infinita confianza en sus posibilidades. "Con lo de la presidencia del PP de Madrid, me dec¨ªan: 'vas a cargarte el partido, vas a crear un cisma con Alberto, te va a machacar'. Y ha sido la mayor victoria de mi vida pol¨ªtica. Estoy en el mejor momento de mi carrera".
En el asalto al PP de Madrid, en octubre de 2004, Aguirre fue a por todas. Junto a Nacho Gonz¨¢lez, amigo del alma, vicepresidente y portavoz de su Gobierno, su Paco Cascos particular, elabor¨® un gui¨®n muy preciso para hacerse con la presidencia regional del partido. Aguirre necesitaba poder territorial. Desde el mismo momento de su llegada a la Comunidad como candidata, en oto?o de 2002, comenz¨® a trabajarse a las familias del PP.
Cuentan que Aznar nunca cruz¨® el umbral de la sede regional del partido en Madrid. Lo confirma una militante liberal: "Aznar me dijo un d¨ªa: 'Ni se te ocurra entrar ah¨ª, es un avispero". No exageraba. El PP de Madrid se apoy¨® durante 12 a?os en un precario equilibrio de familias (ratistas, gallardonistas, manzanistas, vieja guardia), bajo la distante direcci¨®n de P¨ªo Garc¨ªa-Escudero, que ten¨ªa como m¨¦rito "ser amigo de Aznar". "P¨ªo nunca se preocup¨® por el partido", explica una militante del PP madrile?o. "El que mandaba era Rodrigo (Rato); Madrid era su territorio. Nadie lo discut¨ªa. Desde 1989, era el candidato de Madrid y todos los puestos de responsabilidad eran para su gente. Empezando por el de secretario general".
Desde el primer minuto en el poder, la consigna entre los aguirristas fue hacerse con el aparato de Madrid. Contar con una base de operaciones para la patrona. Hacer del PP de Madrid una sucursal del Gobierno regional. O viceversa. As¨ª lo relata un miembro de maitines, el c¨ªrculo de confianza de Rajoy que se re¨²ne los lunes (Aguirre no est¨¢ invitada): "Un d¨ªa, Esperanza plantea en G¨¦nova que quiere ser presidenta del PP de Madrid y aqu¨ª la idea no cae bien. Nos daba pereza. Ten¨ªamos encima la pelea entre Camps y Zaplana por el PP de Valencia. Con P¨ªo hab¨ªa paz. Y P¨ªo es muy amigo de Mariano. Pero Esperanza apret¨®; sabe que es muy popular en el partido. Forz¨® la situaci¨®n. En abril de 2004, Camps descabalg¨® a Zaplana de la presidencia del PP en Valencia. Y ella (alineada con Camps) vio que era su momento. P¨ªo se quit¨® de en medio (cabreado). Y se atrincher¨® en el Senado. Alberto comenz¨® a ponerse nervioso. Y en vez de dar la batalla, coloc¨® de candidato a su segundo, Manolo Cobo, vicealcalde de Madrid. Y se equivoc¨®".
Gallard¨®n y Aguirre se conocen desde 1983. Eran los concejales m¨¢s biso?os de la derecha en el Ayuntamiento de Madrid. Sus relaciones siempre fueron civilizadas. En el c¨ªrculo de Aguirre las elevan a "materno-filiales". En p¨²blico se prodigan achuchones. En privado no se pueden ni ver. "Alberto subestim¨® a Esperanza. Y se equivoc¨®", explica un miembro de la direcci¨®n regional del PP. Para otra fuente, "los dos convivieron sin interferirse durante 20 a?os, hasta que aspiraron a suceder al sucesor. Hasta que contemplaron la dif¨ªcil situaci¨®n de Rajoy. Y ah¨ª llega el choque. Son animales pol¨ªticos. No piensan en otra cosa. Son las dos balas que le quedan a la derecha. La diferencia es que Esperanza es querida en el partido, y Alberto es admirado, pero no querido".
