Padrinos de Hollywood
La ayuda internacional durante la Guerra Civil fue el germen de muchas ONG que acud¨ªan a socorrer a la poblaci¨®n civil. La angloamericana Plan se cre¨® expresamente y convirti¨® en padrinos de ni?os espa?oles hasta a famosos actores de Hollywood
"Viva Gary Cooper", proclamaba una pancarta en la plaza de la villa de Mignano di Montelungo al poco de terminar la Segunda Guerra Mundial. As¨ª, con hurras, recibieron sus habitantes al actor, que llegaba a visitar a su ahijada, Raffaella Gravina, y a su familia. Se les ve en las fotos: padres, hermanos, vecinos, compa?eros de juego? Gentes de la Italia de posguerra posan alrededor de Raffaella y observan, mientras ella, morena y sonriente, comparte el pan con uno de los mitos de Hollywood. Ahijados europeos y padrinos estadounidenses. Hubo muchos. Tambi¨¦n en Espa?a. El contacto lo establec¨ªa una ONG llamada Plan que naci¨® al calor de la contienda civil.
Las im¨¢genes cuelgan hoy en la sede de Plan Espa?a (calle de Pantoja, 6. Madrid; www.planespana.org), una organizaci¨®n para el desarrollo que trabaja, seg¨²n su informe anual 2005, "a trav¨¦s de 16 oficinas internacionales, con 7.455 empleados y 60.000 voluntarios en 9.000 proyectos de 46 pa¨ªses". Plan se fund¨® en 1937, y es, por tanto, una de las ONG nacionales m¨¢s antiguas. As¨ª lo aseguran Concha L¨®pez, la directora, y Macarena C¨¦spedes, encargada de comunicaci¨®n, mientras pone sobre la mesa media docena de archivadores repletos de documentaci¨®n. Ah¨ª se guarda mucho de la historia de Plan, de los que la construyeron, de los ni?os a los que sirvi¨®.
"Cuando caiga Santander, estar¨¦ muerto. ?ste es mi hijo Jos¨¦. Le ruego a aquel que lo encuentre que lo cuide por m¨ª"
"Las Brigadas Internacionales fueron la punta del iceberg de ese vast¨ªsimo movimiento de solidaridad"
Uno c¨¢ntabro, llamado Jos¨¦, tuvo sin quererlo mucho que ver con la ayuda posterior a otros en su misma condici¨®n de v¨ªctimas. Protagonista estelar fue tambi¨¦n un periodista brit¨¢nico, John Langdon-Davies, que pose¨ªa una estrecha relaci¨®n con (y conocimiento sobre) Catalu?a desde los a?os veinte. Antony Beevor, por ejemplo, lo sit¨²a en varias ocasiones en Barcelona en su libro La guerra civil espa?ola, y el profesor Miquel Berga, de la Universidad Pompeu Fabra, experto en autores brit¨¢nicos durante la guerra, escribi¨® sobre su vida y la titul¨® Una biograf¨ªa anglo-catalana. Langdon-Davies, republicano, autor de obras como Dancing catalans, 1929; Behind the spanish barricades, 1936, y La setmana tr¨¤gica de 1937 cubr¨ªa la Guerra Civil para el londinense e izquierdista News Chronicle, y se topaba a menudo con chavales abandonados por las calles, sobre todo tras la toma por el ej¨¦rcito rebelde del norte en 1937 (se produjeron tres momentos ¨¢lgidos de evacuaci¨®n de poblaci¨®n civil durante esos tres a?os de conflicto: el estallido mismo, que separ¨® a muchos ni?os de sus familias: la Cruz Roja Internacional lleg¨® a intercambiar unos cuantos entre los bandos; el de la ocupaci¨®n del norte, y el ¨¦xodo final a Francia).
Jos¨¦ estaba condenado a ser uno m¨¢s de los perdidos, pero qued¨® singularizado al llevar en el bolsillo una nota de su padre que dec¨ªa: "Cuando caiga Santander, estar¨¦ muerto. ?ste es mi hijo. Le ruego a quien lo encuentre que lo cuide por m¨ª".
