"La ciencia y la religi¨®n son las dos fuerzas m¨¢s poderosas del mundo"
Catedr¨¢tico de Harvard desde hace 40 a?os, el bi¨®logo Edward O. Wilson, de 76 a?os, ha escrito 20 libros, ha obtenido dos Premios Pulitzer y ha descubierto cientos de nuevas especies. Wilson recibe a menudo el apelativo de "padre de la biodiversidad". La entrevista se realiz¨® en su despacho de Harvard.
Pregunta. M¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n de EE UU no cree en la teor¨ªa de la evoluci¨®n. ?Es un fen¨®meno peculiar de este pa¨ªs?
Respuesta. Para el 51% de los estadounidenses, la especie humana fue creada por una fuerza suprema hace miles de a?os. El 34% cree que hubo una evoluci¨®n dirigida por Dios. El 15% restante dice que tienen raz¨®n los cient¨ªficos. Son unas cifras extraordinarias, porque representan todo lo contrario de lo que piensan los europeos. En Europa, el 40% de la poblaci¨®n est¨¢ de acuerdo con la tesis de que la especie evolucion¨® por selecci¨®n natural. S¨®lo una minor¨ªa coincide con los creacionistas, que rechazan la teor¨ªa de la evoluci¨®n.
"Un presidente como Bush, que cree que Dios le habla cuando emprende una guerra, refuerza las convicciones m¨¢s radicales de la poblaci¨®n"
"Ruego a las personas religiosas que dejen de lado diferencias con laicos y cient¨ªficos materialistas como yo y se nos unan para salvar el planeta"
P. ?Cu¨¢l es el motivo de que el creacionismo tenga tanto vigor en EE UU, hasta el punto de que ciertas personas est¨¢n pensando en ense?arlo en algunas escuelas, en oposici¨®n a la teor¨ªa de la evoluci¨®n de las especies?
R. Varias organizaciones religiosas han conseguido introducir en el Gobierno la teor¨ªa del dise?o inteligente. Es decir, que Dios dirigi¨® la evoluci¨®n. No hay duda de que el hecho de que tengamos un presidente como Bush, que cree que Dios habla con ¨¦l cuando toma ciertas decisiones o emprende una guerra, facilita esta tendencia y refuerza las convicciones fundamentalistas m¨¢s radicales de la poblaci¨®n. A esta situaci¨®n hay que a?adir que, tras los atentados del 11-S, los estadounidenses se sent¨ªan vulnerables y se aferraron a la idea de que el pa¨ªs necesitaba guiarse m¨¢s por la religi¨®n. En mi pr¨®ximo libro, La creaci¨®n, hago un ruego a las personas religiosas. Les pido que dejen de lado sus diferencias con los laicos y los cient¨ªficos materialistas como yo y que se unan a nosotros para salvar el planeta. La ciencia y la religi¨®n son las dos fuerzas m¨¢s poderosas del mundo. La naturaleza es sagrada para ambos.
P. Usted sostiene que hay una relaci¨®n directa entre la selecci¨®n natural y el sentimiento religioso. ?Cu¨¢l es esa relaci¨®n?
R. La religi¨®n siempre est¨¢ dici¨¦ndole a la gente que sobreviva, y ¨¦se es un principio b¨¢sico de la selecci¨®n natural. La religi¨®n estimula la mente y anima al ser humano a superar las dificultades, a unirse a otros individuos y comportarse de forma altruista por el bien del grupo. El prop¨®sito es la supervivencia colectiva. Por eso las religiones son tan tribalistas.
P. ?En qu¨¦ se equivoca la teor¨ªa del dise?o inteligente, la idea de que la complejidad de los organismos vivos es la mejor prueba de la existencia de un dise?ador divino?
R. El ¨²nico argumento de quienes defienden el concepto de dise?o inteligente es que la ciencia no puede explicar todos los detalles de la evoluci¨®n y los fen¨®menos naturales. Eso les basta para justificar la fe en una fuerza sobrenatural en el origen de lo inexplicable. ?se no es un argumento cient¨ªfico. Lo que mueve a los cient¨ªficos es precisamente el deseo de descubrir la verdad sobre lo que todav¨ªa est¨¢ sin explicar. Al asumir la creencia de que la evoluci¨®n es creaci¨®n de Dios, la religi¨®n pone en peligro toda su credibilidad y todo su prestigio. Si los que defienden el dise?o inteligente tuvieran pruebas sobre la existencia de fuerzas sobrenaturales en los procesos f¨ªsicos y biol¨®gicos, los cient¨ªficos ser¨ªan los primeros dispuestos a estudiar esos fen¨®menos.