Aguirre dud¨® antes de lanzarse al cuello de Gallard¨®n. Sus aprensiones quedaron disipadas tras una reuni¨®n de Rajoy con los l¨ªderes regionales del PP, en julio de 2004. Ella lo relata: "Por Madrid fuimos P¨ªo, que era presidente del PP regional, y yo, de la Comunidad. Fue muy desagradable. Lo pas¨¦ fatal. En todas las comunidades coincid¨ªa el presidente auton¨®mico con el del partido. Pero por Madrid no se sab¨ªa qui¨¦n llevaba la voz cantante. Qui¨¦n mandaba, P¨ªo o yo. Fue humillante. Eso me decidi¨® a optar a la presidencia".
D¨ªas m¨¢s tarde, Aguirre anunciaba a Rajoy su intenci¨®n de presentar su candidatura a la presidencia del partido en Madrid. En clave galaica, Rajoy le pregunt¨® por dos veces a Esperanza: "?Est¨¢s completamente segura de que le vas a ganar?" "Le contest¨¦ que s¨ª, que ten¨ªa el 80% de los votos. Y Mariano se call¨®". No erraba la presidenta. Su gente hab¨ªa hecho bien los n¨²meros. El 14 de octubre de 2004, en una noche de los cuchillos largos, la mayor¨ªa de la junta directiva regional de Madrid optaba por Aguirre como candidata a la presidencia del partido frente a Manolo Cobo, "el hombre de Alberto". Previamente, Ruiz-Gallard¨®n hab¨ªa sido linchado por los aguirristas y otros cuadros del partido que aspiraban a unirse a las filas de la triunfadora: los escasos hombres de ?lvarez del Manzano, los restos de la vieja guardia, un buen n¨²mero de gallardonistas conversos y la amplia familia ratista, hu¨¦rfana desde la marcha de Rato a Washington como director del FMI. "Rodrigo me dijo que cuidara a su gente y he cumplido: todos est¨¢n bien colocados".
En a?o y medio, Aguirre ha alcanzado m¨¢s poder en Madrid de lo que nunca antes tuvo un dirigente del PP. Se ha movido. Mucho. Como se movi¨® para ser concejala de Medio Ambiente en 1989, cuando nadie sab¨ªa de qu¨¦ iba esa cartera: "Vi que aquello ten¨ªa auge, le saqu¨¦ jugo y fue vital en mi carrera". Para ser la n¨²mero 2 al Ayuntamiento de Madrid en las elecciones de 1995, ayudada por Miguel ?ngel Cort¨¦s, ojos y o¨ªdos de Aznar en esa ¨¦poca. Como se movi¨® en FAES, el laboratorio que proporcion¨® doctrina y cantera a Aznar hasta 1996. Y consigui¨® ser la primera mujer patrona. Entrar en el entorno del l¨ªder. Y comenzar la escalada. Como se movi¨® para ser ministra en 1996. O como se movi¨® para ser alcaldesa en 2003. Termin¨® como candidata a la Comunidad. Supon¨ªa su regreso a la primera l¨ªnea de la pol¨ªtica. Y la posibilidad de dirigir una Comunidad que representa el 17,5% del PIB nacional. Hoy, se mueve para arrasar en las elecciones auton¨®micas de 2007. Y despu¨¦s, que los astros decidan.
Mientras, no pierde el tiempo. Est¨¢ en todo. Lo ve todo. La pol¨ªtica es su pasi¨®n. Cuando observa a este periodista hablando con uno de sus adversarios de la cuadra de Gallard¨®n durante un acto p¨²blico, se acerca como un rayo: "?Qu¨¦, hablando de pol¨ªtica?". Y no pierde la sonrisa.
