Regalo del poder magreb¨ª
Los jefes de Estado intervienen para que argelinos y marroqu¨ªes vean el evento
Hasta principios de semana, argelinos y marroqu¨ªes estaban consternados. En las cafeter¨ªas, en el autob¨²s, en los campus de las universidades y hasta en los editoriales de los peri¨®dicos no se hablaba de otra cosa: no iban a poder ver en sus televisores los partidos del Mundial. En ambos pa¨ªses el f¨²tbol se sigue con pasi¨®n y m¨¢s a¨²n el Mundial aunque ninguna de sus selecciones participe en el evento alem¨¢n.
En ambos pa¨ªses tambi¨¦n se daba el mismo concurso de circunstancias desfavorables. Los derechos de retransmisi¨®n del Mundial para Oriente Pr¨®ximo y el Magreb han sido adquiridos por la Arab Radio Television (ART), propiedad del jeque saud¨ª Salah el Kamel, y no por la ASBU, que reagrupa a las televisiones ¨¢rabes p¨²blicas. El saud¨ª ofreci¨® a la FIFA 110 millones de d¨®lares, 15 m¨¢s que el sector p¨²blico ¨¢rabe.
En Argelia se vender¨¢n tarjetas descodificadoras de la ART a 28 d¨®lares en vez de a 125
Para lograr que su paquete digital obtuviera una mayor penetraci¨®n en el Magreb -hasta ahora poco implantado- o para recuperar con creces el dinero invertido en la compra de los derechos, El Kamel pidi¨®, por ejemplo, 11,5 millones de d¨®lares a la televisi¨®n marroqu¨ª para cederle los derechos. Las dos cadenas p¨²blicas, RTM y 2M, aseguran no poder pagarlos. S¨®lo pod¨ªan adquirir res¨²menes diarios de 20 minutos por partido.
En un Magreb en el que gran parte de los hogares est¨¢n equipados con antenas parab¨®licas, a los telespectadores argelinos y marroqu¨ªes les quedaba el recurso de seguir el Mundial a trav¨¦s de TPS, un paquete digital franc¨¦s hasta ahora sistem¨¢ticamente pirateado. Pero TPS, que retransmite los partidos a trav¨¦s de tres canales, acaba de cambiar su sistema de codificaci¨®n y ni los h¨¢biles malandrines de Derb Ghalef, el inmenso mercado de la pirater¨ªa de Casablanca, ni sus colegas de Argel han conseguido, por ahora, reventarlo.
La frustraci¨®n era total. En el norte de Marruecos, los antenistas hac¨ªan virguer¨ªas para intentar captar La Sexta, de Espa?a, mientras que en el resto del pa¨ªs los peri¨®dicos aconsejaban a sus lectores orientar sus parab¨®licas en direcci¨®n al sat¨¦lite Astra y sintonizar las cadenas p¨²blicas alemanas, ARD y ZDF, que retransmiten el acontecimiento. Bastar¨ªa entonces con apagar el sonido y poner la radio.
La desilusi¨®n adquir¨ªa, a veces, tintes pol¨ªticos. "Tenemos 60.000 millones de d¨®lares de reservas de divisas" en Argelia gracias al aumento del precio de los hidrocarburos, se quejaba Ahmed, de Or¨¢n, en un foro de Internet, "y no podemos gastarnos unos pocos en adquirir los derechos". El ministro de Comunicaci¨®n marroqu¨ª, Nabil Benabdal¨¢, tuvo, por su parte, que contestar a preguntas en la C¨¢mara de Representantes.
Es entonces cuando intervinieron el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, y el rey de Marruecos, Mohamed VI. El primero decidi¨® echar mano de las ingentes reservas del Estado. La radio anunci¨® el jueves que en las oficinas de correo ser¨¢n puestas a la venta 360.000 tarjetas decodificadoras del paquete de la ART al equivalente de 28 d¨®lares en vez de a 125. La diferencia, 97 d¨®lares, la sufragar¨¢ el Estado.
El monarca marroqu¨ª, que no dispone de tales reservas de divisas, opt¨®, por su parte, por llamar por tel¨¦fono al saud¨ª El Kamel para pedirle que hiciese un gesto y ¨¦ste acept¨®. Cedi¨® gratuitamente a la televisi¨®n marroqu¨ª los derechos del encuentro inaugural, las semifinales y la final. El ministro de Comunicaci¨®n lo anunci¨® inmediatamente, el jueves, y aprovech¨® para expresar la "gratitud" del Gobierno por la "solicitud" del soberano.
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