El jugador n¨²mero 12
Los jugadores seleccionados por Scolari no me han sorprendido. Era obvio que nunca convocar¨ªa a quienes no formen ya parte del grupo. Estuviese de acuerdo o no (y, por ejemplo, nunca he estado de acuerdo con la exclusi¨®n de Ba¨ªa), fue coherente con su filosof¨ªa y su m¨¦todo, escogi¨® a aqu¨¦llos que ya estaban escogidos, aqu¨¦llos que conoce bien, en quienes conf¨ªa y que conf¨ªan en ¨¦l. Aunque no hayan jugado muchos partidos con sus clubes o est¨¦n ligeramente lesionados o, como en el caso de Costinha, no tengan ritmo de competici¨®n. Para ¨¦l, lo que cuenta es el esp¨ªritu de la selecci¨®n. Y llam¨® a aqu¨¦llos que le dan esa garant¨ªa. Aqu¨¦llos que, en cierto modo, ya estaban all¨ª. En especial, Costinha, indispensable en el vestuario y, como se vio contra Cabo Verde, en el medio campo. Scolari afirma, y yo tambi¨¦n, que la garra de Costinha va a conseguir el milagro de ponerse en plena forma.
Yo prefer¨ªa que Portugal estuviese en un grupo con adversarios supuestamente m¨¢s fuertes: Inglaterra, Holanda o Espa?a. No dudo de que, en ese caso, la selecci¨®n jugar¨ªa a su ritmo, con una concentraci¨®n total y aquel rasgo que, en otras circunstancias, nos llev¨® a superar varios retos. Me dan miedo los llamados grupos f¨¢ciles. En primer lugar, porque ya no existen. En segundo, porque, por muy avisados que est¨¦n, los jugadores tienden de forma inconsciente a bajar el ritmo y esperar que las cosas sucedan. Pero, como dice una vieja canci¨®n brasile?a, "esperar no es saber". No s¨¦ si Scolari recuerda la letra y la m¨²sica. Si se acuerda de ella, le aconsejo realizar esta peque?a liturgia: hacer cantar a la selecci¨®n "quien sabe act¨²a ahora / no espera a que las cosas sucedan". Yo no subestimar¨ªa a Angola ni a Ir¨¢n. Si conseguimos ganar esos partidos, en mi opini¨®n los m¨¢s dif¨ªciles, todo es posible y puede que, parafraseando a P¨ªndaro, "lo incre¨ªble se vuelva cre¨ªble".
Cristiano Ronaldo es, sin duda, excepcional. Puede desequilibrar un partido en cualquier momento. En un sentido positivo o negativo. Con un golpe de genio y un gol imposible o con una actitud irreflexiva acreedora de una tarjeta roja. Esperemos que juegue como en el Manchester. Para el equipo. Y no para ¨¦l o para el aplauso f¨¢cil. Un Ronaldo en forma, maduro e inspirado, ser¨¢ la principal baza de Portugal, aqu¨¦lla que podr¨¢ suponer una diferencia.
Sin embargo, creo que los jugadores fundamentales de la selecci¨®n siguen siendo Figo y Deco, los que dirigen el juego y organizan al equipo y, sin menospreciar a los dem¨¢s, le dan un inconfundible toque de talento y clase. Ya s¨¦ que nadie es insustituible, pero nuestro problema es que Figo y Deco s¨ª lo son. Brasil tiene un equipo reserva de igual nivel que el titular y Portugal cuenta con suplentes de gran calidad. Pero no tiene a otro Figo u otro Deco. Tal vez por eso sea tan importante el jugador n¨²mero 12, todos nosotros. Porque no s¨¦ si, adem¨¢s de mi amigo Eduardo Prado Coelho, se han dado cuenta de que todos estamos equipados, todos llevamos en la espalda el n¨²mero 12, todos nos sentamos en el banquillo y, en cualquier momento, cualquiera de nosotros puede ser llamado para entrar en el equipo.
Manuel Alegre es poeta y diputado portugu¨¦s.
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