El palo y la zanahoria
Se exige y exige. Examina y abronca tanto a los consejeros de su Gobierno como a los dirigentes del partido en Madrid. Para ella es lo mismo. Es impertinente. Dura. Maneja con arte el palo y la zanahoria. No tiene paciencia. Vive para la acci¨®n pol¨ªtica. Las 24 horas. "Vocacional, como un m¨¦dico al que acudes de madrugada", define su hermana, Piedad Aguirre. "No hay nada que le guste m¨¢s que la pol¨ªtica; est¨¢ volcada; es su vida", remacha un diputado liberal.
-?Con la idea de llegar a lo m¨¢s alto?
-Tiene un plan en la cabeza; un dise?o de actuaci¨®n pol¨ªtica muy preciso. Aspira a todo. Pero con una ambici¨®n controlada, a diferencia de Alberto, que se tira a la piscina antes del pistoletazo. Una dedicaci¨®n exclusiva que no es nueva en su biograf¨ªa. Muchos saben que Esperanza Aguirre es una gran aficionada al golf, con handicap profesional; pocos saben que empez¨® a jugar pasados los 20 a?os, con escaso ¨¦xito, y para conquistar al que luego ser¨ªa su marido, Fernando Ram¨ªrez de Haro. La met¨¢fora de su vida. La hija perfecta. La mayor de ocho. Tenaz y responsable. Clases de ingl¨¦s, franc¨¦s y flamenco. Nueve matr¨ªculas de honor en Derecho (los pelotas las elevan a 15). Todo planificado: una oposici¨®n en tiempo r¨¦cord, con 24 a?os. Madre a continuaci¨®n. Tocaba. Concejala del Ayuntamiento de Madrid a los 31. Cuando lleg¨® a Educaci¨®n, se estudiaba las leyes de madrugada.
Una carrera a base de codos.
Sin olvidar su adicci¨®n a los medios de comunicaci¨®n. "Siempre estar¨¦ agradecida a Caiga quien caiga, que me hizo tan popular".
-Pero la transform¨® en un personaje insufrible...
-Me lo dijo Paco Cascos: "Te has convertido en caza mayor". Lo que peor me sentaba es que me pusieran de tonta, pija y cursi, cuando siempre me he considerado list¨ªsima, antipija y elegante. S¨ª, siempre he sido list¨ªsima.
Terca negociadora. Especialista en tensar las situaciones con sus adversarios. Hasta que la otra parte afloja. O la cuerda se rompe. Una estrategia que le ha proporcionado beneficios. Y bofetadas. Como su paso por el Ministerio de Educaci¨®n (1996-1999), con su Decreto de Humanidades: un intento de ideologizar la ense?anza de la Historia de Espa?a que a punto estuvo de llevarse por delante los acuerdos de legislatura del PP con sus socios nacionalistas. Un diputado que trabaj¨® con Aznar y exige anonimato, recuerda su paso por el ministerio: "Quiz¨¢ su cartera no ten¨ªa que haber sido Educaci¨®n. Ella era radicalmente contraria a la LOGSE (Ley Org¨¢nica General del Sistema Educativo) del PSOE. Y est¨¢bamos en minor¨ªa. Poner a Esperanza en ese ministerio fue un desaf¨ªo a la izquierda". "Mont¨¦ un buen pollo con los nacionalistas", afirma la aludida.
Aquel 16 de diciembre de 1997, Aguirre sufri¨® en el Parlamento (y en directo) la mayor derrota pol¨ªtica de su carrera. Intentaba dinamitar los planes de estudio dise?ados en 1990 por los socialistas. Un calco de lo que 10 a?os antes hab¨ªa hecho en el Reino Unido su admirada lady Thatcher. Esperanza Aguirre abandon¨® el hemiciclo con los ojos inundados (ella, que odia llorar en p¨²blico). Hab¨ªa quedado tocada. Aznar la guardar¨ªa en una jaula dorada: la Presidencia del Senado. All¨ª pasar¨ªa cuatro a?os. Esperando su momento.
