Benedicto XVI cierra su visita a Polonia recordando a las v¨ªctimas de Auschwitz
El Papa condena los "cr¨ªmenes sin precedentes" cometidos por el r¨¦gimen nazi
El Papa Benedicto XVI, en la ¨²ltima jornada de su viaje de cuatro d¨ªas a Polonia, ha realizado esta tarde una vista al campo de concentraci¨®n y exterminio de Auschwitz y Birkenau, s¨ªmbolo del Holocausto, donde se ha presentado "como hijo del pueblo alem¨¢n" y ha condenado duramente el nazismo. La visita tiene una gran carga simb¨®lica, ya que Joseph Ratzinger se vio obligado a servir a las Juventudes Hitlerianas durante la II Guerra Mundial.
Benedicto XVI ha entrado en Auschwitz caminando s¨®lo. Con las manos entrelazadas y en silencio, ha atravesado la puerta por la que entraban los prisioneros jud¨ªos, sobre la que se puede leer la famosa inscripci¨®n Arbeit Macht Frei (El trabajo te har¨¢ libre). A continuaci¨®n, y tras saludar brevemente al obispo local, el Sumo Pont¨ªfice se ha recogido en oraci¨®n ante el muro de la muerte, pared de ejecuci¨®n y s¨ªmbolo del exterminio nazi. All¨ª, Benedicto XVI ha encendido una vela en memoria de los asesinados.
Despu¨¦s, el Pont¨ªfice se ha dirigido a saludar uno por uno a un grupo de supervivientes del campo de exterminio y ha paseado por el bloque 11 en el que vivieron los prisioneros jud¨ªos. Ratzinger ha salido del complejo en coche para trasladarse al campo de concentraci¨®n de Birkenau, donde ha orado ante el Monumento Internacional a las v¨ªctimas construido al lado del horno crematorio n¨²mero dos, donde se ha encontrado tambi¨¦n con una delegaci¨®n de supervivientes del exterminio. Durante su estancia en el l¨²gubre Birkenau, el Papa ha pronunciado un emotivo discurso en el que ha admitido la dificultad "de un cristiano y de un alem¨¢n" para hablar de lo que ha definido como unos cr¨ªmenes "sin equivalente" en la historia.
S¨®lo 7.000 supervivientes
"Estoy aqu¨ª como hijo del pueblo alem¨¢n y por ello ten¨ªa que venir. Era y es un deber frente a la verdad y al derecho de cuantos han sufrido, un deber ante Dios", ha dicho el Papa. "Soy hijo de aquel pueblo en el que un grupo de criminales alcanz¨® el poder mediante falsas promesas, en nombre de perspectivas de grandeza y de recuperaci¨®n del honor de la naci¨®n y su relevancia", ha afirmado el Pont¨ªfice, para a?adir que mediante "previsiones de bienestar y con la fuerza del terror y de la intimidaci¨®n", su pueblo "pudo ser usado y se abus¨® de ¨¦l como instrumento en la locura de destrucci¨®n y de dominio".
"S¨ª, ten¨ªa que venir", ha indicado el Papa, para recordar que ya acompa?¨® a Juan Pablo II en su visita a este complejo de la muerte en 1979 y que volvi¨® en 1980 con un grupo de obispos alemanes "horrorizados a causa del mal" y esperanzados de que sobre esas "tinieblas se alzara la estrella de la reconciliaci¨®n". En medio del silencio de los presentes, el Papa ha sentenciado: "El objetivo de mi estancia hoy, aqu¨ª, es para implorar la reconciliaci¨®n, con Dios, con los hombres que han sufrido y con todos aquellos que en esta hora de la historia sufren de nuevo bajo el poder del odio y bajo la violencia fomentada por el odio".
Con una extensi¨®n de 40 kil¨®metros cuadrados y rodeado de una alambrada de espino electrificada, constaba de tres partes: Auschwitz I, el campo de Birkenau y Auschwitz III, tambi¨¦n conocido como Monowitz. Fue levantado en un antiguo cuartel del imperio austroh¨²ngaro, entr¨® en funcionamiento el 14 de junio de 1940 y permaneci¨® activo hasta el 27 de enero de 1945, cuando fue liberado por las tropas sovi¨¦ticas. Los soldados del Ejercito Rojo encontraron unos 7.000 supervivientes. En el complejo de la muerte los nazis exterminaron 1,1 millones de jud¨ªos europeos, 150.000 polacos, 23.000 gitanos, 15.000 prisioneros de guerra sovi¨¦ticos y miles de ciudadanos de otras nacionalidades.
Por la ma?ana, Benedicto XVI puso fin a su estancia en Cracovia, donde Juan Pablo II fue arzobispo, con una misa en el parque Blonie, a la que asisteron algo m¨¢s de dos millones de personas. A los fieles les pidi¨® que sean fuertes en la fe, "ya que hoy, m¨¢s que en otra ¨¦poca, es necesaria esa fuerza". Benedicto XVI tambi¨¦n les ha confesado, emocionado, que hab¨ªa venido a Polonia porque se "lo ped¨ªa el coraz¨®n", siguiendo las huellas de su amigo y predecesor Karol Wojtyla. Benedicto XVI ha regresado esta noche a Roma tras su emotivo viaje a Polonia, que ha definido como "la mejor manera de honrar a Juan Pablo II".
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