65 a?os de ¨®ptica fisiol¨®gica en Espa?a
Qu¨¦ tiene de especial Espa?a -nos preguntan a menudo nuestros colegas extranjeros- para contar con varios de los grupos l¨ªderes en el mundo en ¨®ptica fisiol¨®gica? ?Se trata de una disciplina particularmente apoyada desde el Gobierno, con programas de financiaci¨®n especiales? No es ¨¦sa la respuesta. A diferencia de pa¨ªses como EE UU, Espa?a no cuenta con numerosos institutos de investigaci¨®n multidisciplinar para el estudio de la ¨®ptica del ojo, ni la visi¨®n es objeto prioritario de programas nacionales -ni tan siquiera europeos-.
Sin embargo los trabajos en ¨®ptica visual de investigadores espa?oles tienen un ampl¨ªsimo n¨²mero de citas, lo que suele proporcionar altos ¨ªndices h, y se toman como referencia en los centros de investigaci¨®n m¨¢s prestigiosos. Los principales congresos del ¨¢rea cuentan de manera continuada con cient¨ªficos espa?oles como conferenciantes invitados, las revistas cient¨ªficas del campo tienen espa?oles en sus consejos editoriales y las empresas l¨ªderes internacionales del sector oft¨¢lmico siguen atentamente los trabajos realizados en nuestros laboratorios y mantienen importantes contratos de investigaci¨®n con los grupos espa?oles.
?C¨®mo se explica este liderazgo que sorprende -aunque cada vez menos- a nuestros colegas? Una buena raz¨®n puede encontrarse en los or¨ªgenes del campo en Espa?a. En los a?os 40, en plena posguerra y en un pa¨ªs cient¨ªficamente asolado, un grupo de cient¨ªficos consigui¨® el peque?o milagro de realizar importantes contribuciones al campo, co-descubriendo el fen¨®meno de la miop¨ªa nocturna, que se publica por vez primera en la revista de los Anales de F¨ªsica en 1941 (hace 65 a?os), y posteriormente en revistas extranjeras, y dan conferencias invitadas en los pa¨ªses l¨ªderes cient¨ªficos.
Lo que ahora afortunadamente es normal en muchos campos, era sin duda una autentica haza?a en los a?os 40. Sin la labor de los pioneros de la investigaci¨®n cient¨ªfica en ?ptica Fisiol¨®gica en Espa?a, este campo no tendr¨ªa la posici¨®n que ocupa en nuestros d¨ªas. Los ¨¦xitos en ciencia requieren una siembra previa, que a veces se olvida. Sin la labor de Otero, Dur¨¢n, Plaza, Aguilar y otros, en los a?os 40 y de Santamar¨ªa y Besc¨®s en los 70 no se pueden entender los ¨¦xitos de hoy.
Resulta impresionante, y a la vez hermoso, encontrar publicaciones de investigadores espa?oles en el Journal of the Optical Society of America en los a?os 40, contribuciones clave en temas que a¨²n hoy son de candente actualidad, como la aberraci¨®n esf¨¦rica del ojo o la direccionalidad de los fotorreceptores retinianos, colaboraciones con los centros m¨¢s prestigiosos europeos y americanos, estancias de Premios Nobel en el Instituto de ?ptica de Madrid, la organizaci¨®n de conferencias de alt¨ªsimo nivel internacional o la formaci¨®n de becarios en el extranjero. Sorprende el dinamismo y visi¨®n de estos primeros investigadores, su perspectiva multidisciplinar, su proyecci¨®n internacional, su inter¨¦s por la docencia de alto nivel, creando escuelas de ?ptica T¨¦cnica Superior o la primera Escuela de ?ptica. Y no querr¨ªamos dejar de mencionar que casi al mismo tiempo otro pionero, Catal¨¢n, realizaba contribuciones important¨ªsimas en un tema pr¨®ximo: la espectroscop¨ªa ¨®ptica.
En el contexto actual de la ciencia espa?ola, donde en muchas disciplinas jugamos en la liga de campeones, pero que en general y en media, todav¨ªa somos un equipo que lucha por eludir el descenso, pensamos que es importante mirar y agradecer a algunos de los pioneros su labor de siembra. Y sugerir a quienes piensan y dirigen nuestra pol¨ªtica cient¨ªfica que las recetas para buscar la excelencia est¨¢n bastante claras desde hace a?os, pero hay que aplicarlas y mantenerlas.
Susana Marcos es profesora de Investigaci¨®n en el Instituto de ?ptica del CSIC, en Madrid, y Pablo Artal es Catedr¨¢tico de ?ptica en la Universidad de Murcia
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