Informaci¨®n y encuestas
A las siete de la ma?ana, ya est¨¢ conectada a la SER. (Despu¨¦s comienza una hora de ejercicio f¨ªsico con su entrenador personal). No puede vivir sin informaci¨®n y cotilleos. Es consciente del poder de la informaci¨®n. Y de las encuestas. Desde que gan¨® las elecciones a la Comunidad Aut¨®noma ha sido entrevistada 12 veces por Telemadrid: su televisi¨®n. Sus colaboradores pueden recibir uno de sus intempestivos telefonazos a las dos de la madrugada a costa de un editorial que acaba de leer en la primera edici¨®n de un diario. "Lleva 15 a?os durmiendo cuatro horas", afirma su hermana Piedad. "No hace las cosas que hace la gente normal. No tiene tiempo. No se cansa, no se pone mala. Es una bestia".
El pasado 1 de diciembre, el d¨ªa que se estrell¨® en M¨®stoles el helic¨®ptero que transportaba a Mariano Rajoy y Esperanza Aguirre, la presidenta no lleg¨® a su casa hasta las diez de la noche. Agotada, con la misma ropa desde la ma?ana y un tac¨®n roto en la mano. Ten¨ªa el frigor¨ªfico vac¨ªo. Su madre y hermanas compraron pinchos y tortillas. M¨¢s relajada, al calor del tinto, Aguirre confes¨® no haber pasado miedo durante el accidente: "De lo que estoy orgullosa es de haberme escapado del hospital. Mira a Rajoy, le han dejado all¨ª metido".
Aguirre se mueve. Sin perder nunca la imagen de disciplinada, tenaz y un poco fr¨ªvola. Aquella chica de buena familia, casada con un grande de Espa?a (con m¨¢s blasones que cash), que lleg¨® a Alianza Popular desde la diminuta Uni¨®n Liberal: "Cab¨ªamos en un taxi y encima lo pagaba Fraga". No ten¨ªa el pedigr¨ª de Isabel Tocino o Loyola de Palacio. Era una desconocida. "Nadie le ha regalado nada. Ha salido adelante dentro de una estructura tan machista como era el PP. Ha luchado con hombres en un mundo de hombres. Y hoy, ser mujer se ha convertido en uno de sus activos, unido a su cercan¨ªa con la gente. Dos factores magn¨ªficos para un candidato", explica Juan Carlos Vera, secretario de organizaci¨®n del PP y cocinero de todas las campa?as del PP desde 1990.
Para un gur¨² electoral cercano al PP, "Esperanza est¨¢ en el lugar adecuado en el momento adecuado. Se ha convertido en l¨ªder nacional. Madrid es as¨ª: est¨¢n la prensa, las televisiones, el Gobierno central. Ella tiene una presencia informativa continua, incluso excesiva: si bautizan a la futura Reina, o viene la presidenta de Chile, ella est¨¢ en primera fila". Y eso suma.
"La pol¨ªtica es un largo camino y Esperanza tiene la capacidad de hacerse amigos y no enemigos", afirma Pilar del Castillo, ex ministra de Educaci¨®n. "No conozco a nadie que se considere enemigo de Esperanza en el partido, y eso es un milagro", coincide otro eurodiputado. Un tercero, Juan Soler, diputado auton¨®mico y hombre de su confianza, es de la misma opini¨®n: "Quiz¨¢ sea una estrategia meditada, pero no es fingida. Le sale as¨ª. Se lleva bien con la gente. Y esto es como elegir Papa: no gana el que tiene m¨¢s amigos, sino el que tiene menos enemigos".
Para un miembro del c¨ªrculo directo de Rajoy, "Esperanza es la persona m¨¢s querida del partido. Y eso la coloca en un lugar de privilegio. Siendo mujer y con mando en Madrid, est¨¢ en el sitio perfecto para una situaci¨®n de crisis. Podr¨ªa forzar unas primarias y las ganar¨ªa de calle. Es ideal para una crisis, porque un centrista no vale en tiempos de crisis".
-?No es centrista?
