Objetivo del Vaticano: domesticar a Radio Mar¨ªa
La emisora polaca, que se ha convertido en un fen¨®meno medi¨¢tico, tiene un ideario ultraconservador de lenguaje violento
El episcopado polaco vive estos d¨ªas en estado de m¨¢xima tensi¨®n. No s¨®lo por la visita de Benedicto XVI, un acontecimiento que representa en cualquier circunstancia una prueba de fuego para la jerarqu¨ªa eclesi¨¢stica del pa¨ªs anfitri¨®n, sino por el desaf¨ªo planteado por una emisora de radio cat¨®lica, Radio Mar¨ªa (Maryja), cuya influencia, notable ya en tiempos de Juan Pablo II, no ha dejado de crecer a la sombra del actual Gobierno ultraconservador polaco.
Como muchos polacos, Aleksandra Bajka identific¨® de inmediato al destinatario de la reprimenda que el pasado jueves, nada m¨¢s pisar Varsovia, ech¨® el Papa al clero local: Tadeusz Rydzyk. La cr¨ªtica a los sacerdotes que se dedican a hacer pol¨ªtica se ajustaba especialmente a este religioso redentorista, director de Radio Mar¨ªa, el fen¨®meno medi¨¢tico que con m¨¢s de dos millones de oyentes diarios catapult¨® al poder al partido conservador Ley y Justicia (PiS en sus siglas en polaco) en las elecciones del oto?o pasado. Rydzyk ha sido el impulsor adem¨¢s de la Liga de las Familias Polacas, un partido populista y muy conservador que junto a Autodefensa -una fuerza con arraigo en el mundo rural-, pas¨® a integrar la coalici¨®n de Gobierno esta primavera.
Radio Mar¨ªa ha catapultado al poder al partido conservador Ley y Justicia
El Vaticano no quiere verse arrastrado en la pol¨¦mica polaca de la revisi¨®n de su pasado
Bajka, que trabaja para TVN, el principal canal de televisi¨®n privada de Polonia, pertenece al amplio sector de la poblaci¨®n urbana que ve con preocupaci¨®n el ascenso imparable de la emisora, creada en 1991 (sin relaci¨®n con la familia de emisoras de Radio Mar¨ªa, surgida en Italia, y con implantaci¨®n en medio mundo, incluido Espa?a). "Ya era hora de que el Vaticano le diera un tir¨®n de orejas a Radio Mar¨ªa y al padre Rydzyck", a?ade. "Este Gobierno ha llegado al extremo de convocar una rueda de prensa hace un mes, s¨®lo para Radio Mar¨ªa".
Las palabras del Papa no han sido el ¨²nico s¨ªntoma de la irritaci¨®n de la Santa Sede con la emisora. En v¨ªsperas de la visita de Benedicto XVI, la Conferencia Episcopal Polaca decidi¨® crear un consejo especial -integrado por cuatro obispos y cuatro miembros de Radio Mar¨ªa- para supervisar el funcionamiento de la emisora, que ha sido ligeramente apartada del primer plano en este viaje de Joseph Ratzinger a Polonia. Aun as¨ª, muchos consideran que el problema planteado por Radio Mar¨ªa tiene dif¨ªcil soluci¨®n. En parte, porque el ideario ultraconservador de la emisora es compartido por un amplio sector del episcopado polaco.
"El consejo tiene una tarea por delante realmente dif¨ªcil", explica un representante del equipo polaco que ha organizado el viaje del Papa que prefiere no dar su nombre. "Sobre todo, porque Radio Mar¨ªa se ha cerrado sobre s¨ª misma, ni siquiera es accesible para nosotros en estos momentos". Y mucho menos para los medios de comunicaci¨®n extranjeros. Los intentos de este peri¨®dico por ponerse en contacto con representantes de la emisora en Varsovia, Cracovia, y telef¨®nicamente con la sede central de Torun -la ciudad donde naci¨® Cop¨¦rnico, en el interior del pa¨ªs- fracasaron tambi¨¦n.
Para un observador extranjero resulta sorprendente la controversia provocada por una emisora confesional -la Conferencia Episcopal Polaca posee su propia cadena de emisoras, Radio Plus, creada en 1998- cuyos programas, con rosarios y rezos incluidos, pecar¨ªan m¨¢s bien de tediosos. ?Cu¨¢l es el problema con Radio Mar¨ªa? Sectores progresistas le reprochan, sobre todo, su activismo pol¨ªtico y su agresividad ideol¨®gica, en aspectos que van desde la condena de la homosexualidad, a la cr¨ªtica al comunismo o a su antisemitismo. Un ideario que defiende con toda la artiller¨ªa medi¨¢tica de que dispone: Radio Mar¨ªa, la cadena de televisi¨®n Trwan, el diario nacional Nasz Dziennik (Nuestro Diario). A lo que hay que a?adir una fundaci¨®n y una escuela cuyo lema, "Fides, Ratio, Patria" (Fe, Raz¨®n, Patria) no deja dudas sobre su orientaci¨®n.