P. ?Es posible aceptar la teor¨ªa de la evoluci¨®n y, al mismo tiempo, ser religioso?
R. S¨ª, por supuesto. Yo mismo me considero espiritualista. Creo en la gran fuerza del esp¨ªritu humano. Pero no creo que haya vida despu¨¦s de la muerte ni un alma separada del cuerpo y la mente. Sabemos que el cerebro se comporta de manera distinta cuando se producen cambios qu¨ªmicos en el cuerpo o cuando nos herimos, y eso indica que la esencia humana depende de un complejo sistema de c¨¦lulas. No hay ninguna incoherencia en pensar que los sentimientos tienen una base f¨ªsica y, al mismo tiempo, tener una concepci¨®n espiritual de la mente humana.
P. ?Le consolar¨ªa saber que existe vida despu¨¦s de la muerte?
R. Piense lo que significa pasar toda la eternidad en el cielo. No estamos hechos para eso. La mente humana est¨¢ construida para durar un tiempo limitado. Sobrepasar ese l¨ªmite significar¨ªa atar a la persona a una existencia infernal. Un sondeo realizado entre los cient¨ªficos m¨¢s importantes de EE UU mostr¨® que al 85% no le importaba que hubiera o no vida despu¨¦s de la muerte. A m¨ª me da igual.
P. En una ocasi¨®n dijo que se considera un de¨ªsta provisional. ?Qu¨¦ quiere decir?
R. En primer lugar, es preciso definir te¨ªsmo y de¨ªsmo. Te¨ªsmo es la creencia de que Dios interviene en los asuntos humanos, es capaz de hacer milagros y est¨¢ directamente unido al discurso humano. Los de¨ªstas, en cambio, aceptan la posibilidad de que exista una fuerza suprema que ha establecido las leyes responsables de la creaci¨®n del universo, pero no creen que Dios intervenga en los problemas cotidianos. Mientras no podamos dar una explicaci¨®n mejor del origen del universo, me considero un de¨ªsta provisional. Tal vez los f¨ªsicos puedan explicar pronto de d¨®nde venimos.
P. Muchos cr¨ªticos afirman que la ciencia es una especie de religi¨®n y que la teor¨ªa de la evoluci¨®n exige devoci¨®n. ?Est¨¢ de acuerdo?
R. No. Hay una gran diferencia. La religi¨®n exige fe, una fe sin vacilaciones. La ciencia se basa en una serie de conocimientos acumulados y va sumando cada vez m¨¢s informaci¨®n para explicar el mundo. Es un proceso de b¨²squeda, exploraci¨®n y descubrimiento, totalmente distinto de la religi¨®n.
P. ?Cree que hay progreso en la evoluci¨®n?
R. S¨ª, porque, a lo largo de miles de millones de a?os, la evoluci¨®n ha producido especies cada vez m¨¢s complejas, mayor n¨²mero de organismos y ecosistemas m¨¢s elaborados. Ahora bien, si nos fijamos en ejemplos aislados, la evoluci¨®n no siempre significa progreso. Al fin y al cabo, es el resultado de mutaciones y cambios gen¨¦ticos fortuitos. Existen casos de par¨¢sitos que perdieron los ojos y de animales que perdieron las patas. Si la complejidad es progreso, esas especies retrocedieron.
P. ?El hecho de que los humanos hayan evolucionado hasta el punto de controlar la naturaleza nos da derecho a hacer lo que queramos con las dem¨¢s especies?
R. La especie humana es la m¨¢s sagrada del planeta. Al fin y al cabo, es la m¨¢s inteligente y la ¨²nica civilizada. En las primeras etapas de nuestra evoluci¨®n, cuando los humanos viv¨ªan de la caza, en grupos, hab¨ªa que vencer a la naturaleza porque era cuesti¨®n de supervivencia. Hoy, destruir la naturaleza significa destruir parte de la vida que queda en la Tierra. Tenemos que saber cu¨¢ndo parar. Estamos destruyendo la naturaleza s¨®lo para hacer un poco m¨¢s de sitio a los seres humanos. Eso no es progreso, ni desde el punto de vista moral, ni como opci¨®n para garantizar el futuro de la humanidad. Necesitamos la naturaleza para garantizar la productividad en la biosfera. La especie humana ha tenido demasiado ¨¦xito.