-No. Es de derechas; de una derecha no convencional. No es el prototipo de la derecha m¨¢s cl¨¢sica, como Rajoy; Esperanza no necesita la pol¨ªtica para comer y tiene sus salidas de tono, como su apoyo a las uniones gays... pero es de derechas. Y est¨¢ orgullosa de serlo.
El orgullo de la derecha. La ¨²nica que proporciona alegr¨ªas a los militantes desmoralizados tras la derrota del 14-M. La defensora del ¨²ltimo baluarte. Nunca pierde la oportunidad de machacar al adversario. Interior o exterior. Ya sea Gallard¨®n o Zapatero. Ah¨ª est¨¢ su ofensiva pol¨ªtica y medi¨¢tica en el caso Bono, que ha dirigido (bajo sus ¨®rdenes directas), en lo judicial y propagand¨ªstico, el consejero de Presidencia y secretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, con la ayuda inestimable de Telemadrid. Y en el Congreso, Javier Fern¨¢ndez-Lasque-tty, su antiguo jefe de gabinete.
Ella opina de todo. De todo lo que le pueda suponer un r¨¦dito pol¨ªtico. De la OPA sobre Endesa; del Plan Hidrol¨®gico; de diplomacia; de pol¨ªtica de Defensa; del Estatut; del alto el fuego de ETA; es anticastrista en Miami, se inventa su particular ley antitabaco y dise?a sus carreteras. En las manifestaciones contra el Gobierno socialista siempre est¨¢ presente su helic¨®ptero de Telemadrid en directo.
Su machac¨®n mensaje es que Zapatero maltrata a los madrile?os. Una consigna que su entorno de mariachis remacha sin piedad. Por ejemplo, Fern¨¢ndez-Lasquetty: "Madrid es el blanco de la agresi¨®n pol¨ªtica y el menosprecio del Gobierno de la naci¨®n".
Confrontaci¨®n permanente
Rafael Simancas, el incansable l¨ªder de la oposici¨®n socialista, el hombre que fue apartado de la Presidencia de la Comunidad por una turbia operaci¨®n "que alg¨²n d¨ªa se destapar¨¢", define la labor de gobierno de Aguirre como "victimista, populista y clientelista. Aguirre ha apostado por la confrontaci¨®n institucional con el Gobierno de la naci¨®n. Y eso le debe venir bien en su carrera pol¨ªtica dentro del PP. Pero es un desastre para los intereses de los madrile?os. En estos momentos, la Comunidad se distingue en Espa?a por la confrontaci¨®n permanente con el poder central; lo dicen todos los ministros. En su Gobierno prima el sectarismo y la manipulaci¨®n informativa. Est¨¢ jugando a obtener el aplauso de la COPE, no a defender los intereses de los ciudadanos".
Y en esa busca del preciado capelo, Aguirre convierte en posible lo imposible. Simultanear la amistad de Alejo Vidal-Quadras y la de Josep Piqu¨¦, enfrentados por el control del PP de Catalu?a. Otorgar su atenci¨®n a todas las mal avenidas familias neoliberales: los opusde¨ªstas de Antonio Font¨¢n; los nihilistas atrincherados en la cadena de la Iglesia, con su ¨ªntimo Alberto Recarte al frente, o los antiguos gabineteros de Aznar, aletargados entre G¨¦nova y la FAES. Aguirre es capaz, incluso, de disfrutar de la intimidad de Paco Cascos, "un verdadero amigo y un aliado", y de Ana Botella, la reina madre del PP, que nunca trag¨® a Cascos. Mundos distantes que ella concilia.
