En busca de la cubanidad
Como cita el autor, Albert O. Hirschmann escribi¨® que el ciudadano ante un orden pol¨ªtico autoritario reacciona como en una secuencia de tres tiempos con lealtad, voz y salida, o lo que es lo mismo participaci¨®n, protesta y exilio. Los sujetos del libro del cubano Rafael Rojas, que ha recibido el Premio Anagrama de Ensayo de este a?o, son los cubanos abocados a una historia -?cu¨¢l no?- sobre cuya identidad profunda no han cesado de interrogarse los intelectuales en el poco m¨¢s de un siglo de existencia de la isla como Estado. En esta apasionante b¨²squeda del vellocino -?qui¨¦nes somos y por qu¨¦ y para qu¨¦ caribe?os?-, Rojas identifica cuatro periodos y tres grandes escuelas de pensamiento. Las cuatro resurrecciones de Cuba son 1902, con la independencia, ya m¨¢s de Estados Unidos que de Espa?a; 1920, con la fundaci¨®n de la Rep¨²blica liberal; el nacimiento de la Rep¨²blica democr¨¢tica en 1940, y la versi¨®n marxista leninista de 1961, cuando comenzaba a despejarse la identidad comunista del castrismo, a la que cabr¨ªa a?adir, como hace el autor, una coda en 1992, con el fin del apoyo sovi¨¦tico, que es una tentativa de reformulaci¨®n en clave nacional y tur¨ªstica del r¨¦gimen totalitario. Y las tres narrativas de esa espeleolog¨ªa de lo identitario, y por ello siempre subsumidas en el nacionalismo, son la liberal, la cat¨®lica y la comunista.
TUMBAS SIN SOSIEGO
Rafael Rojas
Anagrama. Barcelona, 2006
505 p¨¢ginas. 21 euros
En clave particular de cada
una de esas ¨¦pocas y partiendo de esas tres matrices b¨¢sicas, el libro es una larga interpretaci¨®n de textos que ilustra la pugna por llegar a una o a un conjunto de definiciones que expliquen la cubanidad. Vano prop¨®sito, porque no hay terreno m¨¢s resbaladizo ni peor bebedizo intelectual que el que nos haga creer que es posible encapsular, por ejemplo, el Spain is Different de nuestro pasado tur¨ªstico, o la mismidad flem¨¢tica del anglosaj¨®n, o Dios sabe qu¨¦ otro presunto exabrupto nacional. El autor subraya a trav¨¦s de los textos c¨®mo el trabajo de inclusi¨®n intelectual que hace la Rep¨²blica democr¨¢tica, que enriquece la masa cr¨ªtica del pensamiento insular, se torna excluyente tras el viraje comunista de 1961-1965 y c¨®mo, sobre todo en los ¨²ltimos 25 o 30 a?os, esa masa cr¨ªtica hay que buscarla mucho m¨¢s en la di¨¢spora que en la isla, lo que tiene mucho que ver con el fracaso de la tentativa de s¨ªntesis que el r¨¦gimen de La Habana trata de hacer. El fracaso es tal que el espacio p¨²blico del debate se restringe hasta tal punto que, dice el autor, hoy s¨®lo quedan frente a frente la Rep¨²blica y sus enemigos, de forma que la isla es como un sarpullido de miniprotestas, "casi ¨ªntimas contra una Revoluci¨®n inspirada en la nada".
Este tipo de trabajo, que le recuerda a uno el af¨¢n de Octavio Paz por hacer de sor Juana un proyecto de Voltaire, si no hubiera sido, ?mecachis!, porque la colonia se lo impidi¨®, tropieza con el inconveniente grave de que como dec¨ªa un magn¨ªfico profesor de historia que tuve hace m¨¢s de 30 a?os, Pere Molas, rebuscando bien en los textos uno puede hacer a san Francisco de As¨ªs precursor del marxismo-leninismo.
Efectivamente, ?hasta qu¨¦
punto los textos dicen lo que nosotros queremos leer en ellos? ?Y qui¨¦n puede garantizar cu¨¢l ha sido en su momento el peso social de lo publicado, o que exactamente lo contrario no fuera tambi¨¦n publicado por otros autores? Aun as¨ª, el trabajo es de enorme seriedad y calidad de escritura, apasionante, bien articulado, y hasta con una progresi¨®n interrogativa que se despliega y brilla especialmente en la ¨¦poca m¨¢s contempor¨¢nea. Cuba posee, seg¨²n un florilegio de autores recogidos en el libro, una cultura gr¨¢vida, sin tradici¨®n ni legado discernible, lo que puede traducirse por poco segura de s¨ª misma; pero aunque al t¨¦rmino de la obra no hayamos llegado a ninguna conclusi¨®n suficiente sobre qu¨¦ puede ser eso de la cubanidad, ni Rafael Rojas creo que pretendiera que fuese de otra manera, creemos que la gran isla que fue espa?ola se encuentra hoy un poco m¨¢s cerca de nosotros que antes de haber le¨ªdo Tumbas sin sosiego.
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