P. Un estudio de la ONU calculaba que en 2050 la poblaci¨®n alcanzar¨¢ su m¨¢xima cifra, 9.000 millones de personas, y luego se estabilizar¨¢. ?C¨®mo podemos mejorar la situaci¨®n econ¨®mica de tanta gente y, al mismo tiempo, evitar la destrucci¨®n de la naturaleza?
R. Casi todos los especialistas creen que los recursos existentes en la Tierra podr¨ªan soportar esa superpoblaci¨®n sin que ello suponga destruir la naturaleza. Es necesario aumentar la productividad del suelo, y para ello debemos usar semillas transg¨¦nicas. La especie humana no depende m¨¢s que de 20 tipos de plantas para alimentarse. Las principales son arroz, ma¨ªz y trigo. Sin embargo, existen m¨¢s de 50.000 plantas cultivables, muchas de las cuales pueden ser viables desde el punto de vista econ¨®mico si se modifican gen¨¦ticamente. Si sabemos conservar lo que queda de la naturaleza y hacer que sea m¨¢s productiva, podremos alimentar a esas personas que se prev¨¦n para 2050.
P. ?Por qu¨¦ es tan urgente preservar la biodiversidad?
R. Un c¨¢lculo hecho en 1997 por bi¨®logos y economistas demostraba que las especies de todos los ecosistemas aportaban 30 billones de d¨®lares en servicios como retenci¨®n de aguas, regeneraci¨®n del suelo y limpieza de la atm¨®sfera. En ese momento, esta cifra era pr¨®xima a la del valor de toda la producci¨®n humana. Dependemos de la biodiversidad m¨¢s de lo que nos imaginamos. Otro aspecto es que estamos empezando a saber c¨®mo diversas especies que aparecieron hace un mill¨®n de a?os se extinguieron y fueron sustituidas por otras. Es importante que comprendamos el origen de la vida. Necesitamos conocerlo. Los cient¨ªficos no han identificado m¨¢s que el 10% de los organismos que existen en el planeta.
P. Algunos cient¨ªficos dicen que la especie humana est¨¢ experimentando una evoluci¨®n acelerada. Su teor¨ªa es que la humanidad est¨¢ empezando a determinar su propia evoluci¨®n. ?Est¨¢ de acuerdo?
R. S¨ª, en mi libro llamo a este fen¨®meno evoluci¨®n voluntaria. Estamos a punto de alcanzar una etapa del desarrollo en la que podremos escoger la trayectoria de nuestra evoluci¨®n. Pronto podremos eliminar enfermedades gen¨¦ticas como la fibrosis s¨®lo con sustituir los genes defectuosos. ?sa es una forma de dirigir la evoluci¨®n. La duda es si deber¨ªa permit¨ªrsenos utilizar la ingenier¨ªa gen¨¦tica para mejorar a los individuos. En algunos casos, los padres podr¨¢n decidir si quieren que su hijo sea deportista o m¨²sico. ?Deber¨ªamos permitirlo? Es una pregunta ¨¦tica que todav¨ªa no se ha analizado con detalle, simplemente porque todav¨ªa no nos enfrentamos a los problemas asociados a estas posibilidades tecnol¨®gicas. En un momento dado, la humanidad tendr¨¢ que tomar decisiones al respecto, y entonces tendremos una evoluci¨®n voluntaria. Tendremos que ser muy cuidadosos al modificar la naturaleza, porque la naturaleza es lo que nos hace ser humanos.
P. ?D¨®nde est¨¢ el l¨ªmite?
R. No lo s¨¦. Necesitamos saber m¨¢s de gen¨¦tica, de qui¨¦nes somos, lo que es la naturaleza humana y cu¨¢les son las consecuencias de estos cambios en la organizaci¨®n de nuestra sociedad actual.
? 2006. Veja / Global Viewpoint Traducci¨®n: M. L. Rodr¨ªguez Tapia
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