Un zapato a medida

La opereta de c¨¢mara que compuso Pauline Viardot sobre el tema de La Cenicienta se represent¨® por primera vez en los salones de Mademoiselle de Nogueiras en abril de 1904. Hay en el segundo cuadro una fiesta, en la que, al estilo de El murci¨¦lago, se introducen en el espect¨¢culo presentado en el coqueto teatro de la Escuela de Canto de la calle de San Bernardo varias canciones de concierto de la compositora, y un par de mazurcas de Chopin adaptadas para voz y piano por la propia Viardot. Se canta en franc¨¦s y los di¨¢logos hablados se presentan traducidos al espa?ol.

En realidad, es un ejercicio de escuela, por mucho que las representaciones sean p¨²blicas, pero el nivel art¨ªstico est¨¢ muy por encima de lo que suelen deparar las funciones de fin de curso o similares. La elecci¨®n de la obra es todo un indicativo de que se huye de la rutina. Se ha buscado un t¨ªtulo poco frecuentado, con el inter¨¦s a?adido de profundizar en lo menos conocido de la m¨ªtica familia de los Manuel Garc¨ªa o las Mar¨ªa Malibr¨¢n.

La misma puesta en escena resulta imaginativa e incluso divertida en su formato arrevistado e ir¨®nico. La escena de los zapatos, pongamos por caso, en la que van buscando un pie a la medida, tiene humor de buena ley e incluso un puntito delirante.

La pronunciaci¨®n del franc¨¦s es, en l¨ªneas generales, impecable. El nivel de canto es notable y se nota que los m¨¢s m¨ªnimos detalles han sido trabajados a conciencia. La representaci¨®n respira frescura por los cuatro costados y se contempla con agrado. La pianista contribuye positivamente a que la tensi¨®n no decaiga y el director musical controla con soltura todo el entramado m¨²sico-teatral. La recepci¨®n del p¨²blico fue entusiasta.