Entonces, dicen, al brit¨¢nico se le rompi¨® a¨²n m¨¢s el coraz¨®n y le naci¨® una idea: si unos cuantos padrinos brit¨¢nicos y estadounidenses aportaran apenas un chel¨ªn al d¨ªa se podr¨ªa mantener a muchos jos¨¦s, habilitar lugares para alimentarlos y educarlos. Un palacete en Puigcerd¨¤ (Girona) sirvi¨® como primera sede de esta organizaci¨®n con nombre de planificaci¨®n a largo plazo, que siete d¨¦cadas despu¨¦s sigue con el mismo objetivo con que fue fundada: los ni?os, sea donde sea que necesiten ayuda. Gary Cooper, Bob Hope, V. S. Pritchett, Benjamin Britten, Groucho Marx, Thomas Mann o Dorothy Parker fueron algunos de los escritores, artistas o actores convertidos en padrinos; la primera dama estadounidense Eleonora Roosevelt ejerci¨® de primera presidenta: su ahijado era vasco, Lorenzo Murias.
Plan se establece en Londres (se llamaba Foster Parent's Scheme for Children in Spain) en abril de 1937; en diciembre se crea el Comit¨¦ Americano, y hasta EE UU se van Langdon-Davies y otros a presentar su sistema de apadrinamiento basado en el contacto permanente con los ahijados y a recaudar fondos. Al estallar la Segunda Guerra Mundial, Plan ampl¨ªa su campo de acci¨®n a v¨ªctimas de cualquier conflicto.
Al abrir las carpetas aparecen las fichas de muchos de aquellos chavales espa?oles que hubieron de salir a toda prisa de sus casas desde el Pa¨ªs Vasco, Madrid, Valencia o Catalu?a; que fueron encontrados vagando por las cunetas, o que llevaban ya una penosa traves¨ªa de colonia en colonia sin saber nada de los suyos, si vivos o muertos. "Perm¨ªtanme contarles una historia; c¨®mo en medio de la guerra un grupo de muchachos juega en la calle y su madre los llama para la merienda, los sienta y les explica que tienen que partir lejos, solos, a otro pa¨ªs, a Inglaterra, por seguridad, para no morir por las bombas; perm¨ªtanme, porque ellos fueron los primeros ni?os de Plan", escribe Carmen Ulloa en una investigaci¨®n interna de Plan Holanda en la que se localiz¨® a algunos de esos menores, ya septuagenarios, en Espa?a o en el extranjero.
Se pasan las p¨¢ginas y all¨ª est¨¢n, uno tras otro, los nombres de los peque?os en el momento de ser inscritos en alguna de la docena de colonias de Plan en Catalu?a, Francia o Inglaterra. "Aurora L¨®pez Obreg¨®n, n? 119, Colonia Barnet, 'muy inteligente, se queda muy seria cuando se habla sobre Espa?a'. Antonio Becerra, n? 151, 'quiere ser piloto'. Antonio Teresa, n? 188, 'se pone a trabajar y cancela su estancia en 1951'. Miren Sorne Urrutia, n? 329, 'se marcha a Sudam¨¦rica con su familia"?
La historia de Plan es s¨®lo un ejemplo de las muchas iniciativas humanitarias surgidas entonces en el norte de Europa y en Norteam¨¦rica. "El antifascismo y la guerra 'a trav¨¦s de otros' explican el movimiento de solidaridad sin precedentes para con la Espa?a republicana", se?ala R¨¦mi Skoutelsky en su libro Novedad en el frente, sobre las Brigadas Internacionales, a las que el autor considera "la punta del iceberg" de ese vast¨ªsimo movimiento de solidaridad. No en vano, calcula que lleg¨® a haber unos 32.000 alistados. Diez mil murieron o desaparecieron. "La Guerra Civil", sigue Skoutelsky, "representa el primer conflicto de la era de los medios". Fue tambi¨¦n campo de prueba de actuaciones m¨¦dicas en situaciones de emergencia y el germen de muchas ONG internacionales. El de las nacionales se ha producido en los ¨²ltimos 20 a?os: hoy existen en Espa?a 400 organizaciones de desarrollo; unas cien agrupadas en la Coordinadora de ONGD.
