Sobre el derecho y el deber de informar
El autor rechaza la pol¨ªtica informativa de Telemadrid y sostiene que la cadena p¨²blica silencia cualquier acto de cr¨ªtica al Gobierno de Esperanza Aguirre.
Se dice, y es cierto, que vivimos en la era de la informaci¨®n, pero, en ocasiones, en determinadas circunstancias y con motivo de unos u otros hechos, la percepci¨®n que se puede llegar a tener es la contraria. Precisamente, cuando de m¨¢s recursos tecnol¨®gicos se dispone y cuando es creciente la influencia de los medios de comunicaci¨®n en la sociedad, se producen a veces situaciones, por acci¨®n u omisi¨®n, abuso, ocultamiento o manipulaci¨®n interesada, en que esa informaci¨®n, imprescindible en cualquier sistema democr¨¢tico, se convierte no ya en desinformaci¨®n acerca de lo que sucede en unos u otros momentos, lo que ya ser¨ªa grave, sino directamente en informaci¨®n falsa o enga?osa, lo que es peor a¨²n.
Abdicar de la verdad y de la imparcialidad es abdicar de la informaci¨®n
Las dos cosas, ocultar y mentir, son incompatibles con una pr¨¢ctica m¨ªnimamente democr¨¢tica y, desde luego, contradicen la misma raz¨®n de ser de unos medios de comunicaci¨®n cuyo objetivo fundamental es informar con veracidad.
Y si esto vale para cualquier medio privado, qu¨¦ decir en los casos en que el ocultamiento, la manipulaci¨®n o el enga?o se producen en uno p¨²blico en el que, por definici¨®n, no pueden caber de ninguna manera otros intereses que no sean los de la sociedad en su conjunto, sin otros dictados corporativos, empresariales, financieros o partidistas.
Pues bien, resulta muy lamentable comprobar c¨®mo Telemadrid se ha convertido, de un tiempo a esta parte, en el mejor exponente de lo que no debe ser un medio p¨²blico y, por a?adidura, de lo que s¨®lo con mucha dificultad podr¨ªa ser considerada, hoy en d¨ªa, una empresa de comunicaci¨®n, porque en rigor ser¨ªa m¨¢s exacto definirla como de "incomunicaci¨®n".
El ¨²ltimo y escandaloso ejemplo ha sido la cobertura -la no cobertura, cabr¨ªa decir- de la manifestaci¨®n a favor de la ense?anza p¨²blica y contra la gesti¨®n educativa privatizadora del Gobierno regional celebrada el pasado 10 de mayo, y en la que 170.000 personas salieron a la calle convocadas por todos los sindicatos del sector en una movilizaci¨®n que culminaba la huelga llevada a cabo ese mismo d¨ªa en los centros p¨²blicos y concertados madrile?os.
Que esta manifestaci¨®n s¨®lo ocupase veinte segundos en unos informativos que en esa fecha apenas dedicaron un minuto y veinticinco segundos a la totalidad del conflicto, algo dice sobre el tratamiento de las noticias en la citada cadena, un tratamiento que pone en cuesti¨®n la objetividad e imparcialidad que es exigible en la televisi¨®n que pagamos los ciudadanos de esta Comunidad.
Los hechos son tanto m¨¢s graves si se tiene en cuenta que otras manifestaciones que han recorrido las calles de Madrid en el tiempo reciente han merecido una atenci¨®n exhaustiva por parte de Telemadrid, con retransmisi¨®n ¨ªntegra y en directo incluida.
Los que convocamos y nos manifestamos el 10 de mayo, desde la plaza de Col¨®n hasta la confluencia de las calles de Alcal¨¢ y Sevilla, no pedimos tanto ni queremos inflar las cifras de participaci¨®n, como han hecho en aquellas ocasiones los responsables de la televisi¨®n madrile?a.
S¨®lo pretendemos que se respete, y no se oculte, la verdad de los hechos y, en el caso que nos ocupa, la importante movilizaci¨®n ciudadana contra el modelo de gesti¨®n de la ense?anza p¨²blica del Gobierno regional.
Entendemos que es una exigencia democr¨¢tica, porque, si los ciudadanos tenemos derecho a la informaci¨®n, un medio p¨²blico tiene el deber y la obligaci¨®n de informar con objetividad.
E informar, y no desinformar, consiste en no ocultar ni minimizar lo que objetivamente tiene la trascendencia de la contestaci¨®n social que se explicit¨® en nuestras calles el citado 10 de mayo.
Abdicar de la verdad y de la imparcialidad es abdicar de la informaci¨®n. Telemadrid no puede estar al servicio del Gobierno de la Comunidad, y ni siquiera parecerlo.
La correcci¨®n en el rumbo de la cadena p¨²blica madrile?a se ha convertido en una urgente necesidad de regeneraci¨®n democr¨¢tica.
Jos¨¦ Ricardo Mart¨ªnez Castro es secretario general de UGT-Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.