"Lo que me parece inaceptable es su lenguaje violento, que apela a las emociones primarias de la gente que la escucha", dice Karolina Mitka, una joven de Cracovia que acaba de graduarse en arte. Aunque los ejemplos m¨¢s graves de la desenvoltura de Radio Mar¨ªa se encuentran en algunos de sus colaboradores, acusados de flagrante antisemitismo. En marzo pasado, uno de ellos, Stanislaw Michalkiewicz, acus¨® a los jud¨ªos de "intentar humillar a Polonia", con sus reclamaciones de compensaci¨®n econ¨®mica por la p¨¦rdida de bienes tras la II Guerra Mundial. Michalkiewicz es de los que sostienen que los jud¨ªos intentan explotar "el negocio del Holocausto". Una posici¨®n que llev¨® al Congreso Mundial Jud¨ªo a formular una protesta oficial ante el Gobierno polaco. Las quejas llegaron tambi¨¦n al Vaticano, que reaccion¨® casi de inmediato. A comienzos de abril se hizo p¨²blica una carta del nuncio del Papa en Varsovia, Jozef Kowalczyk, dirigida a los obispos locales y al superior de la provincia polaca de los Redentoristas, Zdzislaw Klafka, en la que se exig¨ªa a la emisora "que cumpla sus obligaciones pastorales" y se mantenga "al margen de las luchas pol¨ªticas".
"La realidad es que, pese a todas las dificultades de esta visita, Radio Mar¨ªa es un reto mayor que la llegada del Pont¨ªfice", dice un periodista de la agencia cat¨®lica polaca Kai. Pero el creciente protagonismo de Radio Mar¨ªa en la vida pol¨ªtica polaca se explica tambi¨¦n por el momento que vive el pa¨ªs, que parece haber entrado en una revisi¨®n profunda de su pasado comunista, tras la primera transici¨®n, tutelada por la misma nomenklatura que hab¨ªa gobernado durante a?os. Los esc¨¢ndalos que no se destaparon entonces, como el caso de los sacerdotes que fueron informadores de la polic¨ªa pol¨ªtica durante d¨¦cadas, se destapan ahora con el Gobierno en manos de antiguos opositores al r¨¦gimen.
Pero el Vaticano no quiere verse arrastrado en una pol¨¦mica dom¨¦stica que le est¨¢ haciendo da?o. Por eso ha reclamado medidas urgentes de la Conferencia Episcopal polaca, y est¨¢ dispuesto a pedir cuentas al superior de los Redentoristas, John W. Tobin, norteamericano de Detroit, que reside en Roma. ?Y si nada de eso funcionara? El periodista de Kai no tiene dudas, "quiz¨¢s tendr¨ªan que cerrar la emisora".
El Papa reza en Wadowice para que Juan Pablo II sea elevado a los altares
Benedicto XVI dio un espaldarazo ayer a la causa de beatificaci¨®n de Juan Pablo II -cuya apertura anunci¨® el mayo de 2005- durante su visita a Wadowice, pueblo natal de su antecesor. La peque?a localidad de Silesia, a unos 50 kil¨®metros de Cracovia, se ech¨® a la calle para recibir al pont¨ªfice que dedic¨® su discurso casi por entero a honrar la memoria de Karol Wojtyla. "He venido aqu¨ª", dijo Joseph Ratzinger, "a rezar con vosotros para que sea elevado pronto a la gloria de los altares". Por la tarde, el Papa se reuni¨® con los j¨®venes polacos en la explanada de Blonie, en Cracovia. Su mensaje fue claro y rotundo. Les anim¨® a edificar sus vidas sobre "la roca" de la palabra de Cristo, y de las ense?anzas de la Iglesia, "signo visible del ¨²nico Salvador". "No os dej¨¦is enga?ar", les dijo, "por quienes intentan contraponer a Cristo con la Iglesia".
Ratzinger recorri¨® ayer, casi a la carrera, el itinerario wojtyliano por excelencia -Cracovia y sus alrededores-, que vio nacer, crecer y ascender al pen¨²ltimo pelda?o del escalaf¨®n jer¨¢rquico de la Iglesia cat¨®lica (el cardenalato) a su antecesor. El d¨ªa se inici¨® con la visita a Wadowice, el pueblo natal de Wojtyla, donde un Ratzinger, por primera vez distendido, visit¨® la casa-museo del Papa polaco, y mantuvo un encuentro multitudinario con sus paisanos en la plaza Rynek. El Papa arranc¨® los aplausos m¨¢s calurosos de los paisanos de su antecesor que no cesaron de gritar -"santo, ya"- cuando se refiri¨® a sus deseos de que sea nombrado beato cuanto antes. En realidad, y aunque la causa est¨¢ avanzada, el pont¨ªfice ha indicado que no es partidario de acortar los tiempos. Lo que significa que el beato Wojtyla tardar¨¢ todav¨ªa unos a?os en llegar.
En Cracovia, un verdadero feudo cat¨®lico en Polonia, donde el poder del arzobispo local ha sido siempre gigantesco, se respiraba ayer una atm¨®sfera un poco opresiva. Con la prohibici¨®n de vender alcohol vigente desde el d¨ªa anterior, el tr¨¢fico cortado, centenares de polic¨ªas en las calles, y legiones de j¨®venes circulando con banderas polacas y vaticanas camino de la explanada de Blonie, desde cinco horas antes de comenzar el encuentro con Benedicto XVI. Decenas de edificios aparec¨ªan decorados con retratos del Papa actual, y en las sedes oficiales -y en muchas casas- ondeaba la bandera amarilla y blanca del Estado vaticano junto a la polaca. No en vano, Cracovia ha batido todos los r¨¦cords de asistencia en las m¨²ltiples visitas de Juan Pablo II a su pa¨ªs. La ¨²ltima cita con Wojtyla, en agosto de 2002, registr¨® un lleno descomunal en Blonie, con m¨¢s de 2,5 millones de personas.
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