Tanto, que ha transformado la Comunidad Aut¨®noma de Madrid en refugio de altos cargos del PP en paro. Ratistas, acebistas, gabineteros y becerriles han encontrado cobijo, no s¨®lo en los primeros, segundos y terceros escalones de su Gobierno; tambi¨¦n en Telemadrid; el Tribunal de Defensa de la Competencia; la C¨¢mara de Cuentas; el Consejo Econ¨®mico y Social; el Instituto de Estad¨ªstica; el Defensor del Paciente; Caja Madrid (accionista de referencia de Endesa), y empresas p¨²blicas como Metro, Canal de Isabel II o el Consorcio Tur¨ªstico de Madrid. Es ilustrativo el contraste entre los destartalados despachos de la sede nacional del PP y la pompa y ceremonia de los mandatarios de la Administraci¨®n regional. Y la visi¨®n del escaso equipo de confianza que rodea a Mariano Rajoy, frente a los complejos c¨ªrculos de asesoramiento que rodean a Aguirre, lo que un miembro de la Ejecutiva Nacional del PP denomina "los guerrilleros de Esperanza".
Todo para ganar las elecciones de 2007. Si triunfa, Esperanza Aguirre podr¨ªa aspirar a La Moncloa. Si pierde, se va a casa.
Y ganar en Madrid no es f¨¢cil. Ni para el PP ni para el PSOE, que, adem¨¢s, necesita los votos de Izquierda Unida. Las ¨²ltimas elecciones de 2004 se dilucidaron por un punto de diferencia entre la derecha y la izquierda. Madrid tiene dos escenarios sociales muy diferentes: la ciudad, escorada a la derecha, y la provincia, con sus dos cinturones rojos (el Sur y el Corredor del Henares) donde gana la izquierda. En los feudos del PP, la renta por habitantes es tres veces superior a la de las zonas m¨¢s desfavorecidas. Para un miembro del PSOE madrile?o: "Cuando Gallard¨®n era candidato a la Comunidad, fue list¨ªsimo. Sab¨ªa que para ganar aqu¨ª hay que pescar en caladeros ajenos. Raspar votos en el centro izquierda. Y Gallard¨®n jug¨® a la confusi¨®n. Y consigui¨® dos mayor¨ªas absolutas. Esperanza tiene el voto de la derecha, pero provoca el rechazo en la izquierda. Yo hablar¨ªa de empate t¨¦cnico".
Seg¨²n las ¨²ltimas encuestas, Aguirre es percibida por los votantes a la derecha de su propio partido. Bastante m¨¢s a la derecha que Ruiz-Gallard¨®n. Y muy lejos del anhelado centro geom¨¦trico donde se ganan las elecciones. Una encuesta del CIS del pasado mes de abril conclu¨ªa que el 63% de los madrile?os desconf¨ªa de su gesti¨®n, frente al 48% que desconf¨ªa de Gallard¨®n. Aguirre acapara el voto del est¨®mago; est¨¢ por ver si consigue el voto de la gesti¨®n.
Su equipo conf¨ªa que este ¨²ltimo a?o de Gobierno -en el que "nos vamos a hartar de cortar cintas" de hospitales, centros de salud y estaciones de Metro, y en el que se va a volcar en atenciones a los inmigrantes- a?ada tinte social a su imagen. Y para engrasarlo, seg¨²n Rafael Simancas, "el Gobierno del PP dedicar¨¢ 131 millones a publicidad; e imagine de qu¨¦ van a hacer propaganda. Est¨¢ intentando corregir a marchas forzadas su imagen neoliberal, pero es demasiado tarde. No cuela".
Seg¨²n fuentes del PP, en esa estrategia para centrar su oferta, Aguirre se habr¨ªa distanciado del t¨¢ndem Zaplana-Acebes, que en sectores del Partido Popular consideran quemados, y aproximado al modelo que representan Francisco Camps (Valencia), Josep Piqu¨¦ (Catalu?a) o Alberto N¨²?ez Feijoo (Galicia). A este ¨²ltimo ya le ofreci¨® entrar en su Ejecutivo en 2003. "Pero Rajoy no le dej¨® porque contaba con ¨¦l para la presidencia del PP gallego", confirma Aguirre.