"Hasta hace tres d¨¦cadas, Espa?a recib¨ªa ayuda de otros. Hoy puede ser l¨ªder a la hora de garantizar los derechos humanos de los ni?os", se?ala L¨®pez, siempre ajetreada en alguno de sus proyectos. "Cuando abrimos oficina en Espa?a, en 2001, ¨¦ramos ya pa¨ªs donante", sigue C¨¦spedes desde la sala central, donde se afanan los voluntarios y cuelgan cartones con huellas dactilares impresas que forman parte de una campa?a pro identidad de los nacidos. "?ste es hoy uno de los grandes problemas; si no hay registro de un ni?o, no existe, no cuenta, ?c¨®mo saber de sus necesidades si no tiene ni nombre?".
El 'plan' de Langdon-Davies en 1937 no se materializ¨® por s¨ª solo. Necesit¨® de muchas manos. Las de Eric Muggeridge, otro brit¨¢nico voluntario que trabajaba como conductor de camiones de suministro (lo llamaban "el conseguidor de alimentos") y que se convertir¨ªa luego en secretario del Comit¨¦ Americano; las de la australiana incansable Esme Odgers; las de los norteamericanos Edna Blue y Nick Carter (desaparecido en una ofensiva franquista)? En uno de los textos de archivo se narran las dificultades de Muggeridge y Odgers en 1939 para poner a salvo en Francia a 475 ni?os de las colonias catalanas con el ej¨¦rcito de Franco pis¨¢ndoles los talones: "En ese terrible caos de carreteras hacinadas y bombardeos a¨¦reos se perdieron algunos de nuestros ni?os".
Otros murieron por las bombas. En algunas fichas aparece la anotaci¨®n "perdido", como sucede en el caso de Enriqueta ?lvarez Guill¨¦n, de 4 a?os, o de Consuelo Camillo Ruiz, de 10. O la de "reclamado", seg¨²n las familias iban solicitando luego el regreso de los menores a casa en Espa?a o en el exilio. As¨ª, se informaba a los padrinos estadounidenses: "Miss Benjamin, se alegrar¨¢ de saber que el camino que Manolita (gemela de Paquita Abad, las llamaban las tuinas por twins) y usted han recorrido juntas ha terminado en un feliz encuentro familiar". La labor humanitaria de Langdon-Davies -que renunci¨® a su condici¨®n de presidente de Plan en 1940, quiz¨¢ cansado de lo administrativo, y se qued¨® a vivir en Espa?a-, como la de tantos otros de aquel periodo, voluntarios antifascistas en su mayor¨ªa, m¨¢s o menos implicados con anarquistas o comunistas, se perdi¨® entre el vac¨ªo mental de la dictadura franquista y la escasez de archivos unificados.
As¨ª, la citada Ulloa pidi¨® en 1997 informaci¨®n al Ministerio de Educaci¨®n y Cultura. La respuesta fue: en el Archivo General s¨®lo aparec¨ªan datos sobre la famosa duquesa de Atholl (conservadora y parlamentaria brit¨¢nica que se gan¨® la antipat¨ªa de los suyos por su simpat¨ªa hacia la Rep¨²blica; consigui¨® evacuar a unos 4.000 ni?os a Inglaterra) y el Basque Children's Committee; no hab¨ªa referencia a Plan ni en el Archivo General de la Administraci¨®n, en Alcal¨¢ de Henares, ni en el de la Guerra Civil de Salamanca, ni en el de la Cruz Roja. Nada. El Foster Plan parece que no existi¨® a efectos de documentaci¨®n escrita.
Por encima del hombro de C¨¦spedes asoman ahora las fotos con los rostros de Peter Ustinov, de Harry Belafonte, de Raymond Burr, de Ingrid Bergman? Apoyaron su causa. Famosos abrazados a sus ahijados, de visita en las colonias o de colecta de material, ropa y alimentos. Ah¨ª estaba. El tir¨®n del famoso solidario que tan bien funciona ahora con estrellas tipo Angelina Jolie, Brat Pitt, Bono o Robbie Williams a la hora de movilizar al poco movilizado, se ejercit¨® con ¨ªmpetu hace m¨¢s de seis d¨¦cadas. En el archivo aparece hasta una carta de Frank Sinatra, de 1990: "Querido H¨¦ctor Antonio Castillo, gracias por seguir escribi¨¦ndome todos estos a?os?". "Hoy, los padrinos y donantes de Plan hacen posible que 1.114.852 ni?os en todo el mundo disfruten de una vida m¨¢s digna", sigue el informe 2005. En Espa?a suman unos 50.000.
