Haz y env¨¦s
El museo "es un gran libro con el que nosotros aprendimos a leer". Lo dej¨® dicho Paul C¨¦zanne en 1905 refiri¨¦ndose al Louvre, en cuyas paredes todav¨ªa un a?o antes de su muerte so?aba con ver alg¨²n d¨ªa colgada su obra junto a la de los grandes maestros que admir¨®. Sin duda hubiera sido toda una esperanzadora noticia para ¨¦l comprobar que al a?o siguiente, hace ahora una centuria, ingresaba por primera vez una gran obra de Manet en el museo franc¨¦s, el hasta hac¨ªa poco pol¨¦mico Almuerzo campestre (1863), para mostrarlo p¨²blicamente bajo el mismo techo que el Concierto campestre, antes de Giorgione y ahora de Tiziano, que le sirviera de inspiraci¨®n. Para este memorable reencuentro s¨®lo hab¨ªan tenido que transcurrir 23 a?os desde el fallecimiento del revolucionario pintor franc¨¦s.
Hoy, 125 a?os despu¨¦s de su nacimiento y 33 a?os de su muerte, es Pablo Picasso quien se encuentra en este trance con motivo de la exposici¨®n que le dedican conjuntamente el Museo del Prado y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sof¨ªa. Y lo hacen por partida doble. En el Prado mostrando su ambici¨®n privada de artista a trav¨¦s de una retrospectiva esencial de su obra y rodeado de los grandes maestros del pasado, y en el Reina Sof¨ªa presentando su respuesta art¨ªstica a nuestra historia colectiva a trav¨¦s de la confrontaci¨®n del monumental lienzo Guernica con Los fusilamientos en la monta?a del Pr¨ªncipe P¨ªo, m¨¢s conocido como El 3 de Mayo, y acompa?ados para la ocasi¨®n por la estela moderna de esta c¨¦lebre composici¨®n de Francisco de Goya, como son El fusilamiento del emperador Maximiliano, de Manet, y La masacre de Corea, del propio Picasso.
Tradici¨®n y vanguardia reza el subt¨ªtulo de esta doble convocatoria como el haz y el env¨¦s de la rutilante trayectoria del artista m¨¢s influyente del siglo XX, cuya genial personalidad comenz¨® a edificar Alfred H. Barr Jr. a trav¨¦s de la primera y legendaria retrospectiva organizada por el Museo de Arte Moderno de Nueva York en 1946. Desde entonces, su obra ha sido sometida a una inagotable revisi¨®n cr¨ªtica como no ha merecido ning¨²n otro artista de nuestro tiempo. Con todo, todav¨ªa nos reta a explorar nuevas formas de aproximaci¨®n a su obra, como la que ahora hemos intentado al hacer coincidir su portentosa vitalidad vanguardista con una consciente condici¨®n de pintor hist¨®rico vinculado a la gran tradici¨®n del arte occidental y, m¨¢s espec¨ªficamente, del arte espa?ol.
Para iniciar este nuevo camino hemos contado con la colaboraci¨®n de los principales museos y colecciones mundiales, que nos han permitido reunir un elenco irrepetible de obras del pintor malague?o representativas de toda su longeva trayectoria, para las cuales los dos museos les hemos ofrecido el m¨¢s excepcional contexto. La Galer¨ªa Central del Museo del Prado, donde hizo sus "primeras letras", y la Galer¨ªa Principal del Reina Sof¨ªa, donde cuelga como memoria tr¨¢gica el Guernica y su legado, 25 a?os despu¨¦s de su llegada a Espa?a y de que se cumpliera la concluyente voluntad del artista.
Miguel Zugaza es director del Museo del Prado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.