La legislatura de Aguirre ha sido at¨ªpica desde sus comienzos. Rafael Simancas le otorga un suspenso en educaci¨®n, sanidad, pol¨ªtica de vivienda y urbanismo y precariedad en el empleo. Ignacio Gonz¨¢lez, vicepresidente, dibuja el Madrid aguirrista como el mejor escenario sanitario, econ¨®mico y social de nuestro pa¨ªs. Que absorbe un tercio de la inversi¨®n extranjera. Y tiene un PIB medio punto por encima de la media nacional.
En esa l¨ªnea, el entorno de Aguirre da por sentada la victoria. Es la consigna. "Pico y pala". M¨¢s all¨¢, todo es posible. La maquinaria est¨¢ siendo puesta a punto desde el mismo octubre de 2003. Los 80.000 afiliados del partido han sido convocados a rebato. "Estamos siempre en campa?a", sentencia la candidata. Y no miente. Porque se la juega. Su futuro pol¨ªtico depende de las elecciones en Madrid. Y s¨®lo falta un a?o.
El control de las listas: la sart¨¦n por el mango
"ALGUNOS COMPA?EROS del partido nos vienen ahora con que fuimos muy listos en venirnos con Esperanza. De lo que ya no se acuerdan es que el PP pensaba ganar las generales del 14-M y para muchos fue un sacrificio venirse a la Comunidad y renunciar a un hipot¨¦tico puesto en la Administraci¨®n central", explica Ignacio Nacho Gonz¨¢lez, vicepresidente. Es el poderoso presidente del comit¨¦ electoral del PP de Madrid. En septiembre ya puso en marcha un discreto comit¨¦ electoral. Su principal objetivo, trabajarse los municipios del cintur¨®n rojo de la capital.
"S¨®lo Nacho y Esperanza saben qui¨¦n va a ir en las listas y en qu¨¦ puesto, lo dem¨¢s son especulaciones", repiten en el entorno de Aguirre. "Ni siquiera Paco Granados (secretario general del PP madrile?o) est¨¢ en el ajo. Lo que s¨ª est¨¢ claro es que ahora va a haber bofetadas para entrar en la candidatura. Aunque ya no nos queda demasiada gente por colocar".
Lo cual es cierto. En sus primeros pasos en la candidatura a la Comunidad Aut¨®noma de Madrid, en 2003, Esperanza Aguirre lo pas¨® mal. Lleg¨® sola. Carg¨® con las familias. P¨ªo Garc¨ªa Escudero (hombre de Rajoy), Miguel ?ngel Villanueva (hombre de Garc¨ªa Escudero) y Juan Jos¨¦ G¨¹emes (de Rato) le hicieron las listas y la campa?a electoral. Gallardonistas, ratistas y la vieja guardia consiguieron mejores posiciones en las listas que los ¨ªntimos de Aguirre. Trag¨®. Y esper¨®. Perdi¨® las primeras elecciones. Y despach¨® sin contemplaciones a Villanueva. Gan¨® las segundas. Hizo un Gobierno de fieles. Y comenz¨® a fraguar el golpe.
Ahora tiene la sart¨¦n por el mango. El n¨²mero dos ser¨¢ Nacho. Y su gente quedar¨¢ bien colocada. "Incluso se espera alguna incorporaci¨®n estelar", explica una fuente cercana a la presidenta. Antonio Beteta, un ex gallardonista que ha logrado en este tiempo la confianza total de la presidenta, har¨¢ el programa.
Donde la batalla se prev¨¦ dura ser¨¢ en la confecci¨®n de las listas para el Ayuntamiento, donde Aguirre podr¨ªa colocar bien a algunos de sus fieles. "Lo ¨²nico seguro es que la n¨²mero dos ser¨¢ Ana Botella, pero no porque lo diga Alberto ni porque sea ¨ªntima de la presidenta (que lo es) ni porque lo haya exigido Aznar. Sino porque es la mejor para ese puesto, as¨ª lo han decidido Nacho y Esperanza", confirma la misma fuente. "El resto, en septiembre".
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