En las fichas de los ni?os consultadas se indica cu¨¢nto pesan o miden, su car¨¢cter extrovertido o no, sus deseos para el futuro, su situaci¨®n familiar (muchos padres constan como muertos o desaparecidos) y se anotan tambi¨¦n los nombres de los padrinos. As¨ª, Florencio Pinscho, de 13 a?os, fue ahijado de Mr. y Mrs. Lancaster, en Long Island, Nueva York; ?ngeles Mediavilla, de 11 a?os, de Mr. Lawrence Lipskin, 729 Seventh Av.; etc¨¦tera. "El apadrinamiento se considera a veces asistencial, pero el nuestro no lo es. Nuestro enfoque original era el de proporcionar ayuda y asistencia social a determinados ni?os individualmente. Pero la experiencia nos demostr¨® que este enfoque pon¨ªa poco ¨¦nfasis en su comunidad, que es desde donde se pueden satisfacer mejor sus necesidades". Para Plan ya no hay colonias, y s¨ª mucho trabajo in situ con las familias, aldeas y pueblos.
Lo que no ha cambiado en Plan es el intento de implicar a famosos en sus tareas. Sucede ahora mismo con la campa?a De pu?o y letra, en la que rostros populares, como la presentadora Ana Garc¨ªa Si?eriz, definen y escriben a mano lo que para ellos representa la palabra solidaridad. Padrinos son Maruja Torres, Julio Iglesias, Frank Rijkaard?
Uno de los grandes personajes de Plan fue una mujer, Esme Odgers, tal como se descubre a trav¨¦s del coraje que muestra en sus cartas e informes. Dirig¨ªa la colonia de Biarritz y manten¨ªa informada de la situaci¨®n en Europa a la central neoyorquina. Se ve c¨®mo se encargaba de solicitar fondos, de gestionar apadrinamientos o adopciones, de traducir las cartas de intercambio, de hacer llegar los donativos y regalos a los ni?os, de informar sobre las bajas de unos y organizar los estudios de todos, incluso de atender las peticiones del otro lado del Atl¨¢ntico: "P¨¢sate por uno de los campos de refugiados y toma fotos para mostrar por aqu¨ª en qu¨¦ condiciones viven los peque?os; manda retratos actuales; env¨ªa dibujos de los ni?os, tenemos un pedido de 50 desde Hollywood; no, no tenemos fondos para comprar radios?".
Sus textos hablan de vida cotidiana en las colonias, expresan su cansancio por las penalidades y la burocracia, su enfado y su temor a que Franco exija repatriaciones. Recoge an¨¦cdotas de los ni?os y muestra su sufrimiento: "Durante las comidas, la conversaci¨®n es la guerra; para nosotros no hay nada, salvo Espa?a. Ellos no son pol¨ªticos y quiz¨¢ no les importar¨ªa vivir bajo una dictadura benevolente, pero dicen: '?c¨®mo podemos regresar con Franco, si han matado a mi hermano, a mi marido, a mi padre?". Odgers incluso se consuela a s¨ª misma: "No es en vano el trabajo de tantos miles de personas que creen en la humanidad, en la libertad".
Hoy, un enorme ¨¢rbol artificial se levanta en la sala de Plan Espa?a. De ¨¦l cuelgan como hojas fotos y notas sobre el sida, uno de los "grandes enemigos" para las ONG de desarrollo. "Ya somos muchos los que pensamos que la suma de voluntades individuales s¨ª puede cambiar el mundo", afirma L¨®pez.
Las carpetas se agotan ya. El n¨²mero m¨¢s alto de identificaci¨®n encontrado en una ficha es el 851; corresponde a Guzm¨¢n Cueto Elorza, de 7 a?os. "Su padre fue coronel republicano, ejecutado al caer Bilbao. Hallamos a madre e hijos en el campo de Montauban; viv¨ªan en condiciones miserables. La pobre mujer suplic¨® que nos llev¨¢ramos a todos, que tuvieran una existencia digna", se lee. Algunos lo lograron, otros no. Al pasar una de las p¨¢ginas nos golpea una palabra escrita con graf¨ªa firme: "Dead" (muerto). Ojal¨¢ no fuera cierto, pero los datos se?alan: "Antonio Ruiz de la Fuente, de 7 a?os, n? 293, evacuado de Barcelona el 6 de junio de 1939. De mayor quiere ser mec¨¢nico de vuelo".
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