Ceguera roja en Cuba

"Es preciso que vea todo lo que nos interesa, mientras cree que est¨¢ viendo lo que le interesa a ¨¦l". Tal es el resumen de las instrucciones impartidas al responsable del viaje que durante un mes lleva a Jean-Paul Sartre por los caminos de Cuba, prueba de fuego para el castrismo de cara a mantener su inmenso prestigio entre la izquierda europea de los sesenta.

En Fantas¨ªa roja, Iv¨¢n de la Nuez considera la experiencia cubana de Sartre y el libro resultante, Hurac¨¢n sobre el az¨²car, como emblema de esa aproximaci¨®n a una realidad revolucionaria que es asumida por el visitante incluso ag¨®nicamente, con la sensaci¨®n de que Cuba tiene que triunfar, pues su fracaso significar¨ªa el de la idea misma de revoluci¨®n. En un an¨¢lisis poblado de matices, De la Nuez subraya esa condici¨®n excepcional que el episodio cubano asume para quienes ya no pueden entusiasmarse por el modelo sovi¨¦tico o por la lejana revoluci¨®n china: "Los cubanos deben triunfar o lo perderemos todo", escribe Sartre, "hasta la esperanza". Am¨¦n.

En Fantas¨ªa roja, en torno al eje sartriano, Iv¨¢n de la Nuez presenta de forma impresionista una serie de visiones de la Cuba castrista, impregnadas de simpat¨ªa, y al tiempo de una concepci¨®n simplista y t¨®pica de la realidad insular, cuyos rasgos van a permanecer durante d¨¦cadas. A veces la descripci¨®n roza la cat¨¢strofe, como en la pel¨ªcula de Richard Lester con Sean Connery de protagonista, otras es perspicaz en Max Aub, tal vez porque su vida en Espa?a le ha vacunado de todo optimismo en relaci¨®n con los comunistas.

El panorama no se detiene en los escritores. Resultan excelentes las notas dedicadas al Buena Vista Social Club, la revoluci¨®n como ruina de una ciudad, y a otros m¨²sicos cuya fascinaci¨®n desemboca en el tema de la eternidad de la revoluci¨®n.

Es un libro de apuntes. Por eso no importa mucho que est¨¦n ausentes hitos tan significativos como el Cuba, una revoluci¨®n en marcha, que Ruedo Ib¨¦rico public¨® en 1967, y donde se re¨²nen todos, hasta Juan Goytisolo y Mario Vargas Llosa. El impacto del caso Padilla abri¨® los ojos de muchos, pero el sue?o de la Revoluci¨®n cubana mantiene su vigencia. Unos pueden ceder ante los actos de barbarie del castrismo, nos explica De la Nuez: ello no impide que la antorcha de Sartre sea recogida por V¨¢zquez Montalb¨¢n, por Saramago, y tras ¨¦ste, por el despistado Oliver Stone. Es c¨®modo ser revolucionario desde fuera.